capitulo 15

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Mientras bostezo y mi mente intenta cerrar mis ojos estaba limpiando los platos, ayer me quedé talvez hasta las 5 de la mañana. Según yo solo iba a ser hasta las dos o a las tres por que tenia trabajo, pero que te digo, me divertí después de mucho tiempo.

Pero ahora ya no es tan divertido.

Volvamos unas horas más antes de lo sucedido.

–me despedí de mis amigos y cargar este cuerpo no era tan tedioso, subí en el copiloto a Boli y luego entre yo, ya sentía el cuerpo cansado y una persona se estaba durmiendo en el piso– Boli

–me puse a jugar con él seguro de la puerta el cual hacia ruido en este silencio adentro del auto– No fue buena idea hacerlo

–baje mis párpados y quite mis manos del volante para hablar mejor– No quería que lo hagas con otra persona

– ¿Por qué?

– ... talvez por qué creo que me estas empezando a gustar

–apoye mi cabeza en la ventana y deje de hacer ruido– Chile estábamos yendo tan bien...

– ¿y tú por qué me seguías besando?

– Estoy borracho no se lo que estoy haciendo, y no se que es lo que siento en este momento. ¿Por qué justo en el momento en que estoy tonto me haces confundir las cosas?

– ¡por qué tu igual me confundes! Boli –lo tome de su brazo y lo acerque a mi para que hablemos de frente las cosas– Desde el día uno en que te vi llamaste mi atención, y cuando te conocí poco a poco no sabia si estaba confundiendo las cosas, quería agradarte, darte regalos y complacerte de algún modo que te haga feliz ¿que no lo viste venir?

– ¡No! ¡creí que eramos amigos! –le quite mi brazo de su agarre y abrí la puerta, me salí rápido y me fui caminando por otra dirección–

Tiro la puerta y yo salí por la otra asegurando el carro, corrí un poco para alcanzarlo y cuando lo quería detener solo recibia pequeños empujones y golpes. No se que hice, realmente confundí las cosas, yo no quería esto pero es que quería hacerlo de una vez antes que sea tarde.

– Boli por favor déjame intentarlo –lo tome de sus brazos enderesandolo–

– Pensé que después de mucho tiempo realmente tenía un amigo –apreté los párpados para que caigan esas lágrimas que no me dejaban ver bien al mayor–

– Soy tu amigo

– Pero ahora quieres una relación y si te rechazo dejaremos de ser amigos..

– ... No eso no va a pasar

– jaja, ¿crees? No podemos tener una amistad si hay sentimientos de por medios, piensa. Tanto que me costó ocultarte lo de Jario para que vengas con esta estupidez

– ¿Jario? Que tiene que ver tu hermanito... –frunci un poco el ceño extrañado–

– La razón por la que mis padres me botaron de casa fue por que tuve un hijo a temprana edad, y si de ese modo me despreciaron mis propios padres que sería si se enteraban los demás –empecé a secarme las lágrimas con mi chamarra– Mencionar que era mi hijo me impedía incluso tener pareja, ¡¿quien quiere a un descuidado que se hizo un hijo a los 17?! ¡Maldita sea...!

–solo lo abrace y apoye mi cabeza arriba de la suya– Yo, yo te quiero así...

–mi corazón se apachurro cuando dijo eso y lo abrace de inmediato, con solo eso me hizo sentir menos mal de lo que estaba–

– Un hermanito, o un hijo tuyo, me da igual, quiero intentar algo contigo Boli, te haré feliz... –me separe lento y lo mire– Pero si no quieres...

– No puedo tomar una decisión ahora

– ... Si, tienes razón. Vamos a casa –lo tome de su mano y fuimos hacia el auto–

Y desde ahí me dejo en casa y al día siguiente vine a trabajar con resaca. Mire mi reflejo en el lavado, metí mi mano y lo destape para que se vaya el agua sucia.

– Ah, estoy confundido... –me lave las manos y me acomode el cabello ya que este estaba seco– (desearía que nada de eso hubiera pasado)

– ¿que tal la fiesta de anoche?

– ¡Ah! Señor Perú, ¿es que usted se teletransporta? –tome un trapo para secarme bien las manos  y pase de largo– Bien, bien, nada interesante

– Esos cara me dice que pasaron muchas cosas ayer

– Ah, pues, mehj, una tipa vomito, hubo una pelea y yo me quedé hasta las 5 de la mañana, por eso tengo esta cara –me tape la boca y boztese, de repente el jefe pasó de largo dando unas palmadas en mi hombro y se fue– Hmm- espera, ¿vendrás hoy... a darme clases de cocina?

–voltee la mirada antes de salir por la puerta, solté una risita y me apoye en el marco– Pensé que no me querías en tu casa, oh, espera, ¿Quieres que te alimente a ti y a tu cachorrito?

– Pff, no te necesito para sobrevivir, ridículo. Ya vete –rodee los ojos y fui a guardar la servilleta para cuando siento unos brazos posarse en mis hombros y luego me abrazo por el cuello–

– ¿que quieres que te enseñe a preparar esta noche? –lo mire de lado con una sonrisa–

– ¡dije que ya no! Ni pienses en venir ahora por chistosito

– ¿tienes vergüenza de que vea otra vez esa cocina?

– ¡Para nada! Desde ese día esta impecable –me cruce de brazos y mire a otro lado–

– Perfecto, entonces así podre cocinar algo delicioso, esta vez te enseñaré a hacer un postre

– No quiero nada, ya quita tus brazos –moví mis hombros para que se salga pero no se separaba de mi, puse mis manos en sus muñecas y trate de separarlas pero este era fuerte–

– ¿estas rechazando a un chef profesional y a tu propio jefe el enseñarte a cocinar? Niño otros cobrando y yo cocinandote de a gratis –me acerque a su oído y susurre– Si sigues así ya no habrá días libres para una personita

– ¡Ah, esta bien! Esta bien, esta bien –aleje mi cabeza cuando susurro y me sonroje–

–por fin lo solté y me reí– Que fácil ¿verdad? Entonces nos vemos a las ocho en punto

–suspire, Chile no es mi único problema ahora–

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Mi Pobre Amor [PeruxBoliviaxChile]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora