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― ¡Te gané! ―sonreí victorioso, y moví mi ficha en el tablero de ajedrez.

Otra partida más en la lista de ganadas.

Bible también sonrió e hizo una señal para que recogieran el tablero, mientras él se levantaba. Hice un puchero.

―Oye, ¿por qué? Una partida más.

―Su Alteza, el almuerzo está próximo a ser servido. No más partidas.

― ¿O es que temes que te venza de nuevo?

―Yo lo he dejado ganar, su Alteza, de no ser así, seguiríamos jugando todo el día y usted tiene cosas que hacer.

―Insolente. ―dije, con una sonrisa.

Él dejó escapar una pequeña risa. Me gusta cuando por momentos olvida que es mi mayordomo y dice cosas como esas. Me recuerda mucho a los primeros años que llegó al palacio y siendo los dos tan jóvenes era más sencillo pasar por alto ciertas formalidades y protocolos. Sin embargo, las cosas cambiaron y hace mucho que él adoptó una postura... más acorde con el título que tiene.

No me gusta eso.

―Alteza.

Me giré y una de las criadas hizo una reverencia hacia mí, entrando al estudio.

― ¿Qué ocurre?

―Alteza, su hermano mayor, el príncipe Bas está aquí para almorzar.

― ¡¿Bas está aquí?! ―exclamé con emoción y me levanté de inmediato.

En cuanto lo vi al llegar al comedor, fui hasta él y lo abracé con fuerza.

Hacía un par de meses que no lo veía. Cuando se casó, empezó su luna de miel así que por eso no había venido a visitar. Su mayordomo, Apo, estaba a su lado. No dudó en hacer una reverencia hacia mí.

― ¿Por qué no me avisaste que venías? ¿Y Tharan?

―Aún está un poco cansada por nuestro viaje, le dije que podía quedarse y descansar, pero yo me moría por verte. ―me sonrió―. ¿Cómo has estado? ¿Y papá?

―Igual de gruñón. No debe tardar en bajar si ya sabe que estás aquí.

― ¿Qué tanto han discutido esta semana?

―Seguro aún le duele la garganta de tantos gritos que me pega al día.

Bas sonrió, negando un poco con su cabeza y desordenándome el cabello.

―Ya te he dicho que no lo hagas enojar tanto. Está enfermo, Build.

―No puedo evitarlo. Parece que se molesta conmigo por solo existir. ―hice un mohín y luego lo tomé de la muñeca, alejándolo conmigo un par de metros y bajando la voz―. ¿Sigue en pie nuestro acuerdo?

― ¿Cuándo te he fallado?

―Es solo que...

―No seas desesperado. ―me reprendió―. ¿Más bien tú has cumplido con tus deberes?

―Pues... sí.

―Por deberes no me refiero a hacer caminatas por los jardines ni jugar ajedrez con Bible, Build, tampoco dar paseos a caballo o ir a cazar.

―Pero es divertido. ―sonreí.

―Eres el príncipe menor. Tienes obligaciones. ―me habló seriamente. Bas solo usa ese tono cuando es un tema del cual no acepta bromas―. ¿Has asistido a los bailes de beneficencia? ¿Has ido a ver al reverendo? ¿Has visitado el Hospital Estatal?

El Precio del Príncipe [BibleBuild]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora