𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐀 𝐓𝐈𝐄𝐑𝐑𝐀 & 𝐋𝐀 𝐋𝐔𝐍𝐀. [Trilogía Estelares #1]

𓅓•✧ ･ ° ✹ ･ ﾟ: * La doncella de ojos grises*: ･ ﾟ ✹ *: ✧•𓄂

Logré persuadir a mi madre con eso de que todos podíamos cambiar de opinión con respecto a una persona. O bueno, por lo menos lo intenté.
La vi muy alegre cuando le comenté de nuestra pequeña charla en el patio y más aún cuando le dije lo que Usagi pensaba de su relación con mi padre, a lo que ella muy sonriente contestó:
-¿No te diste cuenta que te estaba lanzando una indirecta?-la miré ceñudo-. Hombres- dijo en un suspiro.
-Imposible- aseguré-. Ella y yo simplemente no podemos llevarnos bien. Y el que hayamos tenido una pequeña charla no quiere decir que esté enamorada de mi. Además, ella actúa como si me detestara.
Mamá soltó una suave risilla.
-Darien; no todas las chicas demuestran interés siendo empalagosas o sumisas con su chico especial, o "Crush" como dicen ustedes hoy en día. Algunas suelen aparentar ser rudas, tal vez por el miedo al rechazo.
» Pero todas tenemos algo en común: Siempre buscamos la manera de que nuestro interés amoroso sepa que nos gusta. En algunos casos, lanzando indirectas.
Confieso que sentí una cálida sensación en el pecho, pero entonces las hipótesis que tenia se adueñaron de mi cabeza.
Esa vocecita en el interior seguía insistiendo en que el odio de Usagi hacia mi no era solo un "interés romántico".
Inhalé, profunda y lentamente para acallar a las dichosas «Mariposas en el estómago», y recordando la conversación de la mañana con mi padre pude tranquilizar esos pensamientos estúpidos.
-Te ayudaré con la carne- fue todo lo que le dije.
Solo unos segundos después mi madre lanzaría un nuevo dardo.
-¿No pretenderás evadir el tema?- me quitó el cuchillo, ganando con ello mi atención-. Dime ¿Usagi te gusta?
Aunque tenia la sospecha de que me lo preguntaría, no pude controlar que me tomara por sorpresa; podría jurar que me sonroje de nuevo y para colmo de males, de manera inconsciente me rasqué la nuca provocando una carcajada por parte de ella. Pronto caí en la cuenta.
-¡Confirmado!-exclamó emocionada-, me alegra mucho. Ustedes se ven tan bien juntos.
Sacudí mi cabeza en negación. Volviendo a una posición neutral. Fingí una sonrisa y tomé otro cuchillo.
-Sigamos con la cena; papá no tarda en llegar.

Justo cuando nos disponíamos a poner la mesa oímos el sonido de la puerta al abrirse, dirigimos la mirada hacia ese lugar.
La cara de papá venía sería pero tan pronto nos volteó a ver cambio de semblante.
-Huele delicioso.
Mamá y yo reímos con el comentario, sabíamos su fascinación por el albondigón por lo que presentíamos su visto bueno.

La cena transcurrió como todas la noches, mamá tomó la palabra y como era de esperarse el tema fue Usagi; decidí tolerarlo gracias a la petición de mi padre.
Me acordé de él y levanté la mirada hacia su puesto, su plato estaba intacto, tenia el tenedor clavado en la rodaja de carne la cual estaba en parte destrozada. Observaba a un punto en el vacío y con evidente preocupación.
-Les dije que todo saldría bien-mi madre culminó la charla -. ¿Artemis?
Finalmente alzó la mirada.
-No has probado bocado. ¿Está todo bien?- pregunté, a loq ue él respondió:
-Estoy cansado. Discúlpenme.
Dejó los cubiertos sobre el plati y se levantó de la silla. Mi madre y yo seguimos su andar con la mirada, hasta que desapareció por las escaleras.
Algo no estaba bien.
-Recogeré los platos - la voz de mamá me sacó demasiado ensimismamiento.
-No, déjame hacerlo. Hoy me corresponde a mi.
Ella me dedicó una sonrisa gentil.
-Ya me has ayudado mucho.
Solo por esa vez le llevé la contra y la ayudé con las últimas tareas en la cocina.