Me tiré sobre la cama luego de un largo y lluvioso día de exámenes, me sentía fuera de mis cinco sentidos, casi como un zombie andante.
No me importaba si reprobaba, tenía la mente ocupada; más bien concentrada en una sola cosa, en dos cosas: La Tierra depende de mi.
Que la cólera de Selene se aplacara dependía de mi.
Era demasiada carga para alguien tan joven, pero, fue entonces que me acordé cuando tenía 11 y estaba iniciando la secundaria.Papá me ayudaba con algunos deberes escolares, entre los que se encontraba algunas tareas de Matemáticas; los ejercicios se me dificultaban, pero él siempre estaba allí, dispuesto a ayudarme.
-Visualizalo- me dijo-. No es nada que no puedas superar.He ahí la cuestion: Ya no es un ejercicio de Matemáticas, la furia de una diosa no eran solo números, o el Algebra de Baldor.
Aun rezaba porque todo eso se tratara de una mentira, pero otra vez la voz en mi cabeza me reprendia... esta vez con el timbre de Serena.
''Es la herencia sanguínea por parte de Endymion y todos los de su estirpe.''
''Todo lo que tu sangre derramada toque en esta tierra; florecerá'.'Alcé la mano izquierda de tal manera que la palma quedara frente a mí. Mantuve la mirada sobre mi dedo índice y en seguida me levanté de la cama, fuí hasta la sala de estar; a un costado de la misma se encontraba el mueble sobre el que reposaba el anaquel con los discos de papá.
Busqué y rebujé entre los cajones hasta encontrar el kit de costura de mi madre, de allí saqué un alfiler. La imagen de Serena portando ese ramo de flores marchitas en su mano volvió a mi.
Dirigí la mirada hacia la maceta que se encontraba cerca a la ventana, caminé hasta ella y me incliné.
No era como que quisiera comprobar ya nada, ni que tuviera más esperanzas; solo quería verlo con mis propios ojos, era como si fuera una deuda que tuviera que saldar conmigo mismo.
"Ver para creer"
Me pinché el dedo con el alfiler y le hice presión para que una gruesa gota de sangre saliera, sangre con delicados destellos dorados algo blanquecinos que para entonces con más iluminación se podian ver. La sangre cayó sobre la tierra desnuda dando un suave destello dorado y, a los pocos segundos empezó a brotar un débil trébol y de ese trébol germinó una flor... una flor color de burdeos. Cuando voltee la cara hacia el dedo la pequeña herida del pinchazo había desaparecido.
Recordé -como tantas veces- el día del accidente en el polideportivo, la expresión maravillada de Serena y así lo entendí:
Ella no estaba dichosa de que me golpearan... ella estaba dichosa de que habia un comprobante, que yo, Darien Shields no era un simple humano.No tengo otra opción, definitivamente... este es mi destino como unico hijo de Endymion.
⚚
A la mañana siguiente, y como todos los días, me encontraba en el instituto. Como cosa rara Serena quiso juntarse conmigo y con Zoisite... bueno, a decir verdad tal vez lo hizo porque asimiló que tenía que seguirnos hasta Elýsion. Confieso que en el fondo me alegraba que no vagara tan sola por la escuela, apesar de que estuviera acostumbrada a ser tan solitaria.
Ni siquiera sabía porque me preocupaba tanto por ella.
Que porque tengan un objetivo en común no significa que deje de ser tú enemiga.
Resoplé. Tenía razón, no por ello debía bajar la guardia.
-Estuve pensando como organizar bien nuestro viaje- tomé la palabra-. Y hay algo importante que olvidamos
-¿Que?- preguntó Serena.
-De los tres, el único que tiene pasaporte soy yo.
-¿Y eso que tiene que ver?- de nuevo Serena.
-Sin eso, no podemos viajar. Por lo menos Zoisite y yo, ya que tú puedes convertirte en lechuza e ir sin problemas. A no ser que también quieras venir con nosotros en el mismo avión.
-Por supuesto que no.
-Sabía que dirías algo como eso. Sin embargo te lo quise hacer saber; porque no sé si lo recuerdes pero... Zoisite es el único que conoce el camino a Elýsion- expliqué con una sonrisa hipócrita.
Ella agudizó su mirada.
-No me creas tonta Darien. Eso lo sé muy bien, ¿Cómo irme sin el único guía que tenemos? Por años he buscado Elýsion sin éxito. No voy a desperdiciar esta oportunidad.
Suspiré.
-¿Así que aun quieres traicionarnos?-Traté de ponerla a prueba.
Comprimió los labios.
-Depende de como se comporten ustedes y tu padre, y me refiero a Endymion- señaló-. Y también de la información que él me dé.
》Volviendo al tema de los pasaportes... ¿Que es lo que necesitan para tener uno?, digo... para ayudarlos, si es que lo necesitan.
-Lo primero es reunir un sinnúmero de requisitos para tramitar uno, y no solo eso. El proceso puede tardar- le expliqué.
De pronto su expresión facial cambió, ahora parecia preocupada, tragó con dificultad, lo supe por el sonido de su garganta, probablemente presentía que era lo que quería decir.
- ¿Y cuanto tiempo lleva tramitar un pasaporte?
Me mordí el labio, sabia que mi respuesta la enfurecería todavía más.
-Mínimo, 2 semanas.
-¡¿Qué?!- replicó-. ¡¿Y hasta ahora me lo vienes a decir?!
Miré a mi alrededor, todos nos observaban por el grito de Serena.
-¿Podrías bajar el tono?- exigí entre dientes, la tomé del brazo y la llevé a un lugar alejado del patio central del instituto.
Zoisite nos seguía, manteniéndose tranquilo como si nada estuviera pasando. No le preste atención sino hasta después cuando Serena iracunda y en voz baja expresó:
-Suéltame. ¿Cómo quieres que mantenga la calma? No tenemos tiempo.
La miré de arriba para abajo.
-Parece que tú estás más preocupada por lo que ocurra con la Tierra que nosotros.
-No seas ridículo-gruñó-. Solo quiero regresar a casa y descansar un poco, esta misión es exhaustiva. Llevo años, muchos años lejos de mi reino.
En el fondo sabía que me mentía con eso de extrañaba su casa, sin embargo decidí no insistir. Si ella no quería decirme la verdad, tampoco podía obligarla.
-Andrew- le llamé a mi fiel escolta, ya que algunos compañeros de grados menores pasaron cerca de nosotros-. ¿No tienes nada que decir? No te ves preocupado.
Él negó en una sonrisa.
-No se preocupen por los pasaportes, ni por el viaje.
-¿Que quieres decir con eso, lacayo?- preguntó Serena.
Zoisite sacó de su mochila tres pequeños cuadernillos azules.
-Ya solucioné ese inconveniente.
Tanto Serena como yo, nos apresuramos a tomar un cuadernillo. Ella se lo devolvió de inmediato a Zoisite ya que no lo necesitaba. Mi fiel amigo y siervo lo tomó con su mano derecha y como si se tratara de una hojarasca seca lo hizo arder en sus manos... admirable.
-Esos son nuestros pasaportes.
Revisé brevemente el mío, todas sus páginas, mi documento de identidad, visados, sellos de entrada y salida, las páginas de observaciones. Todo lucía en orden.
-¿Lo sacaste de mi casa?
Se encogió de hombros.
-Si y no, alteza, recuerde lo que le dije el domingo antes de levantar el campamento: Para nosotros las potestades no hay nada que no podamos hacer.
-Que miedo- comentó Serena conla intenciónde avergonzar a Zoisite.
-Pero debo admitir que esto es leve comparado con andar espiando a las personas durante años, las 24/7.
Ella me devolvió una mirada seria. La había fastidiado con mi respuesta.
-Lacayo- esta vez volvió a Zoisite-. ¿Cuando nos vamos?
-Cuando el príncipe crea conveniente- me miró.
ESTÁS LEYENDO
𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐀 𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀 & 𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐍𝐀. [Trilogía Estelares #1]
Fantasía¿Que harías si un día que considerabas "normal" descubres que no eres un humano común y corriente? ¿Qué hasta tu propia sangre te advierte que no eres igual a los demás? Y que incluso pasas de ser una simple criatura Viviente a ser el heredero al tr...