capítulo 15.

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—¿Mami, a dónde vamos? —murmuró Natty mientras su mamá abrochaba lo más arriba posible una gruesa chaqueta y acomodaba el gorrito que le había colocado minutos atrás sobre la cabeza.

—Hoy empezarás el jardín de niños, ¿Recuerdas que lo hablamos hace un par de días, mi amor?

Mhm... No acuerdo, mami.

—Bien, no pasa nada, mamá te explica de nuevo —Lisa le sonrió de lado cuando terminó de acomodar su ropa, pero mantuvo su posición de cuclillas para quedar a la altura de la menor—, cuando los cachorritos alcanzan cierta edad es necesario que vayan a la escuela o, como es tu caso, al jardín de niños. Allí aprenden mucho mucho, conocen a otros niños y se divierten. Es necesario para tu desarrollo y crecimiento, mi amor.

—¿Natt va solita? —inquirió con su mirada empezando a cristalizarse.

—Papá o yo te llevaremos, y luego iremos a recogerte un par de horas después.

—¡Natt no quiere estar solita! —gimoteó.

—No estarás solita, amor, ¿Recuerdas que mamá dijo que estarás con tu profesora o profesor y otros niños?

—Sí, mami... Pero no estarán papá y mamá y Dani.

—Danielle aún es muy pequeña, todo lo que tiene que aprender ahora se lo podemos enseñar nosotras, pero tú ya necesitas a alguien que sepa más. —besó su manito con suavidad cuando la escuchó sollozar.

—Nadie es más int-egente que mami y papi.

—Gracias, bebé, tu también eres muy inteligente. —Lisa iba a continuar cuando Rosé apareció por detrás de ellas con Danielle colgando de su cadera y las llaves del coche en la otra mano.

—¿Estás lista, cachorra? —inquirió la alfa en medio de una mueca por el jalón de pelo propiciado por su hija menor.

Natty solo se encogió de hombros antes de estirar sus bracitos en un pedido silencio de ser cargada. Rosé la tomó del otro lado de su cadera sin demasiado esfuerzo, dejando luego dos pequeños besitos en las mejillas de sus cachorritas.

—No quiero ir, papi, pero mamá dice que es bueno para mi rollo. —intentó susurrar sin éxito. Ambas adultas rieron sin poder evitarlo.

—Creo que mamá se refería a desarrollo, Natty, y tiene razón. Es necesario ir a la escuela, hija, ¿Acaso no quieres conocer a otros cachorros, jugar y tener amiguitos?

—Sí, papá, pero no solita.

—Iremos a dejarte y recogerte, Natts, no estarás solita. ¿Crees que papá y mamá te dejarían sola? Nosotras somos una familia y siempre priorizamos la seguridad de la otra.

—Lo sé —Natty sonrió apenas antes de besar su mejilla—. ¡Vamos al jardín!

—Vamos, bebé. Despídete de mamá y de Dani.

—¡Adiós, mami, adiós hermanita!

Lisa tomó a Danielle entre sus brazos cuando Rosé se la pasó y ambas se despidieron desde la puerta de ambas alfas. Sabía de sobra que su bebé estaba un tanto triste e inquieta, su loba prácticamente se lo gritaba, pero no había mucho que hacer. Su lazo añoraba a sus hijas en su nido, protegidas bajo su calor y su aroma, sin embargo, sabía de sobra lo necesario que era que sus cachorras empezaran a forjar otros vínculos y sociabilizaran con mayor frecuencia.

—Parece que hoy seremos tú y yo... —Lisa le hizo cosquillas a la menor mientras cerraba la puerta a sus espaldas, a sabiendas de que Rosé debía de ir a la empresa por un contratiempo y no regresaría hasta el mediodía.

the family's farm ଓ chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora