❝𝟎𝟕❞

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Suran caminaba de un lado a otro en sus aposentos, incapaz de disimular el nerviosismo que la dominaba.

—Jennie, ¿has escuchado que la princesa regresa hoy? —preguntó Suran de repente, esforzándose por sonar tranquila, aunque su voz traicionaba su ansiedad.

Jennie, ocupada organizando las pertenencias de su señora, alzó la mirada al escuchar el tono tenso de Suran. Asintió con cautela antes de responder.

—Sí, mi señora. He oído rumores sobre su llegada —respondió Jennie, dejando sus quehaceres para concentrarse en su ama—. ¿Le preocupa la llegada de la princesa?

Suran soltó un suspiro frustrado y se detuvo en seco, mirando hacia la ventana, aunque su mente estaba lejos de lo que veía.

—No es solo preocupación —dijo con un deje de amargura, mientras se cruzaba de brazos—. La princesa siempre ha sido una amenaza velada. Pero ahora... con ese omega en el palacio y su regreso al mismo tiempo, siento que todo se complicará.

—¿Se refiere al omega Jimin? —Jennie preguntó con un tono algo curioso, pero manteniéndose respetuosa—. ¿Cree realmente que la princesa prestará atención a alguien como él?

Suran apretó los labios, intentando ocultar el malestar que le provocaba solo escuchar el nombre de Jimin.

—No es Jimin en particular lo que me preocupa —respondió, con una pizca de resentimiento—. Es la situación... cinco años ha estado fuera YoonJi, y todo ha sido tranquilo para mí. Pero ahora que vuelve, siento que algo malo va a suceder. Como si fuera a aprovechar cualquier oportunidad para desestabilizarme.

Jennie miró a su señora con cautela, comprendiendo la fuente de su temor. La presencia de la princesa en el palacio siempre traía tensiones, y la llegada del omega, aunque aún misteriosa, solo agregaba una capa de incertidumbre al ambiente.

— Lo entiendo.. —dijo Jennie, asintiendo con una mueca de desaprobación—. La princesa siempre ha tenido ese aire de superioridad. Pero usted debe recordar que ella también tendrá que lidiar con el rey y la reina madre. Su lealtad y eficiencia no deberían verse opacadas por ella.

Suran suspiró, dejando caer los hombros como si el peso del mundo estuviera sobre ellos.

— Quizás. Pero la preocupación sigue ahí. No me agrada nada la idea de que pueda aprovecharse de cualquier oportunidad para menospreciarme o poner en evidencia mis debilidades. Y ahora que todo parece tan volátil, no sé cómo manejarlo.

Jennie se acercó, colocando una mano suavemente en el brazo de Suran.

— No se preocupe, señorita Suran. Usted tiene experiencia en esto. A veces, solo necesita mantener la calma y mostrar lo mejor de sí, incluso cuando las cosas parecen ir en contra.

Suran le sonrió débilmente, sintiendo un leve alivio.

— Gracias, Jennie. Espero que tengas razón. Haré lo que pueda para asegurarme de que nada se salga de control.

Suran respiró hondo, intentando calmar los nervios que la invadían. Sabía que no podía permitirse perder la compostura, al menos no frente a los demás.

—Jennie, tráeme un té —ordenó con tono firme, buscando algo que aliviara su ansiedad, aunque fuera por unos momentos.

Jennie asintió rápidamente y dejó la habitación en silencio mientras iba a cumplir la orden. Mientras tanto, Suran se acercó a una de las ventanas y miró hacia los jardines del palacio, pero su mente seguía atrapada en pensamientos inquietantes.

El sonido de la puerta al abrirse suavemente la hizo volver a la realidad. Jennie entró con una bandeja en mano, con una delicada taza de porcelana humeante.

𝐄𝐋 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐈𝐎 | 𝐘𝐌 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora