Adolescente #4

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Espero que les guste~

Karamatsu es el único de los sextillizos que vuelve directamente a casa después de la escuela. Osomatsu parece preferir acosar a los estudiantes de la escuela que viera, pidiendo dinero o incluso una cita a las chicas que consideraba bonitas, solo para levantarles la falda en señal de broma ante una negativa y recibiendo una cruel consecuencia ante sus acciones. Choromatsu finge estar en la biblioteca, cuando en realidad pasa por su tienda favorita de revistas y luego se esconde en algún lugar para poder leerlas y como el pobre de Todomatsu no sabía volver por su propia cuenta, terminaba siguiéndolo sin pensar, distrayéndose con cosas a su alrededor para pasar el tiempo. Ichimatsu prefiere pasar todo el tiempo posible con sus amigos, yendo de aquí para haya, sin ser muy especifico en ninguna de sus salidas. Jyushimatsu prefiere sentarse siempre en un punto especifico, haciendo muecas y fingiendo fumar para que nadie se le acercara por unas horas.

Así que no se sorprende mucho de no ver a ninguno cuando llega.

-¡Estoy en casa!- se anuncia, dejando sus zapatos organizados y avanzando con paso lento, algo ansioso al ver a su madre asomarse por la cocina.

-Bienvenido- elle le sonrío, secándose las manos con un trapo mientras se acercaba. -¿Cómo te fue hoy?- Kara no lo había notando en su tiempo, cuando era un adolescente tonto y demasiado distraído, pero ahora puede ver que su madre parece ansiosa y él no puede evitar sentir tristeza. Ella debe estar preocupada por ellos y su actitud actual, de seguro notando la tensión y la separación entre ellos.

-Muy bien. No me dejaron tarea- le sonrío, esperando poder al menos relajarla un poco pero sabe que ella no estará completamente tranquila, no hasta que tenga a todos sus hijos en casa. -Hice una amiga-

-¿En serio?- eso parece animarla notablemente, con una sonrisa brillante y el segundo mayor tiene la sensación de que esta dejando su imaginación volar, de seguro pensando en su hijo casado o algo así como siempre, pero no se queja, no esta vez. -¡Eso es fantástico, cariño!- se acerca para abrazarlo y Kara se tensa un poco en el momento en el que ella lo olfatea ligeramente. -¿Por qué hueles a humo?- lo mira con preocupación.

-Miko, mi amiga, y yo estábamos hablando en los descansos pero había gente cerca fumando- que mal que se siente por mentirle a su mamá. -Es un olor pegajoso, ¿no?- sudo, ansioso y nervioso, luchando por no demostrar nada mientras ella lo analizaba y suspira mentalmente de alivio cuando ve su expresión ablandarse.

-Estos adolescentes de hoy en día, empiezan a fumar cada vez más jóvenes- negó, dándole un ligero apretón a las manos de su hijo. -Ve a cambiarte y dame tu uniforme, conozco una gran forma de quitarle ese olor sin tener que lavarlo porque temo que si lo hago, no seque para mañana-

-Esta bien- acepta y se dispone a cumplir, recordándose a si mismo investigar como hacer algo así para poder hacerlo por su propia cuenta porque sabía que las excusas solo llegarían hasta cierto punto.

Cerca del horario del almuerzo es cuando todos aparecen o bueno, la mayoría porque Ichi parece haber decidido almorzar con sus propios amigos, y es tan incomodo como Karamatsu lo recordaba. Ninguno de ellos se mira siquiera, no hablan y hasta se pelean un poco por la comida, hasta que al final, solo que él y todos los platos sucios. Ellos se van, a hacer quien sabe que cosas de las que no hablan al decir verdad y dejando a su madre llena de ansiedad hasta que decidan volver una vez más.

Y verla lucir tan triste mientras lava los platos, hace que su corazón se estremezca. Había estado muy hundido en su propio dolor en aquella época como para notar lo dolida que había estado su madre pero esta, no es así.

-Mamá- se le acerca con una sonrisa amable. -¿Te puedo ayudar en algo?- y ella parece que quiere llorar ante la simple pregunta, los ojos brillando pero manteniendo una suave y algo temblorosa sonrisa en su rostro.

-Sería de mucha ayuda un par de manos extra- y Kara se endereza, asintiendo con decisión. Mientras ella se encarga de terminar de lavar los platos y limpiar la cocina, él se encarga de recoger y doblar la ropa, incluso la guarda y se encarga de limpiar un poco su cuarto compartido, aunque se asegura de no mover demasiado las cosas de sus hermanos. Lo que menos desea es que estalle una pelea o algo así. Al final, ambos se encargan del resto de la casa hasta dejarlo impecable, y para el deleite de la mujer, el adolescente se ofrece incluso a ayudarle a hacer la cena.

Kara, dispuesto a hacer las cosas diferente esta vez, desarrolla una nueva rutina con las semanas. Se levanta temprano, siendo el primero en el baño y en alistarse, para poder ayudar a su madre a preparar y empacar los almuerzos de todos. Es quien primero sale, encontrándose con Kimiko en el camino para ir juntos a la escuela y pone esfuerzo para ser mejor. Hay algunas cosas que recuerda, algunas que no, pero le pone empeño. Evita fumar todo lo que puede, es un mal habito, aunque tiene momentos de debilidad pero internet le enseña como quitar el aroma sin necesidad de llamar la atención y para evitar sospechas de cualquier tipo. Cuando esta en casa, ayuda a limpiar y ordenar, a cocinar también usualmente, dispuesto a aligerar un poco la carga de su madre. Hace las compras a veces, en ocasiones se encarga de la ropa y de los futones, siempre buscando algo en lo que podría ayudar. Y cuando no esta ocupado, esta hablando con Kimiko, la mejor amiga que hubiera deseado tener en su momento y que parecía con cada fibra de su corazón.

No se da cuenta de que todo eso llama la atención.

Los hermanos, al principio, realmente no habían notado mucho. Claro, la casa estaba más limpia y su cuarto estaba constantemente arreglado, sin mencionar que su gran futón y pijamas siempre tenían olor a limpia, además de que su almuerzos estaban más deliciosos y personalizados hasta cierto punto pero realmente, lo ignoraron hasta que ya no pudieron. Karamatsu había cambiado y mucho. Más responsable y estudioso, ayudando en casa y en la escuela, con una amiga con la que siempre veían y luciendo mucho más social en comparación a antes pero no con ellos. No intenta hablar con ellos, ni en los descansos en la escuela o en el almuerzo en casa, tampoco los sigue. Casi parece haberlos superado.

Y eso duele, mucho más de lo que cualquiera habían esperado.

Love Karamatsu (Osomatsu-san)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora