Quemado #6

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Espero que les guste~

Los padres de los sextillizos demandan una "reunión familiar de emergencia", sin Karamatsu de momento, para poder dar unas merecidas explicaciones a sus hijos que parecen hasta un poco ofendidos por lo que le ocultaron.

La mujer no tiene mucha piedad a la hora de hablar. Habla de la llamada repentina que recibieron temblando en la mañana y su salida rápida al hospital, les cuentan el mal estado en el que se encontraba Karamatsu, cuyas quemaduras eran graves y corrían peligro de alguna infección. Expresa su decepción e ira que aun parece quedarse en ella, sin estar satisfecha cuando ellos bajan la cabeza, esos sentimiento quedando un poco arraigados en su corazón junto a la imagen de su hijo internado en mal estado. El hombre es quien habla del tratamiento que el doctor había recomendado en ese momento, la larga recuperación y las múltiples cirugías que el segundo mayor podría necesitar. Ella llora cuando habla de ver a uno de sus hijos vendados, drogados hasta las cejas con morfina, incapaz de saber realmente que sucedía a su alrededor por la necesidad de analgésicos para evitar el dolor. Incluso comenta del milagro de una noche, de un loco que se adentro al hospital solo para tirar un liquido desconocido en el herido para poder ayudarlo a curarse más rápido y evitarle todo ese horrible procedimiento. Termina por decir su decisión del momento de mantener a su segundo hijo lejos de los demás para permitirle relajarse un poco.

Al mismo tiempo, hay una horrible sensación de vergüenza y desprecio que llena a los hermanos, que solo empeora a medida que ella sigue hablando. Esa noche en particular es realmente borrosa para todos, habían estado durmiendo plácidamente cuando los ruidos y gritos que venían de afuera los despertaron. Estaban lo suficientemente molestos como para no mirar siquiera lo que sucedía y solo lanzar lo que tenían más a mano con tal de conseguir el silencio que tanto anhelaban, más dormidos que despiertos si eran sinceros, volviendo a caer en sus lugares en cuanto el ruido seso. No pensaron mucho en eso y lo olvidaron en la mañana, volviendo a sus rutinas de siempre, incluso si les había faltado un hermano.

Enterarse de lo que sucedió realmente es como un golpe directo al rostro, horrible y doloroso, del tipo de dolor punzante que no parece que vaya a desaparecer pronto.

Se sientes asqueados consigo mismos. Osomatsu luce pálido, con el recuerdo de su encuentro anterior con Kara reproduciéndose una y otra vez en su cabeza, recordando el miedo puro que vio en su expresión. Choromatsu se queda en silencio, con los ojos perdidos en la nada, preguntándose en donde la cagaron y fallando en encontrar un momento en donde no lo hicieron. Ichimatsu se acurruca alrededor de su gato en busca de consuelo, sintiéndose como la peor basura del mundo, sin poder luchar realmente con las lagrimas que corren por sus mejillas. Jyushimatsu llora en silencio, lamentando no haber sido más atento con el hermano que siempre esta a su lado, jugando y animándolo. Todomatsu no tiene vergüenza en llorar, arrepintiéndose de todas sus acciones y comentarios en contra del aquel hermano que siempre lo apoya en todo.

Son escoria, no es una sorpresa, pero por primera vez, darse cuenta de eso realmente duele. La culpa los golpea y los abruma cuando Karamatsu se muestra un par de días después. Se ve mucho peor de lo que realmente habían podido imaginar, las cicatrices en su rostro son suficiente como para romper el corazón de todos. Kara luce muy fuera de lugar y muy diferente a lo que estaban acostumbrados, menos narcisito y confiado, más ansioso y nervioso, pareciendo pequeño con ese buzo color azul pastel de aspecto nuevo que parece quedarle grande y de mangas largas que cubren apenas sus manos, de shorts y medias largas. Los mira con su único ojo, temeroso, antes de desviar la vista.

Es notable que Kara no se siente realmente cómodo estando allí.

-¿Están todos listos para dormir?- Osomatsu aplaude para llamar la atención. El futón ya esta preparado, todos ya están vestidos con sus pijamas excepto Kara que ahora usa short y una remera sin mangas por alguna razón, pero hay una notable tensión entre todos ellos que a estado intentando apaciguar lo mejor que puede, algo que no parece funcionar del todo. Hay ansiedad, nerviosismo viniendo de cada uno, en una clara señal de que no tienen muy en claro como deberían actuar ahora pero de momento, solo continúan como puede. Oso tararea ante el coro de aceptación, algunos con cansancio por el estrés que ninguno pudo realmente soltar y otros aliviados de que ese horrible día terminara de una vez pero la puerta se abre y su madre se adentra.

-Kara, cariño, prepare el futón para ti en el cuarto de invitados- habla con amabilidad y el mencionado se le queda mirando, relajándose en su lugar, mostrando una pequeña sonrisa llena de alivio notable que ella no duda en devolverle.

-¿Karamatsu Nii-san no dormirá con nosotros?- Totty decide ignorar lo infantil que se siente al preguntar, tembloroso, había querido tener la oportunidad de querer acurrucarse con su hermano si era sincero. Buscar una especie de consuelo de que él todavía estaba con ellos y si se basa en las expresiones de los demás, no era el único que prefería tener que a Kara allí.

-¿Y dejar que alguno de ustedes lo pateen entre sueños? Ni hablar- Matsuyo aun estaba dolida por el comportamiento de sus hijos, decepcionada y preguntándose en donde fallo o cuando dejo de prestar atención a su comportamiento hasta el punto que se salió de control, pero tiene que centrarse. Tiene un hijo herido y asustado, es su prioridad de momento. -Vamos, cariños, es hora de dormir- apoya su mano en la espalda de su hijo, con mucho cuidado, pudiendo sentir que se relaja y se apoya en el toque, dejándose guían con facilidad. Es testigo de lo mal que están las cosas al ver como el segundo mayor ni siquiera se voltea a ver a los demás, quienes lucen dolidos y con el corazón roto.

Las cosas no mejoraron con el pasar de los días.

La mujer pareció relajarse un poco ahora con todos sus hijos en casa, en especial que ahora los tenía separados, pero para el resto, la tensión en esa casa amenazaba con ahogarlos en cualquier momento. Ver las cicatrices era incomodo, aunque se abstenían a decir algo por miedo a cagar más la situación, y darse cuenta de que el segundo mayor les temía solo sirvió para hacer que la culpa fuera aun más pesada sobre ellos. 

Estaban deprimidos porque a pesar de que Karamatsu no los evitaba, no realmente, tampoco se esforzaba en pasar tiempo con ellos como antes, manteniéndose alejado y distante. Apenas los mirada de reojo antes de desviar la vista rapidamente, sin dirigirles la palabra pero a veces, si tenían mucha suerte, podían escucharlo hablar con su madre. Era la única oportunidad que tenían para escuchar y ni siquiera era su voz innecesariamente grave o la normal, era suave, casi tímida por alguna razón.

Los Matsuno nunca pensaron que en realidad extrañarían las palabras poéticas mezcladas con palabras en ingles, añoraban con cada fibra de sus ser ver esas ropas brillantes y dolorosas una vez más, acompañado de una pose exagerada en un intento de ser "cool". Extrañaban a su hermano pero este les temía y si lo pensaban un poco mejor, estaba en todo su derecho.

¿Cómo se supone que podrían arreglar esto?

Love Karamatsu (Osomatsu-san)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora