1.14

201 15 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


La habitación era casi asfixiante en su blancura. Las paredes parecían aplastar el espacio, lisas e inmaculadas, sin un solo detalle que rompiera su monotonía. El único mueble era una silla de plástico en el centro, donde ella estaba sentada, moviendo nerviosamente los dedos sobre sus rodillas. El chico, más alto que ella, se apoyaba en el marco de la puerta, observándola con una expresión tranquila. Su cabello castaño le caía desordenado sobre la frente, pero sus ojos siempre parecían tan atentos, como si intentaran descifrar algo oculto.

Ella suspiró, una mezcla de frustración y cansancio se filtraba en su voz mientras comenzaba a quejarse. No hablaba de algo en particular, simplemente dejaba escapar pequeñas quejas sobre el día, las personas, la vida. Él la escuchaba en silencio, con una media sonrisa en los labios, como si encontrara sus palabras encantadoras a pesar del tono agitado.

En un momento, se levantó bruscamente de la silla, moviéndose con impaciencia por la habitación. La parte trasera de su camiseta, que hasta ese momento había permanecido bien ajustada a su cuerpo, se alzó ligeramente cuando estiró los brazos por encima de su cabeza, revelando lo que no debería haber sido visible. El chico frunció el ceño, su mirada se clavó en las marcas en su espalda. Eran enormes, trazos irregulares que cortaban su piel con brutalidad, aunque las heridas ya habían empezado a cicatrizar, la carne aún parecía sensible.

—¿Qué te pasó? —preguntó de repente, su voz baja pero intensa.

Ella se congeló, bajando los brazos lentamente. Lo miró por un segundo, dudando. Podía ver el cambio en sus ojos, ya no la observaban con la misma tranquilidad de antes. Se veían más oscuros, más graves. Dudó, y finalmente respondió en un susurro.

—No es nada... ya pasó.




















𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐋𝐈𝐏𝐒             | Minho   ᵗᵐʳDonde viven las historias. Descúbrelo ahora