❀ CAPÍTULO 25 ❀

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Habían pasado unas horas desde que la policía había comenzado a buscar, llenando el parque de tensión y ansiedad. El ambiente se tornaba cada vez más pesado, y mi corazón latía con fuerza, esperando que Ri-eul estuviera a salvo.

De repente, el jefe de policías recibió una llamada que lo alertó. Su expresión cambió drásticamente; la seriedad de su rostro se intensificó. Rápidamente, comenzó a avisar a sus compañeros, gesticulando con nerviosismo mientras se alejaban.

Ah-yi y yo nos miramos, confundidas, sin entender qué había pasado. ¿Por qué se marchaban tan de repente? La incertidumbre se instaló en nosotras, y una mezcla de miedo y esperanza comenzó a burbujear en mi pecho. ¿Significaba esto que Ri-eul había logrado escapar o que había algo más en juego? La pregunta flotaba en el aire, dejando un rastro de inquietud en nuestras mentes.

No tardamos mucho en enterarnos de lo que había alertado a los policías. Unos días más tarde, la televisión comenzó a anunciar la noticia de que el señor Kim, dueño de la tienda de conveniencia Nice ON, había sido detenido por robo y asesinato. Las imágenes mostraban a los policías escoltándolo, y mi corazón se aceleró al escuchar que él había sido el culpable de todo, utilizando la ropa de mago para fingir que Ri-eul era el culpable.

El alivio y la incredulidad se entrelazaron en mí mientras las palabras resonaban en mi mente. La insistencia de Ah-yi y su apoyo inquebrantable me dieron la valentía necesaria para enfrentar mis propios demonios. Con un nudo en el estómago, tomé la decisión de denunciarlo por acoso sexual. Sentía que era el momento de tomar el control de mi propia historia, de no permitir que el miedo me silenciara más.

El peso de la decisión era abrumador, pero sabía que era lo correcto. La determinación comenzaba a surgir en mi interior, empujándome a luchar no solo por mí misma, sino también por aquellos que ya no podían hacerlo. 

Ah-yi y yo caminamos hacia la comisaría en silencio, el peso de lo que estaba a punto de hacer se sentía como una carga invisible, pero constante. Mi corazón latía con fuerza, y mis manos temblaban ligeramente mientras las mantenía en los bolsillos de mi chaqueta. El apoyo de Ah-yi a mi lado era lo único que me mantenía firme, su presencia me daba la fuerza que necesitaba para dar este paso tan importante.

El edificio de la comisaría se alzaba frente a nosotras, más imponente de lo que recordaba. Respiré hondo antes de entrar, intentando calmar los nervios que revoloteaban en mi estómago. Al cruzar las puertas, el sonido de las voces y los teléfonos descolgados llenaban el ambiente, pero para mí todo parecía un eco distante. Mi mente estaba enfocada en lo que tenía que hacer.

Nos acercamos a la recepción, donde un oficial nos recibió con una sonrisa cansada.

–Venimos a ver al jefe de policías –dijo Ah-yi, tomando la iniciativa cuando vio que yo dudaba.

El oficial asintió y nos indicó que esperáramos un momento. Mientras lo hacía, miré a mi alrededor, intentando mantener la calma, pero no podía evitar sentirme vulnerable. Denunciar a alguien por acoso no era fácil, y menos cuando esa persona había estado tan cerca de mí durante tanto tiempo.

Unos minutos después, el jefe de policías, el mismo que había estado en el parque cuando ayudé a escapar a Ri-eul, salió de su oficina. Su rostro se iluminó al vernos, pero había una ligera desconfianza en su mirada, probablemente recordando la escena del parque. Nos hizo un gesto para que lo siguiéramos hasta una pequeña sala llena de mesas de oficina y más policías.

El jefe de policías se sentó frente a nosotras y entrelazó sus dedos.

–¿Qué puedo hacer por ustedes? –preguntó, con la misma seriedad que recordaba.

Angel [The Sound Of Magic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora