Después de esa extrañada salida acomode las cosas que compramos, bueno, que él compró, Jario se puso feliz de ver la heladera llena, sinceramente me apena saber eso ya que es algo que quisiera darle todos los días, pero como mesero no me alcanza.
Le enseñe los zapatos que mi jefe le compró y se los probó, le fascinaron, lo vi bien contento que se lanzó a mi y me agradeció, no sabía como decirle que no fui yo quien se los compró...
Paso los días desde ese entonces y el alfa no se ha presentado en el restaurante desde entonces, me dijeron que esta pasando tiempo con su familia. Para mi sorpresa por fin mi amigo tomó mi consejo de pasar al restaurante y disgustar, cuando entró lo salude desde lejos, en un momento lo atenderia.
– Pero bueno mesero, ¿qué ofrece la casa?
– Te juro que tienes que probar Aguachile Rojo, la otra vez no pude creer como un comensal lo devolvió y pidió otro, ahhg
– ¡Jaja! Dale, quiero ese, estoy seguro que me gustará
– A la orden señor –lo anote y me despedí de él con una leve sonrisa. En la cocina di la orden a los chefs y recogí los otros platillos para servir, aquí salen como pan caliente por la tarde. Al sostener los platillos y darme la vuelta algo rápido por la emoción casi chocó con nadie más que el jefe, solté un leve grito del susto por que a ver, tenía en mano platos calientes y en frente de mi quien me puede despedir ahorita mismo.
– ¿Y esas ganas de trabajar?
– ¿ah? Mhj, iré a dejar esto rápido –dije molesgo y lo rodee, fui a paso rápido a dejar la orden ya que no hay que hacer esperar–
– ¿ehh? ¿Y esa reacción? –dijo uno de los chef asomando su cabeza a ver lo que pasaba
– ¿por que no le dijo nada? –dijo otro camarero a su compañero, todos vieron la manera en la que le hablo el menor al jefe
Mire a todos y estos rápidos reaccionaron a volver a hacer sus deberes, me fui al cambiador de la cocina y solo tome una bata y un gorro de Chef, sali para la cocina y el chef superior que dirigía la cocina me dio la bienvenida.
– Hace mucho que no haz cocinado con nosotros –dije soltando una sonrisa por ver al jefe trabajar con nosotros–
– Vamos a ver si las opiniones de la revista cambian de opinión. Parece que te descuidaste un poco de esta cocina
– No lo puedo creer, realmente las críticas están diciendo eso?
– No te preocupes, mañana serán mejores –le di unas leves palmadas en su hombro y me agarre un espacio–
Me agrada este ambiente, de concentración y disciplina, sin olvidar que me gusta crear y disgustar los olores que se crear al realizar una mezcla de comida. Aparte de ser un trabajo lo disfruto, me relaja, mantiene mi mente ocupada al cortar las verduras y calcular las medidas, la sopa es mi especialidad.
Entre nuevamente a la cocina y recogí otro platillo, cuando de repente mis ojos se posaron en la espalda de una figura mayor a los demás chef, abrí mis ojos con asombro y me quede mirando los movimientos que realizaba al cortar y luego batir el sartén, hum, creo que soy muy curioso.
– Boli, la mesa 2 espera, ¡rápido!
Estoy seguro que solo pasaron 3 segundos, pero parece que paso más tiempo, sacudí mi cabeza y volví a lo que hacía. Llegué a la mesa de Chile y le entregué su platillo, espere un momento para ver que tal le parecía la comida.
– ¿Y?
– ¿donde esta el chef que preparo esto? Santo cielos, ¡es una delicia! Quiero verlo
– Ahm- yo, no estoy muy seguro de que lo quieras ver, je... –dije incomodo, es que, estos dos ya se vieron hace unos días–
– ¿por que no? Ándale, solo serán unos minutos, ¡esta estupendo!
– ... ¡claro! Ahora te lo traigo –baje el menú que tenia en mano a mi brazo y camine hacia la cocina, me acerque a Perú y este parece que ya había terminado, le pique el hombro para llamar su atención, cuando lo hizo acomode mi vos– Eh, un comensal quiere halagarte por el platillo
– ¿por las alas a la barbacoa o por el aguachile?
– El aguachile
–deje la servilleta en la mesa y no estaba con el uniforme completo, ya que solo me puse la bata y gorra, que más da, estoy con una camisa crema. Boli me guió a la mesa y cuanto más nos acercábamos ya había reconocido ese rostro, parece que no nos presentamos bien– Buenos días
– Heeey... –me separe un poco de la mesa retrocediendo mi silla, hice puño mi mano y la acerque a mi boca– Tkss, que incómodo, perdon por insultarlo la anterior vez, no volverá a pasar –sonreí leve con las cejas rectas, si, esto era incómodo–
– No te preocupes, hagamos que no paso y volvamos a comenzar. Soy el chef Perú, un gusto, veo que le ha encantado el aguachile que le acabamos de servir –señale el platillo–
– Si, si, riquísimo, si Boli no me lo hubiera recomendado no se que otra cosa iba a comer, jaja
– Estoy seguro que cualquier cosa que coma de este restaurante saldrá satisfecho, le invito a probar la gran variedad de platillos que tenemos.
–mire a los dos y Perú se notaba sereno y serio, y Chile, hacia su intento de sonar normal, ah... así nos tuvimos que haber presentado antes–
– Que suertudo Boli, ese día te cocino un aguachile y por eso lo recomendaste?
– ¡¿eh?!- Chile, eh..., hey, que dices, jaja, no se de que hablas –me tomo desprevenido su comentario, le hice una señal de que no mencione lo anterior, ¡estábamos yendo bien!–
–mire al menor incómodo y luego al comensal, baje mis párpados, esta persona desde el día uno se a mostrado un poco... torpe– Por favor, no mencione cosas personales. Le pido también que deje trabajar al camarero, tenemos mucho trabajo. Disfrute su almuerzo –nos dimos la vuelta y caminamos hacia la cocina–
– No creí que lo mencionaría, vas a disculpar
– Tu no tienes por que disculparte –lo llevé hacia los cambiadores para hablar en privado– no hiciste nada.
– Pero, ¡tu reputación! Tienes que cuidarte de las críticas, no sólo del restaurante también de tu vida personal como chef profesional
– ¿Quién decidió ir a tu casa ese día Boli? ¿Tú, o yo?
– Tú, pero aun así igual tienes que cuidarte. Hablaré con él luego para que no diga otra cosa, perdona es un amigo que apenas conozco –me rasque un poco pensativo la cabeza–
– Cuídate –me cruce de brazos y ambos salimos del cambiador, espero que no se vuelva a repetir–
.
.
.
ESTÁS LEYENDO
Mi Pobre Amor [PeruxBoliviaxChile]
FanficCountryhumans omegaverse. Bolivia, un chico con problemas sociales y de vida que intentará manejar el rumbo de las cosas junto a dos alfas completamente enamorados de él. Pero la decisión más difícil que tomará será con quien se quedará.