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POV MinaEl mensaje llegó temprano en la mañana

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POV Mina
El mensaje llegó temprano en la mañana. Mi teléfono vibró sobre la mesa de noche, rompiendo el silencio incómodo de la habitación. Me senté, con el corazón acelerado, temiendo lo peor."Parque Washington Square. 2 p.m. Ven sola. Sabes lo que pasará si no lo haces."El aire en mis pulmones se detuvo, y mi mente comenzó a girar en todas direcciones. Aquel mensaje me dejó en claro que no tenía opción. Él sabía dónde estaba y lo que hacía. Si no obedecía, podría atacar de nuevo a Chaeyoung, o a cualquier otra persona que me importara. Me levanté rápidamente y me dirigí a la cocina donde Sana estaba preparando café.—¿Mina? —preguntó con preocupación al verme entrar, la tensión en mi rostro seguramente lo decía todo.Le mostré el mensaje, sin decir una palabra. Sus ojos se abrieron con horror.—Esto se está saliendo de control —dijo, agarrando su teléfono—. Debemos hablar con Nayeon y las agencias. No podemos dejar que te manipule así.—Lo sé… —dije, aunque mi mente ya estaba decidiendo qué hacer—. Pero… no puedo arriesgarme a que le haga daño a nadie más. Tengo que ir.Sana negó con la cabeza enérgicamente.—No puedes ir sola, Mina. Esto es demasiado peligroso.—No voy a estar sola —contesté, tratando de mantener la calma—. Me aseguraré de que mi escolta me acompañe. Pero él no puede verlos. Tiene que pensar que estoy cumpliendo sus reglas.Sana dudó un momento, pero luego asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Llamamos a Nayeon, quien rápidamente arregló que un par de guardias de seguridad me acompañaran de forma discreta. A pesar de las precauciones, el miedo latía fuerte en mi pecho. No sabía qué iba a pasar, pero no podía dejar que nadie más saliera herido por mi causa.A las 2 p.m. en punto, me encontraba en el Parque Washington Square. Caminé lentamente hacia el centro, con el teléfono apretado en mi mano, mirando a mi alrededor. El lugar estaba relativamente lleno para esa hora de la tarde. Había familias, personas paseando a sus perros, un grupo de músicos tocando en una esquina. Intenté no parecer demasiado nerviosa, aunque mi corazón latía con fuerza.Uno de los guardias de seguridad se encontraba a unos metros detrás de mí, vestido de civil, intentando no llamar la atención. El otro estaba en una esquina opuesta, atento a cualquier movimiento sospechoso.Esperé durante lo que parecieron horas, aunque en realidad fueron solo unos minutos. Mi mente se llenaba de todas las posibilidades aterradoras de lo que podría suceder. Entonces, mi teléfono vibró de nuevo."Ve hacia la fuente. No mires atrás."Tragué saliva, intentando calmar mi respiración. Di un paso hacia la fuente, manteniendo mi vista al frente. Podía sentir la mirada del guardia en mi espalda, y aunque era tranquilizador, también sabía que el acosador podía estar en cualquier parte, observando mis movimientos.De repente, vi a un hombre acercarse al guardia que me seguía. Pensé que era una coincidencia hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, el hombre sacó un objeto de su chaqueta y golpeó al guardia en la cabeza, haciéndolo caer al suelo. Mi corazón se detuvo.—¡No! —grité, retrocediendo unos pasos.El segundo guardia comenzó a correr hacia mí, pero antes de que pudiera alcanzarme, dos hombres más aparecieron de la nada, embistiéndolo. Uno de ellos lo derribó con un golpe en la mandíbula. Mi escolta estaba siendo atacada, y supe en ese momento que el acosador había planeado esto con detalle.Intenté correr, pero antes de que pudiera reaccionar, alguien me agarró por la espalda. Sentí un paño húmedo presionarse contra mi boca y mi nariz, y un olor químico inundó mis sentidos. Mi visión comenzó a nublarse, y mis piernas se debilitaron. Luché con todas mis fuerzas, pero mi cuerpo no respondía.—No temas, Mina —susurró una voz en mi oído, una voz que reconocí de las llamadas—. Pronto estaremos juntos, como siempre debió ser.Mis ojos se cerraron lentamente, y el mundo se tornó oscuro. Sentí que me levantaban y me arrastraban hacia algún lugar. Escuché el motor de una camioneta encenderse y puertas cerrarse de golpe. Luego, no hubo nada más que silencio.Cuando recobré la conciencia, mi cabeza latía con fuerza y mi cuerpo estaba adolorido. Intenté moverme, pero mis manos estaban atadas detrás de mi espalda, y mis piernas estaban inmovilizadas. Podía sentir el movimiento de la camioneta, el traqueteo de las ruedas sobre el pavimento.—Maldición —murmuré, mi voz apenas un susurro. Mi garganta estaba seca y mi visión seguía borrosa.Intenté mirar a mi alrededor, pero había poca luz, apenas un par de luces intermitentes filtrándose a través de las ventanas cubiertas. Sabía que estaba en peligro, que cada segundo contaba. Tenía que mantener la calma, pensar con claridad.Escuché voces delante, en el asiento del conductor. No podía distinguir las palabras, pero el tono era urgente, nervioso. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. ¿Cuánto tiempo había estado inconsciente? ¿Dónde me estaban llevando?Respiré profundamente, tratando de enfocar mi mente. "Mantén la calma, Mina," me dije a mí misma. "Debes encontrar una manera de salir de esto. No te rindas."Las palabras de Chaeyoung resonaron en mi mente. Me había dicho tantas veces cuánto me quería, cuánto lamentaba no estar a mi lado en estos momentos.

REPUTATION -MICHAENGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora