❀ CAPÍTULO 7 ❀

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Al día siguiente, a la hora del almuerzo entre clases, me encontraba sentada con Ah-yi en nuestra mesa habitual. El bullicio de los estudiantes alrededor no hacía más que aumentar mi ansiedad, como si todos supieran lo que había pasado la noche anterior y estuvieran esperando que yo lo confesara. Pero era Ah-yi a quien realmente quería contárselo, a quien necesitaba contarle todo.

Intenté sacar el tema de Ri-eul con sutileza, buscando la manera de compartir lo que había sucedido, de desahogar la confusión que me había dejado esa noche en el parque de diversiones. Sin embargo, cada vez que mencionaba su nombre o intentaba desviarnos hacia él, Ah-yi cambiaba de tema o lo cortaba de inmediato.

–No deberíamos hablar de alguien como él –dijo finalmente, con una seriedad que rara vez veía en ella–. Por fin ha salido de nuestras vidas.

Sus palabras me dejaron helada. Ah-yi lo decía con tanta firmeza que me hizo preguntarme si en verdad debería hablarle de lo que había pasado. Sabía que ella nunca había tenido la mejor impresión de Ri-eul, pero me sorprendía lo tajante que estaba siendo.

–Pero, Ah-yi... –comencé, tratando de encontrar las palabras adecuadas, sin saber realmente qué quería decir. ¿Cómo podía explicarle lo que había sentido? ¿Cómo podía describir la mezcla de emociones que había experimentado con él, cuando Ah-yi solo veía a alguien raro?

–No, Eun-yeong –me interrumpió, agitando la cabeza con determinación–. No es alguien de quien debamos preocuparnos más. Ya pasó, y lo mejor es que lo dejemos atrás.

Sentí un nudo en la garganta, como si las palabras que quería decir quedaran atrapadas ahí. Quería contarle cómo Ri-eul me había salvado, cómo me había hecho sentir viva de una manera que nunca antes había experimentado. Quería compartir la magia de la noche anterior, la intensidad del beso, la confusión que me había dejado. Pero con la actitud de Ah-yi, todo eso se sentía imposible.

Al final, simplemente asentí, fingiendo que estaba de acuerdo, aunque por dentro me sentía más sola que nunca. Miré mi bandeja de comida, empujando el arroz con los palillos sin verdadero interés. Las preguntas que habían atormentado mi mente la noche anterior seguían ahí, sin respuestas. Y ahora, ni siquiera podía hablar con mi amiga sobre ellas.

Me sentí atrapada en un silencio incómodo, sin saber si debería ignorar los sentimientos que Ri-eul había despertado en mí o intentar entenderlos por mi cuenta. Pero una cosa estaba clara: no importaba cuánto Ah-yi quisiera que lo olvidara, Ri-eul no era alguien que pudiera desaparecer tan fácilmente de mi vida.

Ah-yi cambió de tema abruptamente, como si quisiera alejarse de cualquier conversación que tuviera que ver con Ri-eul.

–¿Sabes algo sobre el señor Kim? –preguntó, con una expresión de desconcierto en su rostro–. Nice ON está cerrado temporalmente, y no entiendo por qué. Mi padre ahora está ayudando en casa, así que no necesito el dinero, pero a ti te vendría bien recuperar ese trabajo y es raro que el señor Kim ni siquiera haya avisado de que iba a cerrar la tienda.

El corazón me dio un vuelco al escuchar su pregunta. Claro que recordaba lo que había pasado la última noche que hablé con el señor Kim, pero no era algo que pudiera contarle a Ah-yi. O al menos, no sabía cómo.

–¿Te dijo algo la última vez que lo viste? –insistió, mirándome con una mezcla de curiosidad y preocupación. Su pregunta me dejó en blanco, y por un instante me pregunté si debía fingir que no sabía nada, mantenerme al margen como si la desaparición del señor Kim fuera tan extraña para mí como lo era para ella.

Mi mente estaba en caos. La imagen de Ri-eul y el señor Kim bajo la luz tenue de la farola, la forma en que Ri-eul hizo desaparecer al hombre con un simple susurro de "Annara sumanara"... Todo se mezclaba en mi cabeza. ¿Cómo podía explicar algo tan irreal? ¿Cómo podía justificar lo que había visto sin parecer que estaba loca?

Angel [The Sound Of Magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora