capitulo 26

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Soy una persona muy jodida, creo que el querer darle celos a la pareja de Bolivia suena como una idea muy divertida y vaya que lo va a ser, no se en que momento me empezó a gustar generar conflictos. Pero bueno como dije, estoy aburrido.

Acomode la cámara en un vaso y presione grabar, estábamos en nuestra hora de cocina con un cocinero que me sigue quemando la comida, y un chefcito que prueba todo para darnos la puntuación final. Así es, tengo a dos niños rondando por la cocina mientras yo cocino lo que Bolivia debería estar haciendo.

– Ooh, ¿paprica? Sabe mucho mejor –tome un pedazo de carne y comí, partí un pedacito y se lo dí a Jario–

– Es la especia más común del mercado, compralo –tape la olla y me sacudí las manos, con el dedo índice tome un poco de salsa y se lo unte en su naricita–

– Deja de mancharme con la comida –le quite su mano y me limpie, ahora yo tome una cuchara de salsa y se lo tire en su rostro, este mostró una expresión de asombro, no esperaba a que yo haga eso ¿no? ¡que iluso!– ¡Jaja!

–tome más de la salsa y volví untarlo, solo que de manera agresiva en su cara como venganza, empezó a gritar de que me detenga ya que le estaba manchando todo el rostro, cuando se dio la vuelta y me miró me eche una carcajada por que se estaba todo pintado de rojo, la salsa era de ketchup. Incluso Jario se empezó a reír – Ah, ah, ¡déjame tomarte una foto! –tome mi celular pero Bolivia me quería detener para que no lo haga, lo empecé a grabar mientras saltaba para quitarme el móvil de las manos– La de crecer un centímetro mas se que te la sabes –apague el celular y ya baje el celular al mesón–

– ¡que manera de gastar la ketchup! –fui a la pileta y me empecé a enjuagar la cara, ahora voy a oler a tomate–

– Eh, tranquilo, queda demasiado, jsjs

Después de cocinar nos sentamos a comer, la tarde aquí me despabila del trabajo, y de mi familia, la cual no digo que la odio pero son un tanto... fastidiosos con mi vida.

Últimamente me han pedido que me mude cerca de ellos, creo que soy el único que esta viviendo lejos, no lo haré por razones de trabajo, y privacidad.

– Perú, tu aprendiz si puso en practica una de tus clases, hice esto para ti

Cuando me distrajo de mis pensamientos en frente de mi vi un postre, un merengon, vi en su rostro radear una sonrisa, parece que está feliz de haber logrado algo solo. ¿Así que para mi? Si lo dice de esa manera creo que sere menos grosero al criticar su postre

– ¡Mm! Nada mal, nada mal. ¿Cuántas veces tuviste que preparar para que te salga bien? ¡Jaja!

– ¿por que crees que Jario no te esta pidiendo probar? Él fue mi sujeto de prueba toda esta semana

–vi al pequeño hacer cara de asco por que vio el postre– Ahora todo tiene sentido. Pues felicidades, este merengue si me gusto

– ¿cuál es tu platillo favorito? Quiero cocinartelo cuando te vayas de la ciudad.

Ah, que no me hable de irme, puedo quedarme más tiempo pero tengo trabajo en la cede principal donde dirijo mis restaurantes. No es que quiera quedarme, pero tampoco quiero irme, y si me voy ¿quien cuidara de él si no soy yo?

– De hecho, de todas las comidas internacionales que he probado no tengo uno favorito, soy una persona muy indecisa

– Ooh, ¡vamos! Debe haber algo que te guste

– Me gusta la carne, no importa cual sea, siempre y cuando esté bien preparada. Como la comida de hoy, estuvo deliciosa ¿no?

– Sabes que nunca me niego. Oh, Perú ¡no te vayas! No quiero que se vaya mi chef personal –abrace su brazo y recosté mi cabeza en su hombro–

Mire a otro lado pensando en lo que acaba de decir, si me lo dice de nuevo creo que... me voy a quedar, una semana más. ¡Ah! ¡De hecho no puedo! Tengo que encargarme del aniversario del restaurante, ya se acerca.

–Vi a Perú apretar y rascar en medio de sus cejas, parecía que lo acabó de estresar– ¿que pasa?

– No, nada, es solo que ya se acerca el aniversario del restaurante, me hiciste recordarlo

– Oh, ¿es allá en Lima? ¿Cuando es? ¿Invitas a todos tus empleados? Aaaah –me separe para que me respondas bien todas mis preguntas–

– Si, es en Lima, será de aquí a dos semanas, y la última pregunta cada gerente de los dos restaurantes se encarga de celebrar a su modo el aniversario. Pero obvio, la más grande es en Lima –mire brillo en los ojos de Bolivia, parece que le hace ilusión ir a ver como se realizará el aniversario– Oh, acabo de recordar algo, creo que puedo llevar a un invitado especial a ese evento... –mire para arriba y luego rodee los ojos en dirección de Bolivia sacando una sonrisa, su desesperación lo decía todo– Parece que te va a dar un patatus si no te digo de una vez que estas invitado. Boli estás invitado a él aniver-

–antes de que termine salte de la silla gritando un "¡Si!" Y lo abrace rodeando mis brazos en su cuello– ¡visitaré Lima! –me separe de él y puse mis manos en sus hombros– ¿después del evento puedes enseñarme la ciudad? Será la primera vez que estoy fuera del país

–esos ojos destellantes alumbran demasiado, me va a dejar ciego– Oh, niño como decir que no

– ¿escuchaste Jario? Nos iremos a Limaaa –fui donde mi pequeño y lo cargue dando vueltas con él–

Parece un niño al que le acaban de regalar un juguete, puse mi mano en mi mejilla y cerré mis ojos, ahora tengo otro trabajo, bueno, me conviene robarlo por unos días, solo espero no se vuelva loco una persona.

– Bolivia, ven un momento –este dejo al niño y se fue, boli se acercó para sentarse nuevamente al lado mio– Este fin de semana me estoy volviendo a Lima, si las cosas van a ser así te mandare la tarjeta y vueles a Lima uno o dos días antes del evento.

–asentí con la cabeza, hasta que senti una mano pesada encima de ella y me acaricio– Oh, también, quería saber cuando es tu cumpleaños

– Mi cumpleaños no es importante

– ¡¿que dices?! Te quiero dar algo para ese día

– Me lo puedes dar ahora digamos

– No es lo mismooo, vamos dime, no se lo contaré a nadie –me reí y puse el dedo índice en medio de mis labios–

– Es este 28 de julio –puse de nuevo mi mano en mi mejilla cerrando de nuevo mis ojos, después de comer siento un cansancio–

–  falta un mes, perfecto. Oh, pero, ya no estarás aquí... y no sería lo mismo enviartelo por correo

–abrí un ojo y ese brillo en sus ojos se apago, realmente no me importa mi cumpleaños, ni siquiera estoy al pendiente de que ese día caiga pronto. Me acerque a Bolivia y tome su rostro y lo levante– ¿Acaso quieres que venga ese día para que me des un regalo?

– S-se que suena molesto, jaja, es solo que creí que te quedarías más tiempo... ¡yo iré a verte! No tienes por que venir, se supone que es tu cumpleaños

–sonreí y baje mis párpados– No puedes pagar unos supresores y quieres tomar el avión dos veces. Pero si es algo que quieres hacer...

– ¡si lo haré!

– Okey, okey, pero avísame

– si

Con eso termino nuestra conversación.

Poco a poco e sentido la necesidad de ayudarlo, veo como cuenta sus billetes, la poca vida social que tiene, y el buen corazón que tiene con su hijo y las demás personas. Pienso que si llego a tratarlo mal de nuevo probablemente me perdone, creo que es por que no tiene más gente en su vida y no quiere que las personas que ahora están en ella se alejen. ¿Y por qué no? Sus padres lo abandonaron, se las tuvo que arreglar para sobrevivir en un lugar nuevo y con un hijo encima, no puede perder a más personas.

Por eso tiene a su gran e increíble chef y asistente personal pegado como chicle en sus zapatos.

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Mi Pobre Amor [PeruxBoliviaxChile]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora