Quemado #7

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Espero que les guste~

Nota: Aprovecho que más o menos tengo las ideas en mente antes de que se me desvanezcas xD

Como pocas veces sucede, los hermanos Matsuno están en la sala en vez de su habitación, cada quien luchando por distraerse en su propio pasatiempo pero sin lograrlo realmente, todos pensando en el único hermano que no estaba con ellos. Nunca le habían prestado mucha atención pero estando así, sin él, las cosas se sienten incompletas e inestables.

-¡Ah, ya no puedo más!- Todomatsu es quien rompe el extraño silencio entre todos ellos, sin poder soportar más la tensión después de tantos días, desplomándose de manera dramática y dejando su teléfono de lado por un rato. De cualquier manera, no había nada interesante que entretuviera su mente. Los demás suspiran, casi aliviados de que alguien al fin reaccionara, dejando sus propias cosas para medio reunirse. -¿Qué se supone que vamos a hacer?- casi solloza.

-No lo sé- Choromatsu hace una mueca, acariciando con aire distraído el monedero de Nya-chan que su hermano de azul le había regalado alguna vez.

-¿Podemos siquiera arreglar esto?- Osomatsu se pasa una mano por el cabello, despeinándolo, luciendo y estresado como todos, una imagen rara teniendo en cuenta que son mantenidos sin trabajo. -Nos tiene miedo, esta aterrado- es una realidad que duele.

-Nos lo merecemos...somos basura- Ichimatsu se encoge aun más en su lugar, acariciando con cierta ansiedad el lomo de Esper, quien en realidad no se queda y solo se acomoda en su regazo, dispuesto a dormir al parecer.

-Karamatsu Nii-san no se rendiría con nosotros- Jyushimatsu juega con las largas mangas de su buzo, su sonrisa tenue y los ojos algo apagados pero en él, aun brilla la esperanza de que las cosas pueden mejorar. -Merece que lo intentemos al menos o lo perderemos para siempre- y ellos se siente avergonzados una vez más. Las cosas están mal, la cagaron a lo grande y lo saben pero incluso si no tiene muy en claro como arreglar aquello, saben que deben intentarlo y cambiar para mejor. No podían dejar que las cosas siguieran igual.

-Tienes razón- el de reojo llama la atención. -Tenemos que dejar que ser basuras entre nosotros ¡Somos hermanos! Solo nos tenemos los unos a los otros, ¿no es así?- los presentes comparten una mirada entre ellos. Siempre estuvieron juntos contra el mundo, defendiéndose entre ellos, y aunque en algún punto se habían desviado de ello, estaban un poco emocionados por volver a eso. Eran hermanos, eran sextillizos. -Entonces, intentemos no perder a nuestro hermano- y ellos asiente, en un acuerdo total. Iban a intentarlo, sin querer perder a uno de ellos. 5 no era mejor que 6, nunca lo fue. -¡Bien!- asintió con satisfacción. -¡Hagamos una lluvia de ideas!- sonrío, todos luciendo más animados y dispuestos.

El sonido de alguien golpeando la puerta llama su atención.

-¡Yo no!- hablan casi al unísono pero el mayor lo hace muy lento, haciendo una mueca ante los rostros victoriosos del sus hermanos.

-Somos hermanos- se recuerda a si mismo al levantarse, caminando hacia la puerta con cierta molestia, alguien los había interrumpido en una conversación importante. -¿Qué haces tu aquí?- enarco una ceja cuando abrió y se encontró con Chibita afuera, quien enarco una ceja, luciendo poco impresionado.

-Hola a ti también, idiota- bufo, acomodando el bolso que tenía colgado en uno de sus hombros. -¿Me dejas entrar o no?- Oso tiene la tentación de negarse, quizás cerrarle la puerta en la cara solo por pura maldad pero una voz se le adelanta.

-¡Chibita!- el mayor se tensa, enderezándose antes de voltearse con los ojos bien abiertos, sorprendido de ver a Kara fuera de su cuarto en solitario y sintiendo una punzada de envidia en su pecho al notar que su hermano esta sonriendo, luciendo animado por primera vez desde su llegada. -¡Viniste!- su voz es suave pero con animo notable.

-Hey, Karaboy- Chibita, básicamente, se fuerza a si mismo para entrar y en su camino, puede que haya golpeado la entrepierna ajena, sonriendo con satisfacción cuando el de rojo cae de rodillas con un gemido de dolor. -Por supuesto que vine, tonto- se quito los zapatos y se adentro del todo. -Hasta traje bocadillos- hace un gesto hacia su bolso y ambos se alejan, de seguro para volver a la habitación del Matsuno de azul pero el más bajo puede sentir las miradas llenas de envidia y celos en su nuca, algo que ignora con un bufido burlón.

Los Matsuno se hunden en su envidia, sus celos solo empeorando cuando los espían. Pueden ver que Kara esta mucho más relajado con la presencia de Chibita, escuchando con un ligero brillo en su único ojo visible y una suave sonrisa mientras el más bajo divaga sobre sus clientes o los programas que vio, sacando cosas de su bolso, al parecer planeando quedándose un rato. No habla mucho, excepto por pequeños comentarios aquí y haya, a veces sus hombros sacudiéndose con una risa silenciosa ante algo divertido, aceptando con gusto los bocadillos que el otro trajo. Están furiosos cuando permite que su amigo toque su espalda, ayudándole con esa extraña crema sin etiquetas que Dekapan le recomendó usar y que solo han visto a su madre ayudarle, sin estremecerse siquiera, llegando a tararear ligeramente.

Ellos anhelan poder llegar a tener algo así, lograr que su segundo hermano se relajara con ellos y pudiera sonreír, esta vez de verdad, poder tomar su mano y abrazarlo sin que este retrocediera o se estremeciera, poder escuchar su voz sin necesidad de tener que espiarlo. 

Solo desean poder arreglar lo que estropearon y recuperar el amor de su hermano.

Love Karamatsu (Osomatsu-san)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora