𝐑𝐎𝐌𝐀 [Aldo Geo X Tú]✓

cap. 23

Aldo me había llevado hasta su hogar y después le di las llaves de mi departamento para que fuera por algunas cosas, yo sabía que estaba mal dejar que él se encargara de todo esto sabiendo que solo tenía una fractura pero él había insistido tanto 

Estar sola en su casa y sin poder moverme tanto era extraño, me sentía bastante sola pero no importaba, sabía que simplemente debía esperar a que él volviera. Saqué mi celular para entretenerme viendo videos pero justo en ese momento me entró una llamada, era Ronny así que respondí 

—¿Cómo es que te fracturaste y me enteré por una pinche publicación de tu grupito donde decía que te estarías ausentando?.— fue lo primero que preguntó 

—Hola Ronny, estoy bien, gracias por preguntar.— me burlé un poco —Me caí en un ensayo pero fue más grave de lo que pensé, no te preocupes.— 

—¿Y que harás estos meses sin bailar?.— cuestionó —Si quieres puedo pagarte tu viaje para que te regreses y pases tu rehabilitación acá, sabes que conozco doctores muy perros que te ayudarán a sanar antes de lo esperado.— 

¿Volver a Monterrey y dejar a Aldo cuando las cosas prometían ir mejorando para ambos? esa ni siquiera sonaba a una buena opción 

—Me quiero quedar aquí.— dije —Los de mi trabajo cubrirán mis gastos médicos así que estaré bien.— 

—No quiero que te quedes sola mientras estés así.— avisó preocupado —Ahora tengo mucho trabajo con los entrenamientos de Alana y otros que me han llegado por la "fiebre de la velada" pero si quieres muevo un poco mis compromisos para visitarte al menos 3 días.— 

Realmente no quería que Ronny descuidara parte de su trabajo por mí, yo ya estaba empezando una vida independientemente y no quería que siguiera tan pendiente de mí 

—No es necesario que vengas, me quedaré con Aldo mientras me recupero, no estaré sola.— avisé 

—¿Tan rápido ya me vas a cambiar por ese pinche wey?.— cuestionó cambiando su tono preocupado por uno más burlón 

—No es eso.— reí —Las cosas otra vez empiezan a ir bien con él, me causa bastante ilusión.— 

—No deberías contarme que estas ilusionada con Aldo, es raro escucharte decir eso.— se quejó —Por cualquier cosa, recuerda advertirle que aunque práctique box aún puedo partirle su madre.— dijo 

—No le diré eso.— conté —No quiero espantarlo antes de tiempo, estaré bien mientras no le tenga miedo a mi hermanito sobreprotector.— 

Ambos reímos, sin duda estas eran de las buenas pláticas que amaba tener con mi hermano, a pesar de la distancia me hacía sentir que estábamos cerca aún

—Dejemos el tema del Nahual para después.— pidió después de nuestras risas —Cuéntame más sobre tu caída, ¿cómo te caíste para fracturaste?.— 

—Me tropecé.— mentí, si le decía que Antonio prácticamente me había tirado sería catastrófico 

—No me cuadra.— murmuró —¿Nadie te metió el pie o te empujó? para que tengas una fractura debió ser algo feo.— 

—Me tropecé y dejé caer todo mi peso sobre mi pierna, no fue otra cosa.— avisé —Deja de hacerte otras ideas, estoy así por mi culpa.— 

Seguí hablando un rato con él hasta que dijo que tenía que ir a comer así que fue el momento justo para colgar. Pasé un buen rato más viendo videos hasta que escuché que la puerta se estaba abriendo, dirigí mi mirada hacia allá y pude ver a Aldo entrando con una maleta 

—Traje todo lo que dijiste y hasta más.— avisó —Por suerte encontré esta maleta para meter todo esto.— 

—Pareciera como si realmente me estuviera mudando a tu casa, es extraño.— reí un poco nerviosa 

—¿Por qué sería extraño?.— cuestionó sentándose a un lado de mí —Somos dos mejores amigos a punto de iniciar una vida juntos.—

Ambos nos quedamos en silencio, al parecer no había sido consciente de lo que acababa de decir así que sonreí bastante contenta

—¿Iniciaremos una vida juntos?.— cuestioné burlona 

—Pensé que eso era lo que querías.— se burló mientras se acercaba demasiado a mí —¿O me equivoco?.— 

De un momento a otro lo tenía prácticamente a algunos centímetros de mi rostro, mi corazón empezó a latir rápidamente y mi cara empezó a arder, supuse que me había puesto roja al tenerlo tan cerca 

—Aldo.— intenté hablar —Aléjate si no quieres que haga algo de lo que ambos podamos arrepentirnos.— 

—¿De que podríamos arrepentirnos?.— cuestionó casi en susurro 

Corté la distancia que nos seguía alejando y simplemente lo besé. Él ni siquiera se esforzó en alejarse, era como si realmente fuera algo que ambos lleváramos esperando, duramos pocos minutos así hasta que la falta de aire nos hizo separarnos 

—Aún sigo esperando tu siguiente confesión.— aclaró con una ligera sonrisa 

—¿Si me confieso ahora, volverías a rechazarme?.— cuestioné y asintió después de unos segundos —Eres cruel pero supongo que me lo merezco.— 

Empezó a reír y volvió a dejar un pequeño beso sobre mis labios, sin duda esto me estaba confundiendo bastante pero decidí estar tranquila mientras planeaba mi siguiente jugada para lograr algo con él