❝𝟎𝟐❞

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La mañana había comenzado en el palacio, y el aula de los concubinos estaba llena de actividad. Los nuevos consortes, incluyendo a Jimin, estaban en medio de una lección sobre protocolo y reverencia. Taemin, con su actitud autoritaria, estaba al frente, demostrando con precisión cómo se debía ejecutar una reverencia adecuada.

-Una reverencia no es solo inclinarse- explicó el beta mientras hacía una demostración perfecta-. Debe transmitir respeto, mantener la espalda recta, movimientos suaves y sin apresurarse.

Mientras algunos concubinos eran llamados al centro del aula para practicar, los murmullos provenientes de la galería superior comenzaban a aumentar. Los concubinos en la plataforma elevada observaban y se reían discretamente.

- Mira al rubio - murmuró uno, señalando a Jimin-. Parece tan nervioso que va a caerse.

-Parece que no sabe cómo inclinarse bien- comentó otro, riendo.

El bullicio en la galería se hizo más notable hasta que Sunoo, un criado beta, se acercó con una expresión seria. Con voz autoritaria, dirigió su mirada hacia los que estaban causando alboroto, señalando con un dedo acusador.

-¡Silencio!- ordenó con voz firme-. Si no tienen nada útil que decir, mejor cállense. No me obliguen a subir ahí.

La amenaza tuvo efecto inmediato. Los concubinos en la galería se callaron de golpe, mientras Sunoo permanecía en la entrada, vigilando que se mantuviera el silencio. La lección de Taemin continuó sin más interrupciones.

-Rubio, es tu turno- anunció Taemin, señalando al nuevo concubino con una leve sonrisa.

Jimin, con nervios y determinación, se adelantó hacia el centro del aula. Todos los ojos estaban puestos en él mientras se preparaba para realizar su reverencia. Su mente repasaba una y otra vez las indicaciones de Taemin: "espalda recta, movimientos suaves, no apresurarse".

Cuando finalmente ejecutó la reverencia, Taemin lo observó con atención. Después de unos segundos, asintió con satisfacción. El beta lo observó con atención y asintió con aprobación.

-Muy bien..- dijo el beta-. Tu reverencia fue correcta. Asegúrate de seguir practicando para perfeccionar tu técnica.

Jimin asintió y regresó a su lugar, sintiendo alivio. Los otros concubinos lo miraron con sonrisas cómplices, y la atmósfera en el aula comenzó a relajarse un poco.

Entre los murmullos y las instrucciones, Seulgi se movía por el aula, observando con atención a cada uno de los nuevos. La castaña, caminó al lado de cada concubino, evaluando su desempeño.

Cuando llegó a Jimin, notó que el joven miraba hacia la galería superior, donde los concubinos más experimentados estaban observando con interés y, en algunos casos, burlándose discretamente. Seulgi se detuvo junto a el.

-¿Ves eso allí arriba?- dijo Seulgi, inclinándose un poco hacia Jimin mientras señalaba la galería superior.

Jimin asintió, sus ojos volviendo a posarse en los concubinos que estaban allí.

-Sí, los he estado mirando- admitió en voz baja-. ¿Quiénes son?

Seulgi le lanzó una mirada comprensiva y luego dirigió la vista hacia arriba.

-Ellos son los favoritos de Su Majestad- explicó con calma-. Los concubinos que han logrado ganarse el favor del rey. Si sigues las reglas, te comportas y destacas, podrías llegar a estar allí algún día.

-¿Y cómo se llega allí?- preguntó.

Seulgi lo miró con seriedad.

-Para llegar allí, debes satisfacer a Su Majestad. Si demuestras tu valía y ganas su favor, podrías ser llamado para ser uno de los favoritos.-explicó- Los favoritos tienen su propia habitación y un estatus especial en el palacio.

𝐄𝐋 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐈𝐎 | 𝐘𝐌 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora