ִֶָ𓂃 ࣪˖ 𝟑. ࿐

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Tras la conversación con Rody, Izuku decidió comprobar qué veía Bakugo en él. Dejó de buscarle y empezó a ignorar sus mensajes, evitando cualquier interacción que no fuera estrictamente necesaria. Al principio, no esperaba gran cosa, pero pronto se dio cuenta de que Bakugo no estaba dispuesto a dejarlo marchar tan fácilmente.

Todos los días, Bakugo le buscaba con excusas para comer juntos, salir un rato o simplemente pasar tiempo a solas. Izuku lo rechazaba con respuestas cortas y evasivas, intentando no ceder a la culpa que empezaba a crecer en su pecho. Sin embargo, Bakugo no se daba por vencido. Insistía, cada vez más, y su comportamiento empezaba a hacer que Izuku se sintiera incómodo, casi arrepentido por mantener distancia.

El conflicto interior de Izuku se intensificaba cada día que pasaba. Una parte de él quería perdonar a Bakugo, dejar atrás el resentimiento y reanudar la extraña pero significativa conexión que compartían. Sin embargo, otra parte temía que, si lo hacía, volvería a caer en lo mismo de siempre, sin saber realmente si Bakugo valoraba su relación. Después de todo, nadie lo había valorado jamás, o almenos hasta entonces.

Bakugo nunca había sido de los que mostraban debilidad. Para él, las emociones eran algo que había que controlar, reprimir si era necesario, y evitar a toda costa demostrarlos en impulsividad. Sin embargo, desde que Izuku había empezado a ignorarle, no podía evitar sentir un vacío que le consumía lentamente. Cada vez que veía el asiento vacío de Izuku durante el almuerzo, o cuando pasaba por los lugares donde solían reunirse, un nudo de frustración y tristeza se le apretaba en el pecho. El pecoso se había convertido en una constante en su vida en tan solo unos meses y ahora Bakugo no sabía cómo manejar la ausencia de su presencia. El chico de pelo verde siempre estaba ahí, como un amigo o y una persona especial, diferente.. algo que Bakugo aún no comprendía del todo. Ahora, sin él, todo se sentía apagado, sin sentido. Cada día que pasaba sin hablar con Izuku, sin ver su sonrisa o escuchar su voz, hacía que Bakugo se sintiera más perdido.

Aquella tarde, durante una clase, la profesora había traido a colacion el tema de la universidad, algo en lo que Bakugo había estado evitando pensar. Pero cuando lo hizo, su mente, casi instintivamente, se volvió hacia Izuku. Sin pensarlo mucho, Bakugo tomó una decisión que le sorprendió incluso a él mismo: iría a la misma parte que Izuku. Fuera donde fuera, le seguiría. La idea de estar en un lugar donde no pudiera verle, donde no pudiera al menos saber que estaba cerca, era insoportable. Pero antes de poder hacer realidad ese plan, sabía que tenía que arreglar las cosas con Izuku. Esa misma tarde, antes de que finalizara la clase, salió a buscar su idea, no era algo que hiciera habitualmente, pero estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que Izuku le perdonara. Decidió comprar chocolates, un gesto sencillo pero sincero.

Con la caja de chocolates en la mano, Bakugo se dirigió al aula donde sabía que estaría Izuku. Sus pasos eran firmes, pero el corazón le latía con fuerza en el pecho. No estaba seguro de cómo reaccionaría Izuku, pero tenía que intentarlo. Cuando llegó, no entró de inmediato. Se quedó fuera unos minutos, recuperando el aliento, luchando contra la sensación de vulnerabilidad que no podía quitarse de encima.

Finalmente, decidió entrar. Encontró en el puesto de Izuku, al chico recostado en la mesa, al parecer dormido, como esperaba. Sin mediar palabra, se acercó a la mesa y dejó la caja con cuidado.

Sin esperar más, se dio la vuelta y abandonó rápidamente el lugar. No quería estar allí cuando Izuku encontrara los chocolates; tampoco quería encontrarse con su mirada si la decepción o la indiferencia eran las respuestas. Pero en el fondo de su corazón, Bakugo sabía que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para enmendar lo que fuera que había hecho, no era una opción permitirse perder lo poco que aún tenía con Izuku.

Mientras se alejaba, el vacío seguía allí, pero al menos ahora sentía que había dado el primer paso para llenarlo.

Cuando Izuku sintió un ruido en la espalda, se giró y vio a Bakugo, que se marchaba sin decir palabra y dejaba una cajita en la mesa de al lado. Izuku la miró sorprendido, pero antes de que pudiera decir nada, Bakugo ya se estaba alejando, saliendo por la puerta sin mirar atrás.

𝓢easons ๋࣭ ⭑⚝. (bkdk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora