Rebecca, todavía temblando por el impacto de la conversación con Friend, buscó en su teléfono el número de Sarocha. Sabía que, aunque podría haber llamado a sus amigas, había algo en su interior que deseaba la presencia de Freen. La pelinegra siempre había tenido una habilidad especial para consolarla y calmar sus tormentas emocionales.
Cuando Freen vio el nombre de Rebecca en la pantalla de su teléfono, una ola de preocupación la envolvió. La voz de Rebecca, quebrada y temblorosa, transmitía una angustia que Freen no había escuchado antes. Sabía que debía actuar con rapidez.
— Rebecca, ¿qué pasa? ¿Estás bien? — preguntó Freen, intentando mantener la calma mientras su corazón latía con fuerza.
Rebecca, con voz entrecortada, apenas pudo articular sus palabras.
— Freen... necesito... necesito hablar contigo. Estoy en un estado terrible. No sé qué hacer. Por favor, ven rápido.
La pelinegra sintió un nudo en el estómago al escuchar el desespero en la voz de Rebecca.
— Tranquila, Rebecca. Estoy en camino. Dime dónde estás, y no cuentes nada por teléfono si te sientes incómoda. Solo quiero asegurarme de que estés bien.
Rebecca, con lágrimas en los ojos, le dio la dirección del restaurante.
—Estoy en la cafetería, la que esta a 4 cuadras de mi empresa. No sé qué hacer... Siento que todo se está desmoronando.
— Quédate ahí, ¿de acuerdo? No te muevas. Estoy a punto de llegar. — dijo Freen, con el tono de voz tan tranquilizador como pudo, intentando hacer que Rebecca se sintiera segura aunque estuviera angustiada.
Mientras colgaba el teléfono, Sarocha no podía evitar que su mente corriera a mil por hora. Se imaginaba a Becky sola y abatida, y eso la impulsaba a acelerar su viaje. Sentía un profundo deseo de estar allí para ofrecerle el consuelo que necesitaba.
Durante el trayecto, Freen intentaba calmarse para no dejar que la ansiedad afectara su concentración al conducir. Pensaba en lo que podría decir para reconfortar a Rebecca, en cómo podría estar allí para ella sin importar la gravedad de la situación. Sabía que el apoyo emocional era crucial en momentos como estos, y se preparaba para ofrecerle toda la comprensión y el cuidado que pudiera.
Al llegar al restaurante, Freen vio a Rebecca sentada en una mesa en un estado deplorable. El maquillaje corrido y las lágrimas visibles en su rostro rompieron el corazón de Freen. La visión de Rebecca así hizo que su corazón se encogiera, y un impulso protector surgió en ella. Quería llevarla lejos, a un lugar donde pudiera protegerla y ofrecerle consuelo sin la mirada de extraños sobre ellos.
Freen se acercó rápidamente, y sin decir una palabra, envolvió a Rebecca en un abrazo reconfortante. Rebecca se aferró a ella, encontrando en el abrazo de Freen un alivio instantáneo.
— Lo siento, Freen. — dijo Rebecca con la voz quebrada —. Sabía que iba hacer difícil. Hablé con Friend y... no sé cómo sentirme. Me siento tan perdida.
Freen la miró con ternura y comprensión, sus ojos reflejaban una mezcla de dolor por ver a Rebecca así y la determinación de estar allí para ella.
— No tienes que disculparte, Rebecca. Estoy aquí para ti. — dijo Freen con voz suave, limpiando algunas lágrimas de Rebecca con su pulgar —. Cuéntame todo lo que pasó.
Rebecca, con voz entrecortada, le relató a Freen cómo fue la conversación con Friend, desde el momento en que le pidió tiempo para pensar hasta el dolor que sintió al darse cuenta de que su relación estaba en peligro. Aunque había tenido presentimientos sobre la fragilidad de su relación, el dolor de la realidad fue más fuerte de lo que había anticipado.
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Moda y Rivalidad
FanfictionEn el dinámico escenario de la moda en Bangkok, Rebecca Armstrong y Sarocha Chankimha, conocida como Freen, son las líderes de dos imperios rivales. Lo que comenzó como una relación prometedora se convirtió en una amarga rivalidad después de un even...