❀ CAPÍTULO 5 ❀

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El día siguiente al incidente en el parque de diversiones llegó con una mezcla de agotamiento y alivio. Había terminado mi turno de trabajo y, mientras salía del local, noté que Ah-yi parecía un poco más animada de lo habitual. Su rostro estaba iluminado por una sonrisa genuina, y eso me hizo sentir una cálida satisfacción.

Cuando nos dirigíamos a la salida, Ah-yi se volvió hacia mí con una expresión de entusiasmo contenida. 

–Eun-yeong, tengo buenas noticias –comenzó, casi sin poder contener su alegría–. Mi padre ha vuelto y está decidido a recuperar su vida y a nuestra familia.

Mi corazón se llenó de alegría por ella. Ver a Ah-yi tan feliz me reconfortaba. Había sido un período difícil para ella, y saber que las cosas estaban mejorando era un alivio inmenso.

Justo cuando nos estábamos preparando para salir, vi a mi jefe, el señor Kim, salir del local. Decidí aprovechar la oportunidad para hablar con él sobre una cuestión que me preocupaba. Me acerqué con una mezcla de nervios y determinación.

–Señor Kim, ¿podemos hablar un momento? –le pedí.

El señor Kim me miró con curiosidad pero asintió, indicándome que lo siguiera. Ah-yi, al darse cuenta de que estaba a punto de tener una conversación privada, me lanzó una mirada de comprensión y me dijo que se iría sin mí esa noche. Agradecí su apoyo y le prometí que iría a casa después de resolver lo que necesitaba con el señor Kim.

Una vez que estábamos a solas, el señor Kim me miró con su típica expresión imperturbable. –¿En qué puedo ayudarte, Eun-yeong?

Respiré hondo, tratando de mantener la calma mientras le explicaba mi situación. El señor Kim me escuchó atentamente, y aunque su rostro no mostró mucho, pude notar un leve destello de interés en sus ojos. La conversación continuó con una mezcla de formalidades y detalles financieros, mientras yo trataba de expresar lo importante que era para mí recibir un ligero apoyo económico en este momento crucial.

Mientras el señor Kim sacaba de su billetera una suma de 300.000 wones, comenzó a hablar de manera cada vez más personal. Sus palabras sobre la insatisfacción que sentía en su matrimonio, y la desesperación que parecía estar experimentando, me hicieron sentir incómoda. Me miró con una intensidad que hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

–Eun-yeong –dijo con voz grave, acercándose cada vez más–. He estado muy necesitado... y después de todo el tiempo que hemos trabajado juntos, no puedes esperar que no busque nada más de ti.

Sentí cómo el pánico comenzaba a apoderarse de mí. Retrocedí hasta que mi espalda chocó contra una de las barandillas, la cual me ofreció poco consuelo. Con la voz temblando, le dije que ya no necesitaba el dinero. Pero el señor Kim no se detuvo. De repente, agarró mi brazo con una fuerza que me hizo estremecer. Su cercanía y el control que parecía ejercer sobre mí aumentaron mi ansiedad. Mi corazón latía con fuerza mientras intentaba empujarlo, pero el movimiento no fue suficiente para alejarlo. Él volvió a agarrarme, esta vez de ambos brazos, y comenzó a zarandearme con brusquedad.

–¿Qué crees que estás haciendo? –me gritó–. ¡No puedes empujarme así!

En un intento desesperado por protegerme, le mencioné que iría a la policía. Su reacción fue una risa fría, incluso despectiva. 

–¿La policía? –se burló–. ¿Realmente crees que te creerán a ti, una joven con problemas familiares, antes que a un hombre con un buen negocio? No tienes nada que ganar con eso.

Intenté soltarme de su agarre, pero él no cedía. Su amenaza era clara y escalofriante, y sentí cómo mi resistencia comenzaba a flaquear bajo su presión. El miedo se apoderó de mí mientras intentaba pedir ayuda con voz quebrada. Mis gritos resonaban en la calle vacía, pero parecía que nadie estaba cerca para escucharme. La desesperación me envolvía mientras el señor Kim seguía presionándome, insistiendo en su control.

Angel [The Sound Of Magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora