𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐋𝐈𝐏𝐒
Kalea, una joven de una belleza extraordinaria, llega inesperadamente a "El Área", un misterioso lugar habitado únicamente por chicos atrapados. Cada mañana, estos jóvenes se enfrentan al peligroso desafío de encontrar una sali...
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—¿Kai?—la voz de la chica salió temerosa al ver a su hermano lleno de sangre—¿Qué te paso?—intento tomar su brazo pero este lo alejo abruptamente.
—Vete de aquí—su voz salió un poco más fuerte de lo normal.
—¿Que sucedió? ¿Que hay afuera?—trato de que su hermano la mirara pero este tenía su mirada perdida en sus manos ensangrentadas.
—Nada, ya no saldremos al jardín, es peligroso—lavo sus manos algo agresivo, haciendo que el agua se pinte de un color rojizo.
—Pero, es el único momento donde podemos estar juntos, aquí nos vigilan—tomo nuevamente su brazo y Kai se dio vuelta rápidamente.
—Pues ya no quiero pasar tiempo contigo—alzo su voz haciendo que la chica se sorprendiera ante sus palabras.
—Pero ¿Y la promesa que le hicimos a mamá?—sus lágrimas inundaron sus ojos—¿Por qué te comportas así, Teddy?—
—¡Mierda, kalea! Ya no eres una niña. Deja de decirme por ese estupido apodo—sus ojos estaban llenos de furia.
—Bien, si eso es lo que quieres adelante—su voz se quebró.
Estaba dispuesta a salir del baño, pero, el chico la tomo de la muñeca.
—No quiero que vuelvas a hablar con él—su voz sonó como si fuera una advertencia.
—No puedes prohibirme amistades. Es mi único amigo, el único que no me traiciona—las palabras de la chica que cayeron como un balde de agua fría.
—Tú y yo sabemos que no es un simple amigo, Kalea. Pronto se irá, así que no le vuelvas a hablar—solto su muñeca para ahora él salir del baño, dando un portazo.
—Novata, es hora de despertar—alguien de encontraba afuera de su tienda.
Tomo un respiro pues su respiración se encontraba agitada y cuando salió del trance se dio cuenta que Minho estaba fuera de su tienda.
Salió lo más rápido que pudo y observo como ya era completamente de día. Había dormido de más.
—Tienes 10 minutos para desayunar y 5 para calentar—despues de eso la dejo sola para irse junto con el corredor de hoy.
Kalea vuelve a la tienda y toma el diario, para después correr hacia la cocina de Sartén.
—Buenos días, tu desayuno—le extendió el plato y Kalea agardecio, para después salir por la puerta de madera.
