Los dos constructores habían desaparecido de su vista después de lo sucedido. Kalea se encontraba tumbada en la tierra, sus shorts ya estaban arriba, sin embargo, estaban desabotonados. La vista de la chica era borrosa, su estómago le dolía al igual que todo su cuerpo.Estaba en silencio, con la mente y la mirada perdida. Sus lágrimas salían con rapidez y constancia, estaba completamente devastada. Duro unos minutos más tumbada en el suelo, hasta que se levantó con mucho dolor en su cuerpo y parte íntima. Cómo pudo quitó la sangre de su estómago, esos imbéciles la habían amenazado momentos atrás. Se levantó del suelo y fue directo hacia su canasta de ropa, no tenía ganas de seguir lavando su ropa sucia así que se limpio las lágrimas, la sangre y fue directo al área.
Kalea regresó al área con el corazón hecho pedazos, cada paso que daba se sentía pesado y lleno de miedo. Intentaba mantener la compostura, fingiendo que todo estaba bien, que nada había pasado. Con su mirada fija en el suelo, avanzó hacia la asamblea, donde los jefes ya estaban reunidos. Gally, el jefe de los constructores, tenía esa expresión severa de siempre, Winston, el jefe de los carniceros, estaba de brazos cruzados con una mirada evaluativa, Zart, el jefe de los jardineros, se encontraba en un rincón, observando en silencio, Jeff, el jefe de los mediqueros, revisaba algunas notas y Minho, el líder de los corredores, la miró brevemente antes de volver su atención a Alby y Newt, el jefe y subjefe del área respectivamente.
La asamblea comenzó y, aunque las voces de los jefes llenaban el aire, Kalea apenas podía concentrarse. Su mente seguía atrapada en el horror de lo que le había pasado. Sentía el sudor frío en su espalda y las ganas de salir corriendo, pero sabía que no podía permitirse mostrar debilidad. Los minutos se hacían eternos, las palabras de los demás parecían un murmullo distante. Todo lo que podía pensar era en ese momento traumático, en cómo había tenido que ocultar su dolor y miedo.
Alby dio un paso al frente, mirando a todos con esa seriedad que siempre lo caracterizaba.
—Bien, es hora de comenzar —dijo, su voz firme y autoritaria—. Tenemos varios temas que discutir hoy. Primero, el suministro de alimentos. Winston, ¿cómo va el asunto?
Winston, con los brazos aún cruzados, asintió.
—Hemos tenido algunas dificultades con el almacenamiento, pero estamos manejándolo. Necesitamos organizar mejor los turnos para evitar desperdicios.
Alby asintió y luego dirigió su mirada hacia Zart.
—Zart, ¿cómo están los jardines?
—Todo va bien, aunque necesitamos más manos. Las cosechas están a punto de salir y no quiero que nada se pierda por falta de personal —respondió Zart, su tono tranquilo pero decidido.
Jeff se aclaró la garganta.
—En cuanto a los mediqueros, estamos bien abastecidos, pero me gustaría tener más entrenamiento para los nuevos. No podemos permitirnos errores cuando se trata de la salud de todos.
Minho, quien había estado escuchando con los brazos cruzados, finalmente intervino.
—Y en cuanto a los corredores, necesitamos a alguien nuevo. Ya saben que el laberinto no espera por nadie. Necesitamos gente rápida y con buen instinto. Es por eso que propongo a Kalea como nuestra nueva corredora —dijo, señalando a Kalea.
Todos dirigieron sus miradas hacia ella. Kalea, que había estado perdida en sus pensamientos, parpadeó sorprendida. Newt, que estaba junto a Alby, la miró con una mezcla de preocupación y apoyo.
—Kalea, sabemos que puedes hacerlo. Tienes el potencial y necesitamos a alguien con tu determinación ahí fuera.
Kalea tragó saliva, intentando encontrar su voz.
—Sí, claro. Haré lo mejor que pueda —respondió, aunque su mente seguía en el tormento de lo que había sucedido.
Alby asintió, aprobando la decisión.
—Bien, entonces está decidido. Kalea será nuestra nueva corredora. Minho, encárgate de su entrenamiento y asegúrate de que esté lista lo antes posible.
La asamblea continuó con otros temas, pero para Kalea, todo pasó en un borrón. Apenas pudo procesar las siguientes discusiones sobre la seguridad del área y los planes para las próximas exploraciones del laberinto.
Cuando la asamblea terminó, los demás empezaron a acercarse a Kalea para felicitarla. Gally fue el primero en darle una palmada en la espalda, seguido por Winston, que le dio un asentimiento de aprobación. Zart le dedicó una sonrisa alentadora, y Jeff, siempre tan meticuloso, le ofreció algunos consejos sobre cómo cuidar su salud mientras corría. Minho, el más entusiasta, le dio un ligero empujón en el hombro y le dijo que estaba seguro de que haría un gran trabajo.
Sin embargo, a medida que las felicitaciones continuaban, Kalea sentía cómo su ansiedad crecía. Cada sonrisa, cada palabra de aliento, se sentía como un peso insoportable sobre sus hombros. Fingió una sonrisa, intentando parecer agradecida, pero su mente seguía atrapada en el dolor y el miedo.
Finalmente, cuando la multitud comenzó a dispersarse, Kalea aprovechó la oportunidad para escapar. Con pasos rápidos y decididos, se dirigió a su casa de campaña, deseando más que nada estar sola. Sentía cómo las lágrimas amenazaban con brotar, pero se obligó a mantener la compostura hasta que estuviera a salvo en su refugio.
Al llegar, levantó la solapa de la tienda y se deslizó dentro, asegurándose de que nadie la había seguido. Apenas estuvo dentro, las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas. Se dejó caer sobre su manta, abrazando sus rodillas contra el pecho mientras sollozaba.
El dolor y la angustia que había estado conteniendo durante la asamblea finalmente la abrumaron. Se sintió impotente, perdida en un mar de emociones. ¿Cómo podía enfrentarse al laberinto cuando ni siquiera podía enfrentarse a sus propios miedos? Las imágenes del abuso volvieron a su mente, cada detalle vívido y aterrador.
Kalea enterró su rostro entre las rodillas, dejando que las lágrimas fluyeran libremente. Se sentía sola, a pesar de estar rodeada de personas que se preocupaban por ella. La responsabilidad de ser corredora, que en cualquier otra circunstancia podría haber sido un honor, ahora parecía una carga insoportable.
Pasaron los minutos, y Kalea continuó llorando, su cuerpo temblando con cada sollozo. No sabía cuánto tiempo estuvo así, pero finalmente, cuando las lágrimas comenzaron a secarse, levantó la cabeza y miró alrededor de su tienda. Todo parecía tan insignificante en comparación con el caos dentro de su mente.
Se pasó una mano temblorosa por el rostro, secándose las lágrimas. Sabía que no podía seguir así para siempre. Tenía que encontrar la manera de seguir adelante, de superar su dolor. Pero en ese momento, todo lo que podía hacer era sentarse en su tienda y llorar con todo el dolor de su corazón.
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𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐋𝐈𝐏𝐒 | Minho ᵗᵐʳ
Fanfic𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘 𝐋𝐈𝐏𝐒 Kalea, una joven de una belleza extraordinaria, llega inesperadamente a "El Área", un misterioso lugar habitado únicamente por chicos atrapados. Cada mañana, estos jóvenes se enfrentan al peligroso desafío de encontrar una sali...