—Kalea, lo siento mucho—el niño se sentó en la cama de la pequeña.
—No importa, Teddy—la pequeña limpio sus lágrimas con su suéter de lana y abrazo a su hermano—¿Crees que mamá nos extrañe desde el cielo?—Levanto su cabeza para ver a su hermano.
—si, Lea—seguian abrazados.
—¿Nunca te irás de mi lado, Teddy?— el negó.
—Nunca, hermana—el hermoso momento fue destruido por la misma mujer rubia que entró a la habitación con al parecer unos guardias.
—Solo a la niña—Kalea se aferró a los brazos de su hermano y rápidamente comenzó a desbordar en llanto.
—¡No, déjenme!—uno de los guardias tomo a la niña y el otro vigilaba que el niño no hiciera nada. Pero él se quedaba viendo, no podía hacer nada.
Se llevaron a Kalea a una habitación completamente blanca, no tenía nada de decoración, solo pintura blanca. Cerraron la puerta y automáticamente está comenzó a llenarse de agua. El miedo más grande de Kalea.
La chica abrió abruptamente sus ojos y se levantó de la tienda de campaña. Intentaba respirar pero le era imposible, sentía el agua en sus pulmones. Salió de la tienda lo más rápido que pudo y corrió hacia un pequeño árbol para expulsar todo. Solamente era agua.
Después de vomitar vio a su alrededor, todavía era temprano pero varios corredores ya estaban alistándose. Kalea fue hacia su tienda y tomo su libreta.
"Otra vez esos estúpidos sueños, no tengo idea si son creados por mi mente o son recuerdos...
Estaba en una habitación con dos camas y una pequeña ventana, como si fuera una cárcel. Un niño me decía que lo sentía pero no vi el porque. Mi madre está muerta y tengo un hermano, no se su edad, ni siquiera su nombre, solo ese estupido apodo.
La misma mujer rubia me llevaba a una habitación blanca con agua, haciendo que me ahogue"
Cerró la libreta y le puso el candado que había encargado. Hoy no le tocaba ir al laberinto pero no quería estar en el área, no quería estar sola con ellos.
En su mochila de corredora puso otra libreta, una pluma y salió de la tienda de campaña para caminar hacia las mesas donde los habitantes comían, ahí vio a Minho y Daniel, los corredores del día de hoy.
—Kalea, hoy no te toca salir—minho hablo al ver qué tenia puestas las cosas de corredor.
—No quiero descansos—su voz salió baja—se los puedes dar a alguien más—Minho y Daniel se miraron sorprendidos. Nadie nunca había pedido eso, al contrario, pedían más descansos.
Kalea se fue del lugar sin esperar respuesta y fue a la cocina de sartén, él cual estaba terminando el desayuno.
—¿Quieres tu plato, Kale?—ella negó.
—Solo vengo por mi botella de agua—él asintió y siguió en lo suyo.
Salió de la cocina y vio a los dos corredores riendo así que fue a calentar en las puertas del laberinto. Faltaban cinco minutos para que se abrieran y la chica estaba ansiosa.
Quería correr lo más rápido que su cuerpo se lo permitiera, quería llorar, quería gritar. Minho y Daniel llegaron a su lado y las puertas se abrieron. Kalea corrió sintiendo como el aire se estampaba en su rostro, corrió lo más rápido que pudo.
Minutos después ya se encontraba en su sección, la número 7. Siguió corriendo hasta que sus piernas parecían gelatina, se detuvo y se quitó la mochila para dejarla en el suelo.
Sus manos temblaban como nunca y sentía una presión muy alta, saco la libreta y comenzó a escribir.
"Sección 7; no hay nada interesante, no está el penitente del día de ayer. Faltan todavía 6 vueltas para terminar de recorrer la sección"
Guardo la libreta y tomo un poco de agua, la cabeza la apoyo en la gran pared de piedra y cerro sus ojos. Anhelaba un poco de paz. Los recuerdos del bosque y la sensación de ahogamiento volvió. Abrió sus ojos y vómito el agua que había bebido hace unos minutos. Pequeñas lágrimas comenzaron a picar sus ojos y los volvió a cerrar, para que todas se desbordaran.
Se levantó del suelo y siguió corriendo con la misma intensidad de antes.
Ya casi era hora que las puertas se cerrarán por lo que cruzo estás y fue rápidamente hacia la sala de mapas. Corrió cuando estuvo en el bosque y al entrar a la pequeña habitación vio a Minho y Daniel, nadie dijo nada y ella fue a su baúl, puso todas las notas y salió de ahí lo más rápido posible.
De regreso al área volvió a correr y fue a su tienda de campaña, tomo algo de ropa que le había llegado juntos sus cosas para darse un baño y fue con Alby, el cual estaba con Newt en el huerto.
—Alby, ¿crees que puedas cuidar la puerta de las duchas?—pregunto apenada pero le pregunto al ver la mirada de los dos constructores.
El moreno parecía extrañarse ante la pregunta.
—Ve con confianza, novata. No te pasará nada, el lugar es seguro—ella asintió algo apenada ante su tonta pregunta.
Se fue del lugar ante la mirada de los dos líderes. Dejo sus cosas nuevamente en su tienda y fue hacia la pequeña cafetería.
Newt la vio y se confundió un poco ¿Alguien le habrá dicho algo? Pensó Newt.
Sartén le ofreció un plato con comida a la chica la cual agradeció con una sonrisa. Fue a una mesa sola y se sentó. El plato contenía pure de papas con un poco de estofado, comenzó a comer el puré con la vista clavada en el plato y sin saberlo comenzó a derramar lágrimas. Quería irse de ese lugar, quería estar en casa.
Al darse cuenta que estaba llorando en la cafetería limpio rápidamente sus lágrimas y siguió comiendo. Sintió la presencia de alguien más en la mesa así que subió la mirada.
—¿Así que no te ducharas, eh?—trato de animarla Newt, y al ver qué una sonrisa apareció en su rostro el sonrió, hace mucho no la veía sonreír—Si quieres yo puedo cuidar la puerta—ella asintió pero no hablo.
—Gracias, Newt—
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𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐋𝐈𝐏𝐒 | Minho ᵗᵐʳ
Hayran Kurgu𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐋𝐈𝐏𝐒 Kalea, una joven de una belleza extraordinaria, llega inesperadamente a "El Área", un misterioso lugar habitado únicamente por chicos atrapados. Cada mañana, estos jóvenes se enfrentan al peligroso desafío de encontrar una sali...