"Príncipe de Elýsion"
Me quedé sumergido en esas tres palabras.
Aun seguía son comprender lo que en realidad quería decir Usagi, o quien quiera que fuese la chica frente a mí.
-Princesa, le ruego que...
-¡Callate!- le ordenó la chica a Andrew-. Alejate de aquí, humano. Nada de esto te concierne.
Ella lo miraba con desprecio. Como a un bicho repugnante.
- Si en algo valoras tu vida, huye- le Advirtió.
-¡No lo haré!- Le gritó un Andrew determinado, seguro de si mismo. Además de la elocuencia al hablar, incluso dudé de que fuera él-. Le hice una promesa al Rey Endymion hace milenios, lo protegería a él y a los suyos.
Andrew me dio un ligero vistazo.
-Conjurando velar y venerar sus vidas aún por sobre la mía propia.
Algo en mi interior se retorció de una forma suave y cálida. Lo reconocí al instante, así se sentía ser respaldado.
-¿Cómo sabes tú de Endymion?- inquirió Usagi.
Andrew volvió la mirada hacia ella.
-¿No me recuerda, princesa Serena?
Yo aun estaba confundido, era como el mal tercio en esa discusión. Aunque repasaba lo último que mi amigo le dijo «Conjuró proteger a ese tal rey y a los suyos» todavía no me daba cuenta ¿Que tenia que ver yo con todo eso?
Por lo menos tenia como consuelo el que la chica que aparecía en mis sueños se llamaba ‹‹Serena ›› y era una princesa de yo no sé donde, y que aparte de ello manipulaba magia. Bastante loco para ser verdad, hasta tuve que pellizcarme para ver si este no era otro de mis sueños sin sentido, si se lo comentara a alguien pensaría que estuve bebiendo o peor aun que necesito medicamentos.
-¿Quien eres?- instó ella, impaciente.
Y así como Serena, la forma de Andrew cambió.
-Tú- apuntó Serena, sus ojos se ardían en ira-. Pensé que habias muerto aquella vez.
-Se lo dije aquel día, no sé si lo recuerde: Es mi deber proteger a este joven, al futuro heredero de Elýsion- me señaló con el pulgar apuntando hacia atrás, tomándome por sorpresa.
Tal tuvo que haber sido mi expresión, que la chica se mofó de ello.
-Por tu cara intuyo que no lo sabías ¿No es cierto?
Alcé la mirada; en la suya se veía clara satisfacción.
-¿Pero que clase de amigo eres que no le confiesas quien es en realidad?
-Princesa... - Advirtió el chico nuevamente.
-Asi es Darien- continuó ella, captando mi atención-. Toda tu vida ha sido una mentira, tú no eres hijo de Artemis Shields. Sino de Endymion el rey de este - miró a su alrededor -. Chiquero.
-¡Basta!- Exclamó el joven, y desenvainando una espada se arrojó hacia la chica.
La cuchilla entro de nuevo en acción, luchando contra la espada, Usagi o mejor dicho Serena dio un salto aproximandose asi a "Andrew". No quiero ni imaginar la cara que puse durante el enfrentamiento; finalmente la cuerda que sostenía a la cuchilla se enroscó en el brazo del chico que momentos atrás era mi amigo, lo haló hacia la chica la cual con una bofetada lo derribó.
-Por segunda vez muerdes el polvo- escupió la chica.
Ella me miró en seguida, se lamió el labio y retrajo su arma.
-Como te decía: Tú eres el hijo de Endymion. Y la razón por la que he tenido que soportar la idea de vivir aquí.
La miré con el ceño encogido.
-¿Que?, ¿De que estas hablando?
-Tal como lo oyes. Pero si lo deseas te lo puedo explicar con plastilina- expresó con sarcasmo-. Tu mami, le puso el cuerno a Artemis y producto de ello naciste tú. Fin.
El estado de shock me impidió entender.
Me mantuve en silencio, repasando sus palabras: Mi madre le había sido infiel a mi padre...
Una sensación de pesadez se instaló en mi pecho, como un mal presentimiento.
Me negaba a creerlo, mis padres... ellos se amaban. Mi madre no podía...
-¿Hasta cuando tengo que esperarte?- interrogó ella -. ¿No fuí clara, acaso?
La miré de nuevo, su mirada estaba cargada de odio.
De pronto un suave gemido de dolor se escuchó justo detrás de ella, el muchacho se esforzaba por levantarse, por recuperar el aire. Volví los ojos a la chica y con voz firme declaré:
-Mientes.
Ella soltó otra carcajada y se rascó con suavidad la nariz.
-Si; sabia que dirias algo como eso. Sin embargo; hay una manera de comprobarlo.
Apuntó la cuchilla hacia al frente aunque con una ligera inclinación.
-Observa tu mano izquierda- continuó
De inmediato levanté la mano, estaba empapada de sangre; sangre que provenia del corte que me hizo en la mejilla.
-Observa con atención- ordenó nuevamente-. ¿No notas algo extraño en eso que ves?
Me concentré en la sangre que había en mi mano, detallando los sutiles destellos dorados y blanquecinos desparramados por toda la mancha.
-¿Nunca te has preguntado el por que tienes ese tipo de sangre tan distinto a los demás?
A decir verdad nunca me habia fijado en eso, nadie lo habria notado tampoco. Solo si se veia con detalle.
-Eso... eso no tiene nada que ver... puede ser escarcha común- aseguré.
Ella rió una vez más.
-Eres tan ingenuo. Esa es la herencia sanguínea por parte de Endymion y todos los de su estirpe. Pero por lo que veo no es suficiente. Te pediría que miraras hacia abajo, pero como esta oscuro no verás nada.
La miré confuso, y sin que me lo sugiriera dirigí la vista hacia abajo. Quizá tal vez lo hice por inercia.
Fue estúpido el hacerlo, igual no había más nada que oscuridad.
-Bueno- profirió-. Menos charla y más acción.
Adquirió una pose de pelea, empuñó su arma con el claro deseo de pelear.
-Deténgase- pidió el joven al que ella tiró al suelo-. Él joven príncipe es inocente de todo esto... déjelo ir.
La mujer deshizo la pose y se giró hacia el chico, que ya estaba de pie aunque respirase con dificultad.
-¿Dejarlo ir?-rió-Está es la oportunidad que he estado esperando. No la voy a desperdiciar.
Aun sigo sin saber como... pero en menos de un segundo sentí un fuerte dolor por la parte trasera de mi cráneo, producto del golpe severo que le di a un arbol detras de mi.
Bajé la mirada solo un poco, la cuchilla de Usagi estaba a solo milímetros de mi cuello.
De pronto, ella retrocedió con violencia. Su cuerpo se giró de manera agresiva y desde la corta distancia vi como el chico que fue Andrew en algun momento le asestaba un fuerte golpe en el rostro.
Quedé sin aliento al ver como la chica se arrastró por el piso a causa del impacto. Siempre he sido partidario de que a las mujeres no se les debe tocar si quiera con el pétalo de una rosa, esa accion por parte del chico va en contra de mis principios pero en ese instante no supe ni que pensar.
Dirigí la mirada hacia el, hacia su mano izquierda que estaba bañada en un líquido plateado y espeso, este tambien tenía suaves destellos solo que más brillantes. Esa era la sangre de la chica, lo cual sembró en mi la semilla de la duda.
-¡Miserable! - le gritó.
Con su mano se cubría la nariz, la cual aún expulsaba sangre argentada.
-Se lo advertí... no le iba a permitir que atacara al príncipe, y si tengo que alzar los puños para hacerlo lo haré sin importar que usted sea una mujer.
Ella se limpió con desprecio, atrajo el arma hacia ella y señaló al chico.
-Te vas a arrepentir-amenazó-. Primero me encargaré de ti.
La joven trató de abalanzarse contra el chico, pero se detuvo tan pronto oímos la voz de nuestros compañeros al llamarnos.
La mujer clavó el pie sobre el suelo con fuerza, deteniendi con esta acción el deseo de atacar, bajó el arma y dirigió la mirada hacia el bosque.
-Esto no ha terminado, volveré tarde o temprano, para terminar lo que empecé. Está escrito que el mundo que conoces perezca,
Selene descargará su ira sobre la tierra a la que una vez tanto amó.
No habrá piedad para con nadie- declaró- y
ustedes inmundos humanos están condenados a la extinción y al olvido.
Jamás olvidaria tal declaración de guerra, esas palabras me acompañarían desde entonces.
La mujer envainó su artefacto y de un brinco desapareció por entre el bosque.
-¡Chicos!-Gritó Karolinne, luego se acercó trotando -. Llevamos un buen rato buscándolos. ¿Que vinieron a hacer aqui?
Abrí la boca para dar una respuesta, pero el chico que me acompañaba me arrancó las palabras de la boca.
-Vinimos por más leña.
Fruncí el ceño luego de oirlo.
-Vámonos, los demas nos estan esperando.
El chico tomó la delantera, yo por mi parte dudé. Estaba tan confundido que no sabia si seguirlos y menos luego de todo lo que presencié.
-Darien, apresurate. Ya es hora de ir a dormir
Me quedé congelado y sin ganas de moverme, no, hasta que Karolinne tuvo que llevarme de la mano.
Intenté dar el primer paso has que de repente oí un aleteó que hizo eco atraves de los árboles, de inmediato voltee la mirada hacia atras. Viendo como a lo lejos una ave blanca se alejaba, fue así como le di crédito a las palabras de mi abuela ya fallecida... en efecto la lechuza que me acosó en mi niñez no significaba otra cosa más que la hica que quiso acabar mi vida en ese solitario bosque.
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𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐀 𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀 & 𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐍𝐀. [Trilogía Estelares #1]
Fantasía¿Que harías si un día que considerabas "normal" descubres que no eres un humano común y corriente? ¿Qué hasta tu propia sangre te advierte que no eres igual a los demás? Y que incluso pasas de ser una simple criatura Viviente a ser el heredero al tr...