❝𝟏𝟎❞

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La carpa real en el patio estaba adornada con ligeras cortinas que se mecían suavemente con la brisa invernal. Beomgyu corría alegre entre los guardias, su risa resonaba mientras blandía con entusiasmo una espada de madera que uno de ellos le había tallado.

Bajo la sombra de la carpa, Chaerin, estaba sentada en un diván con una postura serena y firme. Sus ojos observaban a su nieto con una expresión contemplativa. A su lado, la princesa YoonJi descansaba con elegancia, su mirada afilada, mientras Yongsun y Suran completaban el círculo, cada una en su lugar, como si fuera un juego de equilibrios.

—El solsticio de invierno está a la vuelta de la esquina —comentó Chaerin, su tono solemne mientras apartaba la mirada de Beomgyu—. Este año, la celebración será crucial. Coincide con el quinto cumpleaños del príncipe, y el reino espera una festividad memorable.

YoonJi esbozó una leve sonrisa, tomando un sorbo de su té. —Siempre lo es, madre. Pero este año será especial, ¿verdad? El pueblo no espera menos que una festividad grandiosa.

Chaerin asintió, su semblante imperturbable. —Este año no habrá espacio para errores. Todo debe estar impecable, como corresponde a la familia real.

Yongsun inclinó la cabeza. —Ya se habla de las festividades en las calles. El banquete real es lo más esperado por todos.

Suran, aunque en silencio, no pudo evitar sumarse a la conversación. —Es un momento muy importante para el reino. El invierno siempre ha sido símbolo de renovación, de un nuevo ciclo. —Hizo una pausa antes de añadir con cuidado—. Y más aún, siendo la primera gran celebración de Beomgyu.

Chaerin, sin desviar la mirada de Beomgyu, dejó escapar una leve sonrisa. —Así es. Mi nieto debe ser presentado al mundo con la grandeza que le corresponde.

Suran asintió lentamente, ocultando su incomodidad. —Por supuesto. El príncipe brillará en su día, como lo merece.

YoonJi lanzó una mirada calculadora a Suran, aunque su tono era deliberadamente ligero. —Estoy segura de que todo será perfecto. Después de todo, es un día muy esperado... especialmente por su majestad el rey.

Chaerin mantuvo su mirada fija en la distancia. —El rey tiene mucho que atender antes de las festividades, pero estará presente en el banquete y en las ceremonias. Es su deber como soberano y padre.

—Ya sabes cómo es mi hermano —añadió YoonJi con un toque de diversión en su voz—. No es alguien que disfrute de estos eventos, pero por su hijo, imagino que hará una excepción esta vez.

Suran apretó los labios por un instante, sin dejar de mantener su compostura. —El rey participará, como debe ser. Será una ocasión para recordar.

Mientras las mujeres conversaban, Beomgyu regresó corriendo a la carpa, escondiéndose detrás de uno de los pilares con una risita. Chaerin lo observó con ternura, antes de girarse hacia la madre del infante.

—Suran —dijo la reina madre con un tono firme—, Quiero que estés a mi lado en la planeación de la presentación de Beomgyu.

Suran inclinó la cabeza en señal de respeto. —Por supuesto, su majestad. Todo estará bajo control.

YoonJi, aún observando a su sobrino, suavizó su expresión. —Espero que así sea. Beomgyu merece un día perfecto.

La atmósfera en la carpa era tensa, pero las sonrisas y las palabras cordiales ocultaban la incomodidad que flotaba en el aire. 

 

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𝐄𝐋 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐈𝐎 | 𝐘𝐌 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora