La verdad... (36)

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Nacemos bajo el llanto, y  vamos dejando lágrimas en los demás.

Nos perdemos en el tormento de morir más cada día.

Duele la vida, duele vivir; la vida es una carrera

donde el único destino es morir.


Siempre creí ser diferente, o quizás más bien distinto;

rechazaba el cariño, lo rechazaba sin ningún motivo.

Me alejaba siempre de ellos; me gustaba estar solo,

rodeado de gente, siempre estaba, mientras lentamente se iban todos.


He querido cambiar el mundo, pero no ha funcionado;

le he entregado al mundo lo que tengo, pero este siempre me ha rechazado.

Era solo un sueño, pero terminó siendo pesadilla;

quería ayudar a otros, pero terminé sentado en mi silla.


Intenté amar, dando todo, sin esperar nada a cambio,

y con cada experiencia que pasaba, creí que yo sería más sabio.

Cada vez duele menos, o aprendes a vivir con ello;

tener el corazón roto, cuando lo único malo que hiciste fue quererlos.


En mi afán de querer mejorar el mundo, entonces decidí enseñar,

pero cada día que pasa, esa decisión me sigue doliendo más.

Pensaba que me esforzaba, que siempre lo intentaba;

palabras vacías escuchaban de alguien que ya no amaba.


¿Qué debo hacer entonces? Si después de tanto tiempo

sigo siendo ese niño confundido, cuya esperanza se la lleva el viento.

El mundo es cruel, efímero, falso y también hipócrita;

a nadie le importas, pero todos se regocijan en tu derrota...

MIMESISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora