CELOS

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*Brida*



Con la noticia de que son dos bebés las chicas no han dejado de felicitarme, y si Amara y Melissa entran en ese "chicas", despues de todo son lo mas cercano que tengo como amigas. Paola no dejado de molestar con el tema, y es que ni yo misma me lo creo aun, en la familia Blanco no existen registro de embarazos multiples, pero según Amara en la familia de papá si los hay.

No recuerdo a ninguno de ellos, en aquel momento era muy pequeña, sin embargo me ha despertado la curiosidad por saber de ellos, ¿Alguna vez me buscaron? osea se supone que querian a su hijo, y venian conmigo de visita, entonces porque despues de su muerte jamas escuche de ellos. Esas mismas palabras se las dije a Amara y ésta solo volvio al tema de los bebés, algo paso eso esta mas que seguro.

Mis pensamientos se ven interrumpidos ante la pregunta de Paola:

-¿Cuando le dirás a Sebastián?

-Quizas lo llame por la noche , aun no lo se. No creo que sea una noticia para dar por teléfono. -contesto insegura.

-Hazlo cuando creas que sea el momento, Brida.

-Si, ya veremos.

Ambas nos encontramos en la alberca bajo la sombra, hace un dia precioso. Amara y melissa desaparecieron sin decir nada, asi que estamos en espera de que lleguen. La Doc mando a realizar algunos analisis y demas para descartar cualquier problema con la bebé, que hasta ahora es sólo su peso lo que nos preocupa. Ademas de que el parto podria adelantarse. En la semana 32 del embarazo empieza a existir riesgo de parto prematuro, por lo que la doctora recomendo estar muy atentas cuando llegue ese momento.

No tuve los cuidados adecuados para un embarazo de mellizos, y aunque odie la idea despues debo permanecer en reposo hasta el momento del parto si deseo que esta pequeña se recupere y los tres estemos bien.

***

La noche llega y el cansancio es tan grande que por poco y me quedo dormida bajo la ducha. hago un esfuerzo para ponerme el pijama y con una sonrisa me voy directo a la cama, por un instante me quedo observando el teléfono que descansa en la mesita de noche, debatiendome en si llamo a sebastian o no. Escuchar su voz podria ayudar un poco, veremos como esta su animo.

Me cubro con la calentita manta, y marco su número espero ansiosa a que conteste.

-¡Hola!

literalmente mis ojos se abren de en par en par al escuchar una voz suave al otro lado de la linea, que para nada le pertenece a sebastián... es de una mujer.

-Hola, he marcado mal, disculpa.

Hablo en un susurro.

-No hay problema. -comenta con voz dulce.

Algo dentro de mi mente me dice que no me he equivocado, ese es el numero de sebastian lo tengo registrado.

-Disculpa de nuevo, pero ¿este no es el celular de sebastian blanco?

-Eh si, este es su celular, ¿Quien habla?

¿Por qué ha contestado ella?

-Perfecto entonces no me he marcado mal, necesito hablar con él.

Ignoro su pregunta, intento por todos los medios tranquilizar la molestia que estoy comenzando a sentir.

-Justo ahora se esta duchando. Dime tu nombre y en lo que salga le aviso que has llamado. -menciona tranquilamente.

¿Quien es esa mujer?

¿Es algo de sebastian?

¿Por qué esta con él?

Sin importar que me escuche como una loca, replico con hostilidad:

-Dile que lo llamo Brida...

Cuelgo tirando el celular al otro lado de la cama, las lagrimas no tardan en bajar por mis mejillas y un cumulo de emociones me embargan a tal punto de hacerme estremecer. Tristeza, enojo , decepcion, sin embargo, eso no es todo, los malditos celos recorren todo mi cuerpo envenenando mi mente.

un mentiroso.

un idiota.




*AL DÍA SIGUIENTE*



-Muy bien, tres donas glaseadas y dos baatidos de fresa. Provecho.

Digo con voz cantarina, dejando todo sobre la mesa.

Me voy nuevamente hacia la caja donde me espera Melissa, la cual no está muy alegre de que viniera a trabajar, no obstante, era eso o volverme loca pensando en sebastian y esa mujer.

-Eres más terca que una mula, niña. A las tres te marchas. -Indica con voz impostada, para despues alejarse sin dejarme replicar.

El día transcurre con normalidad, aunque no he dejado de dar vistazo al teléfono por si entra algún mensaje o llamada de él, pero nada. Almuerzo junto Amara, quien ahora ayuda a Melissa a preparar postres qué vende a otros negocios cercanos.

Hago lo que Melissa me pidió y a las tres de la tarde regreso a casa, debido al cansancio extremo qué he comenzado a sentir durante el inicio de la tarde.

Estoy apunto de ingresar a la casa cuando observo como Marion sale de su camioneta y al verme sonríe con alegría seguidamente grita desde donde se encuentra.

-Querida, que alegría volver a verte. ¿Mirad nada más ese vientre?

La distancia no parece ser mucha para escucharla perfectamente. Con una sonrisa me alejo de la puerta y comienzo a caminar hasta su casa.

-Ha regresado, cuando me marche no tuve tiempo en despedirme, y al regresar me enteré que estaba de viaje. ¿Cómo ha estado?

La menuda mujer no me deja llegar hasta ella cuando acorta la distancia y me abraza, todo lo que le permite mi vientre abultado.

Es cálido y reconfortante su abrazo se siente tan sincero.

-Tranquila imagine que algo había sucedió, lo bueno es que ya estas de vuelta como debió ser siempre... -Argumenta con voz cantarina, y un extraño brillo en sus ojos-. Yo estoy de maravilla, y por lo visto estos dos también lo están ahí dentro.

Sus manos se posan delicadamente en mi vientre. Me quedo en silencio ante sus palabras, ¿cómo sabe que son dos?

-¿Quién le dijo que son dos bebés?

Hasta el momento sólo las chicas y yo lo sabemos, es imposible que ella lo sepa.

-Se cosas querida. -Alega sonriendo de una forma extraña, pero, me siento cómoda-. No tienes de que preocuparte. Habrán tormentas que te harán dudar, caer y resbalar, sin embargo, si eres fuerte y muestras esa gran fortaleza todo estará bien, confía.

Ante sus palabras siento como mis ojos se cristalizan y uno de los bebés se mueve. Es una sensación extraña que deja en mi pecho una paz inigualable.

A lo mejor la señora Marion perdió la cabeza, no lo sé, no obstante algo me dice que tiene razón.

-¿Por qué dice todo eso?

-¿Qué?, Ay cariño voy tarde. Mis mininos deben tener hambre. Me alegro haberte visto...

Santo Dios.

¿Qué fue todo eso?

Marion me ha dejado completamente confundida y sola en medio de su entrada.

Negando me alejo del lugar. Ese fue el saludo más extraño en mi vida.




En Plena Oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora