𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐀 𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀 & 𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐍𝐀. [Trilogía Estelares #1]

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🪷◇ Capítulos Culminantes. 🪷◆

   Reinaba el silencio entre nosotros, y agradecí por que asi fuera, lo necesitaba mientras asimilaba todo lo que Endymion nos dijo, y lo que vimos en los recuerdos de Serenity; era demasiada información, muchas cosas por procesar y lo peor el tiempo no daba espera.
   Dirigí la vista a Serena, tenía la mirada perdida aunque ya  había dejado de llorar. De los dos ella sufrió más, el tener que ver y vivir casi en carne propia lo que le pasó a su hermana fue un golpe devastador, a eso sumado el saber que hasta el último momento pensó en ella.
   Como si sintiera mi mirada sobre si, ella giró su rostro hacia donde me encontraba. Sus ojos estaban hinchados de tanto llorar y sus labios resecos.
   Al verme, sus lágrimas volvieron a aparecer, alzó su mano derecha temblorosa y la extendió hasta mi mejilla, Sin embargo solo la rozó.
   —Por Selene— dijo con voz ronca—. ¿Cómo pude hacerte tanto daño?
  Y volvió a romper en llanto.
  Por alguna razón no pude juzgarla, quizá por que estaba confundida, porque la engañaron al igual que a su madre. Justo ahí surgió un nuevo interrogante: Selene era una diosa, y se supone que los dioses lo saben todo. ¿Cómo no pudo prever que su mano derecha tenía malvadas intenciones? Según lo dicho por Zoisite, la familia real del reino de la Luna era capaz de leer los pensamientos ¿Cómo no se dieron cuenta de nada?
  Oí como Serena frotaba el dorso de su mano en el rostro, tratando de secarse las lágrimas, dirigí la mirada de nuevo a ella, aunque no pudiera decirle una sola palabra.
  Después de un largo rato en silencio, finalmente decidió hablar.
   —Sé que no lo merezco... Pero. ¿Crees que quizás... puedas perdonarme?— rogó en un sollozo.
   Enseguida susurró un: “¿Que estoy diciendo?” mientras sacudia la cabeza en negación. Quizá creyendo que ni siquiera consideraría su petición.
   No le dije una sola palabra en el momento, dejé que mi lenguaje corporal se comunicara al abrazarla, desde luego esa acción la tomó por sorpresa pero a decir verdad lo hice por impulso, porque sabía que ambos necesitabamos consuelo. En especial ella.
    —Darien...— jadeó.
    —Ahora no, Serena.
   Ella rompió el abrazo; me dió un ligero vistazo y volvió a bajar la mirada.
   Su expresión era fácil de leer, se veía avergonzada por sus acciones en el pasado, porque ignoraba que su sangre y la mía en cierto grado era semejante.
   No podía condenarla, más; tampoco defenderla. Ni si quiera sabía que pensar, mi cabeza estaba hecha una maraña por todas las emociones vividas en un solo día y sólo quería tomar aire fresco, desconectarme de todo y de todos para así poder organizar mi mente. Sin embargo la poca conciencia que aún me quedaba habló, recordándome que tengo a un voraz enemigo que no me da chance para nada. Al cual he mencionado en ocasiones anteriores.
   —Los dos estamos aún en shock por todo lo que el Loto nos mostró ... y sé que lo que acabas de decirme fue provocado por la conmoción.
  Serena volvió a verme con el ceño fruncido, procediendo a negar con sutiles movimientos de cabeza.
  —No es así, Darien. No es la conmoción la que me hace pedirte disculpas...Es el haberme dado cuenta lo equivocada que estuve contigo... el darme cuenta que siempre has tenido la razón.
  Suspiró demostrando cansancio mientras enjugaba las lágrimas rebeldes de sus mejillas.
  —Desde el principio, siempre tuviste razón... Yo, le ofrecí mi vida a mi madre a cambio de encontrar el Loto Lunar—confesaba—. Lo hice en un momento de desesperación; había cometido tantos errores que ya mi madre estaba harta, le pedí una última oportunidad y para ello mi vida era la garantía.
   Apreté el puño con fuerza, repitiendo para mi la misma pregunta que le hice a ella antes de partir a Italia: “¿Que clase de padre le pide una cosa como esa a su hijo?”
   Para mi Selene no tenía justificación, hasta los seres más despreciables protegían a sus hijos, sin importar que el mundo cayera sobre ellos. Traté de cuestionarle eso una vez más a Serena, pero justo cuando traté de hablar un pensamiento me cruzó por la cabeza. 
   El sujeto llamado Callikus. Seguramente él también tenía algo que ver con que Selene orillara a su hija a hacer una cosa como esa.
   Y como si la situación de Serena se tratara de un rompecabezas las piezas se fueron encajando una tras otra.
   Ese tipo quería también deshacerse de ella. No hacía falta ser un genio para darse cuenta; después de Serenity, ella se convertiría en la siguiente heredera. Él aprovecharía la búsqueda del Loto Lunar y, el que la atmósfera terrestre fuera ácida para los selenitas.
   Todo cobró sentido. Él no tendría que mancharse las manos como hizo con Serenity. No había que darle más vueltas al asunto, Serena también corría peligro.
   Agité mi cabeza suavemente, regresando a la realidad. Cruzando miradas con Serena al instante.
  —No debiste hacer eso— retomé.
  —Fue la unica forma con la que pude calmar a mi madre. 
  —Eso es justo lo que ese tipo llamado Callikus quiere. ¿No te has dado cuenta? De acuerdo con tu “Jerarquía de nacimiento ” tú eres la que le sigue a Serenity, estoy seguro que él convenció a Selene de que viniera a amenazarte.
   »Lo que no logro comprender es ¿Por qué tu madre siendo una diosa no se ha dado cuenta? ¿Por qué, si ustedes siendo diestras en la lectura de pensamientos no lo descubrieron a tiempo?
   De todas maneras los interrogantes se hicieron presentes. Pero gracias a ello floreció también la duda en Serena.
  Ella se quedó pensativa unos segundos y luego respondió:
  —Tampoco lo entiendo.
  —¿Cómo que no lo entiendes?— le pregunté tan confundido como decepcionado—. Se supone que ustedes las hijas de la Luna, ven a través de los pensamientos de quien sea.
   —No en todos los casos.
   —¿Que quieres decir? ¿Acaso ese tipo llamado Callikus tiene un poder superior al suyo?
   Serena negó.
   —Cuando digo que no en todos los casos, me refiero a ti. Desde el día que nos conocimos quise ejecutar mi poder sobre tu mente, con el fin de buscar información acerca de el Loto Lunar; sin embargo algo me lo impidió. No pude ver nada.
    Y de nuevo algo en mi cabeza hizo «¡Crack!»
    —Por eso recurriste a las visiones— añadí
   —Así es. Ahora que sabemos la verdad, entiendo la razón por la que no podía leerte los pensamientos. De acuerdo a lo que Endymion nos comentó, tú heredaste una de las tantas cualidades de mi hermana Serenity. Puedes crear barreras mentales, tal como ella lo hacía.
   » Y lo que es admirable, puedes reflejarlas por todo tu planeta... o, ¿No te diste cuenta cuando conversábamos con tu padre?
   Pensándolo bien, lo que ella decía también era verdad, Serena no hubiera tenido la necesidad de hacerle preguntas a Endymion. Con leer sus pensamientos bastaba.
  A eso también se le sumaba el que yo pudiera ver en la oscuridad... los únicos seres que podían hacer tal cosa eran aquellos que pertenecían a la noche, seres como los gatos o las lechuzas y ella al igual que su hermana podía adquirir la forma de una.
   Por ese lado todo parecía resuelto. Por lo que mi atención viajó hacia Callikus y su posible relación con lo que acababa de decirme Serena, si él también podía crear las mismas barreras que Serenity y que yo entonces representaba un rival poderoso para Selene.
   — ¿Me estas queriendo decir que ese tipo también puede bloquear el poder de tu madre?
  —No precisamente, Darien. Ahora que lo recuerdo: Siempre que mi madre aplicaba su poder en él, terminaba por sonreir, satisfecha por lo que había visto en él; y... ahora que lo pienso.
   La voz de Serena adquirió un tono de preocupación.  
   —¿Que pasa? No me digas que...
   —De acuerdo a lo que hemos visto... tal vez Callikus, puede “Camuflar” su memoria.
   Eso sonaba aún peor, está bien no conocer lo que otro piensa; pero que te engañen sin tener que decir una sola palabra, sólo con falsas visiones es algo que va más allá de cualquier imaginación.
   —Eso no puede ser posible.
   —Pues de acuerdo con mi experiencia, ha logrado engañar a mi madre más de una vez. O bien, no me extrañaría.
   Serena volvió a tomar su postura pensante, manteniendo su mirada en algún lugar.
   Estaba recordando, lo supe tan pronto volvió a tomar la palabra.
   —Ese día...— dijo— él traía el cuerpo inerte de Serenity...
   Confirmé mis sospechas.
    —Venía con lágrimas en sus ojos, confirmando su muerte—la voz de Serena se quebrantaba—. Según sus palabras, le había estado haciendo seguimiento a mi hermana ya que le parecían sospechosas sus salidas del palacio.
   » Le pidió perdón a mi madre por ese atrevimiento; pero se excusó diciendo que lo hizo por su seguridad... y luego se lamentó, según él porque no había llegado a tiempo para “Salvarla de  la traición de Endymion”.
    Una nueva lágrima se deslizaba por su mejilla, la cual se apresuró a secar.
   —Mi madre preguntó que tenía que ver Endymion con lo sucedido, y él procedió a acusarlo de haberle tendido una trampa a Serenity...
   » Callikus aseguró que había un secuaz de Endymion oculto en la hierba del bosque, preparado para disparar una de las flechas doradas de Apolo, la reliquia que el dios del sol regaló a la Tierra. Y que luego de lograr su cometido,  Endymion le robó el Loto, no contento con eso arrancó la flecha del pecho de Serenity, para que así se desangrara y muriera.
   » Él se les enfrentó, pero el siervo terrícola actuó como distracción mientras Endymion huía... según su versión, logró acabar con el siervo para después correr tras Endymion.  Pero no pudo alcanzarlo, regresó hacia Serenity pero ya era demasiado tarde.
  Ella cerró con fuerza sus ojos, ocasionando que arrugas se le formaran al rededor. Y nuevamente apareció una cascada de lágrimas en sus pómulos.
  Me dirigí hacia ella y con cautela la tomé en un abrazo, permitiéndole desahogarse una vez más.
   Mientras; repasaba el relato de Serena más su hipótesis.  Viéndolo desde ese punto de vista era irrefutable esa versión de los hechos. Y, admito que me pareció asombrosa esa habilidad para engañar.