❝𝟎𝟓❞

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Jimin caminaba por los jardines con la ligera brisa acariciando su piel, su atuendo resaltaba su figura, especialmente con el pantalón entallado que ajustaba perfectamente a su cintura.

El rosa suave de su camisa contrastaba con la gargantilla negra ajustada a su cuello y los pendientes de oro que brillaban bajo la luz matutina. Había cortado su cabello hasta los hombros recientemente, y el movimiento de cada mechón al caminar hacía que el corte pareciera aún más elegante.

Mientras avanzaba con una sonrisa en el rostro, sus ojos buscaron entre los guardias hasta que lo vio. Su sonrisa se amplió y sin poder contenerse, gritó el nombre de la persona que andaba buscando.

-¡Jungkook!

El alfa de cabello negro, que estaba supervisando a cinco de sus hombres mientras hacían lagartijas, giró la cabeza al escuchar su nombre. Al verlo, su rostro se iluminó con una sonrisa que recordaba a la de un conejo, mostrando los dientes delanteros. Era un gesto lleno de afecto y nostalgia.

Jungkook y Jimin compartían una historia, un vínculo que se había forjado en el palacio de Etherion. Llegaron juntos, dos jóvenes cargados de incertidumbre. Jimin, siendo el mayor, se había convertido en una especie de hermano mayor para Jungkook.

Pero su destino los separó cuando, debido a sus castas, fueron enviados por caminos diferentes: Jimin como omega, Jungkook como alfa. A pesar de los años de distancia y la diferencia en sus roles actuales, ese afecto fraternal nunca había desaparecido.

-Jimin -respondió Jungkook, con su sonrisa ahora plena.

El alfa caminó hacia él, dejando a sus hombres continuar con sus ejercicios, y se detuvo frente al rubio, observando su nuevo corte de cabello con sorpresa.

-¿Te lo has cortado? -preguntó Jungkook, tocando uno de los mechones.

-Me cansé de lo largo -respondió Jimin con una risita suave-. ¿Cómo me veo?

-Más hermoso que nunca, hyung -bromeó Jungkook, ganándose un suave golpe en el brazo.

Ambos rieron, pero detrás de la broma había una sinceridad que solo los años de cercanía podían permitir.

Mientras caminaban juntos por los jardines, Jimin no pudo resistirse a hacer una broma a su viejo amigo.

-Así que, Líder de la guardia real -dijo Jimin, con una sonrisa traviesa en el rostro-. ¿Cómo te sientes en tu nuevo rol de gran jefe?

Jungkook se rió, su risa resonando en los tranquilos jardines, y se inclinó un poco hacia Jimin.

-Oh, ya sabes, siempre es un desafío -respondió Jungkook con un tono exagerado de seriedad, mientras sacudía la cabeza-. Pero me las arreglo.

Ambos se alejaron de los cinco hombres que estaban haciendo lagartijas bajo el sol, quienes estaban exhaustos y apenas podían mantener el ritmo. Jimin miró hacia atrás y luego preguntó, curioso:

-¿Qué hicieron para estar en esa posición? Se ve que no están pasándola muy bien.

Jungkook volteó la mirada hacia los betas y luego se volvió a Jimin, con una expresión que mezclaba diversión y paciencia.

-Ser un dolor en el trasero, principalmente -dijo Jungkook-. Son nuevos y todavía tienen mucho que aprender.

Jimin arqueó una ceja y le lanzó una mirada de reproche

-¿De verdad? -preguntó con una sonrisa burlona-. También fuiste nuevo alguna vez.

Jungkook lo miró con aire de superioridad fingida y, siguiendo el juego, respondió:

𝐄𝐋 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐈𝐎 | 𝐘𝐌 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora