Días después de nuestro regreso a casa, me encontré de nuevo en la rutina, casi sin tiempo para descansar. Volver al trabajo había sido una transición rápida, pero inevitable. El estudio de baile estaba como siempre: caótico, ruidoso y lleno de energía.
—Pero miren a quien tenemos aquí, la líder que se tomó días adicionales de vacaciones.—bromeó Leyda, con su habitual tono mordaz —Vamos muy atrasados por tu culpa. —
—Me tomé una licencia médica, no tengo por qué darte explicaciones.— respondí, dejando mi bolso a un lado —Lo importante es que estamos aquí. —
Saqué mi celular para buscar la música que usaríamos en el calentamiento. El accidente en Roma había sido más un susto que otra cosa. No me había roto ningún hueso, solo unos cuantos moretones, unas contusiones y rasguños que ya comenzaban a sanar.
—¿Qué hiciste en tus mini vacaciones?.— se acercó Abraham, sonriendo con curiosidad. Lo miré con cariño, sabiendo que él siempre estaba a mi lado.
Abraham era una de las personas a quienes más quería. Lo único que me dolía de recordar aquel sueño era que él aún no conocía a Leyda. Nuestra amistad, en esa realidad, estaba intacta, libre de las tensiones que ella solía generar.
—Fui a España, después a Italia, y finalmente a un hospital.— resumí con una sonrisa irónica —Pasaron tantas cosas que no podría explicártelas antes de empezar el ensayo. —
—Menos blablablá y más baile —se quejó Leyda, cruzándose de brazos.
Suspiré, pero no tenía tiempo para discusiones. Debíamos preparar una nueva coreografía, y esta vez no era para el programa habitual en el que solíamos participar, sino para algo diferente: un comercial. Una conocida marca de bebidas energéticas nos había contratado para ser la cara de su próxima campaña, lo que significaba que teníamos que estar al 100%.
—Hagamos esto rápido.— dije mientras estiraba un poco —Tengo una cita hoy y no puedo posponerla. —
—Eres cruel.— bromeó Antonio —Deberías dejar de presumir que tú sí puedes disfrutar de las mieles del amor. —
Sonreí de forma juguetona, pero no pude evitar que mis pensamientos se desviaran hacia Aldo. Esta cita era importante para mí, y aunque no lo había mencionado en voz alta, sentía que algo especial iba a suceder esa tarde.
El ensayo transcurrió sin incidentes, aunque con la usual presión de Leyda y sus críticas constantes. Pero la coreografía empezó a tomar forma, y después de un par de horas intensas, dimos por terminado el trabajo por el día. Me despedí rápidamente de los demás y me dirigí a casa para prepararme.
Horas más tarde, me encontré frente al espejo, eligiendo cuidadosamente mi atuendo para la cita. Habíamos planeado un paseo al atardecer por el parque cercano a un museo donde podíamos ir después. Era uno de mis lugares favoritos, tranquilo y perfecto para relajarse después de una semana agitada. Me puse un vestido sencillo pero elegante, perfecto para la ocasión, y salí de casa con una mezcla de nervios y emoción en el estómago.
Cuando llegué al parque, Aldo ya estaba allí, esperándome con su habitual sonrisa tranquila. Nos saludamos con un abrazo, y comenzamos a caminar, disfrutando del aire fresco y de la conversación ligera que siempre fluía entre nosotros. El cielo empezaba a teñirse de tonos naranjas y rosas mientras el sol descendía lentamente hacia el horizonte.
—Es increíble cómo pasan los días tan rápido.— comenté, observando el paisaje —Parece que fue ayer cuando estaba siendo atropellada en Roma, fue sublime.—
Aldo me miró de reojo, sonriendo.
—Bueno, lo importante es que estás bien, y que estamos aquí ahora.— dijo —Además, he estado pensando mucho estos días. —
—¿Sobre qué?.— pregunté, sintiendo cómo mi corazón comenzaba a latir un poco más rápido.
Nos detuvimos cerca de un pequeño muelle que daba a un estanque que había ahí. El reflejo del sol en el agua era deslumbrante, y el ambiente era perfecto. Aldo se giró hacia mí, su expresión más seria de lo habitual.
—Sobre nosotros.— respondió, tomando mis manos —Llevamos mucho tiempo juntos, y cada día me doy cuenta de lo mucho que te quiero. Eres lo mejor que me ha pasado, y no puedo imaginar mi vida sin ti. —
Sentí un nudo en la garganta. No estaba segura de qué decir, solo podía mirarlo a los ojos, perdida en la sinceridad de sus palabras.
—Por eso... —continuó Aldo, arrodillándose frente a mí mientras sacaba una pequeña caja de su bolsillo —Quiero pasar el resto de mi vida contigo.—
Abrió la caja, revelando un anillo sencillo pero hermoso, y todo a mi alrededor pareció detenerse por un momento. El sol se ocultaba lentamente, tiñendo el cielo de colores cálidos y envolviéndonos en una atmósfera mágica.
—¿Te casarías conmigo?.— preguntó, su voz suave pero llena de emoción.
Mis ojos se llenaron de lágrimas, y el tiempo pareció detenerse. No había esperado que este momento llegara hoy, pero ahora que estaba frente a mí, todo tenía sentido. Todo el viaje, las experiencias, los obstáculos... nos habían llevado a este preciso instante.
—Sí.— susurré, apenas capaz de contener mis emociones —Sí, me casaría contigo. —
Aldo sonrió, visiblemente aliviado y feliz. Se levantó, deslizándome el anillo en el dedo, y me abrazó con fuerza mientras los últimos rayos de sol nos envolvían.
El atardecer nos brindó un telón de fondo perfecto para nuestro momento. Nos quedamos abrazados durante un largo rato, sin decir nada, simplemente disfrutando de la compañía del otro y del significado de lo que acababa de ocurrir. Sabía que este era el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas, una que estábamos dispuestos a enfrentar juntos.
Días después, cuando ya había regresado a la rutina del trabajo y la planificación de la boda se hacía más presente en mi mente, reflexioné sobre cómo había cambiado todo en tan poco tiempo. La vida tenía una forma extraña de sorprenderte, pero por primera vez en mucho tiempo, me sentía completamente en paz.
Y con esa paz, estaba lista para enfrentar cualquier cosa que viniera a nuestro camino.

ESTÁS LEYENDO
𝐑𝐎𝐌𝐀 [Aldo Geo X Tú]✓
Фанфик𝐑𝐎𝐌𝐀|| Donde _____, una bailarina algo egoísta con ella misma, busca cumplir su sueño en otra ciudad. O donde Aldo se enamora a primera vista en aquella Velada Inicio: 29-O4-24 🧂 Final: 11-O9-24 ✨