No pego un ojo en toda la noche. La incertidumbre y la incomprensión dominaron a mi mente impidiendo que se relaje y consiga conciliar el sueño. Tengo llamadas y miles de mensajes perdidos de mis compañeras debido a que anoche me vine a mi departamento sin despedirme por lo mal que me sentía. Ese calor que sentí anoche en el bar no se disipa como esperaba que ocurra, sigue dentro de mi por más de que me haya duchado con agua helada tres veces en siete horas.
Hay dos mensajes que me llaman la atención de mi móvil, uno de Alaric preguntando cómo me sentía con mis primeras horas con veintidós años y que debemos juntarnos a almorzar, y otro de mamá rogándome que vaya a su casa a recoger el libro si no quiero verla enfadada. Y juro que nadie en este planeta quiere verla enfadada. Le confirmo que iré a por el por la tarde.
Cumplo con el pedido de mi amigo y le digo que venga a mi hogar a almorzar en una hora. Me encuentro cocinando pasta italiana con una salsa de tomates picante en la cocina, Dobby se mantuvo pegado a mi pierna todo el rato, eso que le puse su comida favorita en su cuenco para que coma y aun así no se acerco a ella.
Mi amigo llega puntual. Almorzamos en la terraza del edificio con la hermosa vista al bosque que se encuentra a menos de un kilómetro de distancia, con mi mascota acostada en mi regazo intento arreglármelas para comer.
— ¿Que te han regalado?— pregunta mi amigo con la boca llena.
¿Además de más misterios a la lista de los que ya tenia?
— Ropa, alcohol, libros...
— ¿Acaso te han regalado 50 sombras de Grey, pervertida?— pregunta entre risas.
— Ojalá hubiese sido ese— susurro en un lamento.
— ¿Entonces cual fue?
No debería contarle, no quiero que crea que estoy más demente de lo que ya debe creer...
— No importa— digo mientras tomo una rodaja de pan para untarla con la salsa— ¿tienes exámenes?
— Si, esta semana dos. Papá no para de presionarme para que haga más materias y así graduarme lo antes posible para trabajar con él.
Tenemos eso en común, pero es mi madre en vez de mi padre quien me presiona siempre.
— Lo lamento.
— Yo no, no me afecta en lo más mínimo su presión, ¿te apetece? — pregunta sacando de su bolsillo un paquete de condon mientras sube y baja sus cejas.
¿Liberar tensiones? Ahora mismo me parece perfecto, asiento y recojo los platos con su ayuda.
— ¿Quien es el pervertido ahora?– le digo entre risas.
Al llegar al departamento y dejar los platos en el lavabo veo cómo Alaric comienza a quitarse su chaqueta y su camiseta y comienza a caminar en mi dirección lentamente, con esa expresión de querer devorarme que tanto conozco. Es sumamente atractivo, su cabello castaño medio rojizo resalta por su pálida piel que a su vez hace que sus ojos oscuros sean el doble de profundos. Esto no es tan habitual, sucede cada dos semanas máximo, y por más que deba mantener mis sentimientos apartados en un cofre imaginario de mi mente para no pensar que esto no llegará a ningún lado, descubro que últimamente me lleva menos esfuerzo que otras veces lograrlo. Comienzo a desabrochar la parte trasera de mi vestido negro cuando por una razón que desconozco el recuerdo de unos ojos color oro fundido invade mi mente, unos ojos que se bien que quieren matarme pero que de todos modos logro invocarlos con una extraña sensación en la parte baja de mi vientre. No tiene sentido alguno pero últimamente nada lo tiene. Detengo mis movimientos en cuanto vuelvo a alzar mi vista y ya no veo a Alaric medio desnudo, sino que a un hombre más alto y más deslumbrante... es Brandon pero vestido y con una expresión de desconcierto por un microsegundo que pasa a ser intimidante y penetrante al recorrerme de arriba a abajo y ver mi intención de querer quitar mi vestido.
— Cuidado con lo que deseas– susurra con la voz más grave que le he oído.
Froto mis ojos con seguridad de que esto no es real y al abrirlos veo que no hay nadie frente a mi, y que mi mejor amigo Alaric sale del toilette cercano.
— ¿Todo bien?
¿Pero si él no estaba frente a mi?
— Si. Debo ir de mis padres en un rato, ¿y si lo dejamos para otro día?
Ya no me apetece tener sexo con él si en quien estoy pensando es en otra persona. Parece más sorprendido de lo que esperaba, pero asiente.
Al dirigirme a casa de mis padres por la tarde, decido escuchar a Halsey en mis auriculares para despejar mi mente en el camino por al menos quince minutos. Son demasiadas cosas para pensar. Demasiados misterios. Demasiado todo.
Voy por la ruta de siempre, por las calles principales del pueblo. Tuve que traerme a Dobby conmigo en mis brazos debido a que se puso a protestar al ver que me iba de mi hogar sin él. Saludo a unos vecinos conocidos cuando estoy cerca de mi antigua casa, pero para mi desgracia hay algo fuera de lo común... un brillo violeta resplandeciente se dislumbra por las paredes de un callejón. Lo poco de sentido común que me queda encima me obliga a continuar mi camino y fingir que no acabo de volver a ver más brillos extraños por décima vez en menos de dos meses, pero mi lado curioso me obliga a detenerme en seco y dudar en si debería ver de donde proviene, quizá obtenga una respuesta.
Giro sobre mis talones y me dirijo a aquel callejón. Dobby en mis brazos comienza a removerse y ronronear desenfrenadamente.
— Tranquilo, solo quiero ver una cosa— le susurro para calmarlo cuando clava sus garras en mi.
Una vez en el inicio del oscuro callejón, en medio de dos altas casas, veo que el brillo sigue allí, entorno mis ojos para enfocar la vista y avanzar por el mismo.
— Lilith Endor...— oigo un susurro femenino que va de mi oído derecho al izquierdo.
— ¡ ¿Quien anda ahí?!
Y entonces por el rabillo del ojo veo el origen del destello. Dos ojos aparecen en la zona más oscura de lo profundo del callejón, dos ojos totalmente negros con pupilas violetas destellantes. Carajo, es lo más aterrador que he visto, pero me obligo a mantenerme rígida. Dobby en mis brazos no deja de retorcerse y gruñir en su dirección.
— Tienes algo que yo quiero.
Acto seguido dos muros negros se construyen en la entrada y salida del callejón impidiéndome usar la opción de salir corriendo. Estoy atrapada.
Atrapada con una desconocida armada con una cuchilla que se aproxima a mi.

ESTÁS LEYENDO
Sangre sobrenatural
FantasyLa vida de Lilith se pone de cabeza cuando descubre que es la única en ver el cabello plateado y los ojos de un color como el oro recién fundido del chico nuevo del pueblo de Salem. La vida de Brandon toma aun más adrenalina cuando decide atar los c...