Alex
26 de febrero, 2024El duelo es algo extraño.
Vivirlo en propias carnes es horrible, doloroso y devastador, pero ver a una persona que amas pasar por algo así... eso es aún peor.
Han pasado varios días desde la muerte de William y aquí aún se siente un peso invisible en el ambiente. Y no hablo de que todos vistamos de negro, o de que no hayamos sonreído en todo este tiempo. Es más bien una especie de sensación; la sensación de que falta algo, de que perdimos algo.
Estos últimos días Daniel y Dana han estado bastante unidos, dieron un comunicado a la disquera impartiendo un luto de un mes dentro del lugar, es su forma de honrar su memoria, supongo.
En casa todos saben que no es un buen momento, así que las veces que he ido a visitarlos me han dado a entender tanto a mi como a Dana que si necesitábamos algo, ellos estaban ahí.
También hemos hablado mucho sobre el tema del disco, ella y yo. Y aunque aún sigue un poco asustada, sé que pronto hará algún anuncio al respecto.
También sé que le habría encantado que se papá escuchara esas canciones.
Y yo, por mi parte, he avanzado muchísimo con mi libro. La inspiración también es algo raro, llega y se va en los momentos menos oportunos, diría yo.
Las mariposas están furiosas
porque no las dejo volar.
Se están volviendo locas con tus ojos
y el pensar en cómo sería besarte sin parar.—¿Qué tanto escribes? —me pregunta la chica que mantiene su cabeza apoyada en mi regazo y yo aparto la vista del celular, después de guardar el aparato.
—¿Curiosa señorita Kaplan?
—Mucho. ¿Me dejas ver? —pregunta interesada.
—¿Vas a decir algo sobre el álbum? —rebato.
—Pronto. Déjame ver.
—¿Qué tan pronto?
—¿Podrías dejar de responderme con preguntas Oseman? Acabo de descubrir cuánto lo detesto.
—¿Cuánto? —la molesto, y por primera vez en mucho tiempo percibo un pequeño rastro de mi sonrisa favorita.
—Eres un idiota. —dice y gira la cabeza para no mirarme.
—Sí, pero eso ya lo sabíamos.
Voltea los ojos, pero no importa, porque casi ha sonreído; y eso es suficiente.
—Creo que estoy lista —dice después de unos momentos y le doy toda mi atención— tal vez la semana que viene pueda mostrar el álbum ante mi equipo en la disquera.
No digo nada por unos instantes y eso hace que me mira extrañada, entonces le sonrió y digo:
—¿Quieres que te acompañe?
—Siempre.
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5 de marzo, 2024
Jamás me había sentido tan fuera de lugar.
¿Seguro? ¿No recuerdas la vez que por error entraste al baño de señoritas?
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Siempre a las 9:00
Short StoryDos polos opuestos se atraen, al menos eso dice la ley física que todos conocemos. Tal vez por esa ley es que él parecía una nota que ella necesitaba aprender y ella, una sinopsis atrapante que te deja con ganas de saber más para él