❝𝟏𝟔❞

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El salón del consejo estaba más lleno de lo habitual, con los ministros y generales murmurando entre ellos mientras el rey YoonGi entraba con el ceño fruncido, su presencia inmediatamente imponía silencio. Los mapas y pergaminos estaban desplegados sobre la gran mesa de mármol, y las preocupaciones del reino pesaban sobre sus hombros.

Durante la última semana, YoonGi había disfrutado de momentos inesperadamente tranquilos y satisfactorios al lado de Jimin. Sin embargo, el ambiente de preocupación pronto se instaló en su vida cuando llegaron las noticias de Eldoria. Los movimientos sospechosos en las fronteras no podían ignorarse, y pronto el rey se vio sumergido en sus obligaciones.

También había pasado una semana desde que Eldoria comenzó a mostrar movimientos sospechosos en sus fronteras. Lo último que Dravaria necesitaba era un conflicto directo, pero no podían permitirse ignorar los informes que llegaban de los patrullajes fronterizos. El rey se sentó en su silla al centro de la mesa, sus ojos recorriendo los rostros de los presentes, buscando respuestas.

—¿Cuál es la última actualización de la frontera? —preguntó, su voz cortante como una cuchilla. El comandante de la guardia, Namjoon, se puso de pie de inmediato.

—Hemos enviado dos nuevas patrullas a los pueblos cercanos a Eldoria, majestad —informó con precisión—. Hasta ahora, no ha habido ataques directos, pero el movimiento de tropas es inusual. Parece que están probando nuestros límites.

YoonGi asintió, su mirada fija en el mapa frente a él, donde Eldoria y Dravaria se dividían por una línea casi invisible. Cada punto representaba un puesto de vigilancia, un pueblo, o un cruce que podían convertirse en blanco de un ataque. No se trataba solo de una cuestión territorial; la seguridad de sus habitantes estaba en juego.

—Eldoria nunca ha hecho esto antes —añadió otro de los generales—. Su rey siempre ha sido un pragmático, pero decapitar a su embajador hace algunos años podría haber encendido una llama que ahora nos quema.

—Nos guste o no, somos los responsables de esa llama —respondió YoonGi, entrelazando sus dedos sobre la mesa—. Y debemos sofocarla antes de que arrase con todo.

Los murmullos reaparecieron, esta vez llenos de preocupación. Aunque la decapitación del embajador había sido justificada como un acto de traición, las repercusiones parecían más profundas de lo que Dravaria había anticipado. YoonGi sabía que no se podía permitir mostrar debilidad, no ante Eldoria, ni ante ningún otro reino que podría aprovecharse de la situación.

—Reforcemos las defensas en la frontera, pero evitemos cualquier acción que pueda ser vista como una provocación —ordenó—. No quiero que esto se convierta en una guerra sin necesidad.

Uno de los consejeros, un hombre de edad avanzada con una barba canosa, intervino.

—Majestad, con el respeto que merece su prudencia, ¿no sería más sabio aumentar nuestra presencia militar en la frontera? Si muestran movimiento, es porque están planeando algo.

YoonGi lo miró por un largo momento, evaluando sus palabras. Sabía que la presión por actuar de manera contundente estaba presente en el consejo, pero también entendía que una provocación mal manejada podría llevar a una guerra abierta, algo que no deseaba en este momento.

—Mantendremos nuestras fuerzas equilibradas. No quiero que Eldoria piense que estamos buscando conflicto —respondió YoonGi, su tono firme—. Sin embargo, debemos estar preparados para cualquier eventualidad. Si ellos cruzan nuestras fronteras o atacan uno de nuestros pueblos, no habrá duda de que responderemos con toda la fuerza de Dravaria.

Los generales y consejeros asintieron, aunque YoonGi notaba cierta inquietud en algunos de ellos. No todos compartían su visión de contención.

Namjoon habló nuevamente.

𝐄𝐋 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐈𝐎 | 𝐘𝐌 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora