𝐑𝐎𝐌𝐀 [Aldo Geo X Tú]✓

cap. 22

Días pasaron y yo no había hecho ningún avance con Aldo, no sabía cual sería un gesto que podría hacer que me aceptara como algo más que su amiga

Habíamos estado saliendo después de mis ensayos, íbamos a mi casa y yo le cocinaba, mirábamos películas e incluso jugábamos un poco en una vieja consola que yo tenía. Nos divertíamos bastante pero no sabía si eso sería suficiente

—¡Presta atención a tus pasos!.— gritó Ámbar sacándome de mis pensamientos

Velkis le puso pausa a la música para que detuviéramos la coreografía. Todos me miraron confundidos pero yo me sentía apenada

—Perdón, tenía mi mente en otra cosa.— me justifiqué

—El amor está en el aire, ¿no, hermana?.— se burló Abraham y reí un poco

Aquel chico se había vuelto de mi entera confianza, ahora era el único que sabía que no tenía una relación con Aldo e incluso me ayudaba a pensar en que hacer para tener avances hacia una futura relación con mi mejor amigo

—No quiero ser aguafiestas pero necesitemos que esté concentrada.— se entrometió Antonio —Mañana tenemos la presentación y ella es la única que no ha podido aprenderse la coreografía completa.—

—Les prometo que lo haré bien.— aseguré —Jamás me había pasado esto y lo saben, siempre soy la primera en perfeccionar todo.—

Todos parecían dudosos de lo que acababa de decir, sabía que no debía descuidar mi trabajo pero Aldo era mi prioridad en este momento

—Empecemos desde cero.— dije haciendo una señal a Velkis para que pusiera la música de nuevo

La música empezó a sonar así que todos tomaron sus posiciones. Empezamos a bailar, todo iba genial hasta que llegó un momento donde cada chico tenía que cargar a su pareja, no era nada arriesgado

Antonio había vuelto a ser mi pareja así que se acercó a mí para cargarme pero al hacerlo pasó algo que provocó que él cayera al suelo pero de alguna manera no pudo sostenerme así que me aventó, yo caí prácticamente del otro lado del lugar.

—No no no no.— exclamó Abraham preocupado mientras corría hasta donde estaba —¿Hermanita, estás bien?.—

—Caí sobre mi pierna.— dije intentando acomodarme pero me dolía mucho tan solo moverla

Los demás del equipo se acercaron, Antonio se agachó para estar a la misma altura que yo

—Quisiera saber como hacer masajes sanadores como los que haces tú.— exclamó, parecía que se sentía mal

—Me duele mucho.— dije aún sin poder mover mi pierna

Cada quien conocía su cuerpo, yo sabía que esto no era una simple torcedura... esto era más grave

—Llamaré al médico del estudio, estarás bien.— avisó Abraham mientras iba por su celular

Todos parecían preocupados, todos menos aquella rubia que por alguna razón se veía satisfecha

—Te dije que prestaras atención.— recordó

—Cállate de una vez Ámbar.— pidió Antonio bastante molesto mientras la miraba

Empezaron a pelear mientras yo solo tocaba mi pierna bastante preocupada, era casi un hecho que no podría bailar durante algunos días... o quizás durante más tiempo que eso

(......)

Estaba fuera de un hospital al que el doctor me había trasladado para que me hicieran unas radiografías... me había fracturado. Todo se había vuelto un caos después de que la jefa se enteró de mi caída, había ido al estudio solo para asegurarse de que estuviera bien pero cuando le dijeron que no podría bailar por dos meses nombró capitana a Ámbar por ser la que mejor bailaba, eso sin duda no le había gustado a ninguno de mis compañeros

—Perdón wey, vine lo más rápido que pude.— apareció Aldo —¿Cómo te sientes?.—

—Me duele la pierna.— dije y señalé el yeso que me habían puesto —Además no voy a poder bailar durante un tiempo, me suspendieron de mi trabajo y nombraron de capitana a la rubia esa.—

—Al menos te suspendieron y no te despidieron.— intentó animar

—Mi vida será un desastre mientras use esto.— me quejé —Ni siquiera sé usar muletas, ¿Cómo es que viviré sin usar una pierna por más de un mes?.—

Aldo se rio pero para mí no era nada gracioso

—Yo puedo ser una muleta que si sepas usar.— habló y lo miré confundida —Apóyate en mí si sientes que estar así es mucho para ti.—

Sabía que quizás esto no era "mucho para mí" pero acostumbrarme sería complicado, igual amaba que él quisiera darme su apoyo

—¿Me ayudas a caminar?.— cuestioné como niña pequeña y él solo sonrió

Él aprovechó que yo estaba sentada en una pequeña banca fuera del hospital y tomó las muletas que me habían comprado los de mi trabajo

—Yo sé como usar estas madres, te voy a enseñar así que presta atención.— exclamó

Empezó a caminar usando las muletas como si eso fuera lo más fácil del mundo, igual yo no estaba prestando tanta atención por ver lo lindo que se veía intentando ayudarme

—Sigo pensando que será difícil.— me crucé de brazos y él soltó una pequeña risa

—Bueno, si no te puedo ayudar con eso puedo ser útil en algo más.— dijo y lo miré con duda —Múdate conmigo mientras sana tu pierna.—

Abrí mis ojos sorprendida, ¿me acababa de proponer vivir juntos?, sabía que era un gran gesto pero no sabía si debía aprovecharme

—No quiero que estés sola y si ni siquiera sabes como usar tus muletas es muy obvio que no saldrás de tu departamento.— empezó a hablar —Sé que bailar es la cosa que más te hace feliz y tengo miedo de que te deprimas si no puedes moverte, por eso múdate conmigo hasta que sanes, me aseguraré de que no te sientas mal.—

Sonreí mientras sentía calidez en mi pecho, Aldo sin duda me estaba volviendo loca

—Recuerda que dije que lucharía para que no me rechazaras cuando me volviera a confesar.— dije, él me miró —Vivir juntos me dejará las cosas más fáciles.—

—¿Quieres que me haga el difícil?.— preguntó en un leve tono burlón y asentí —Pues no lo haré.—

—¿Entonces porque preguntas?.— reí

—Para hacer las cosas interesantes.— respondió —No he dejado de pensar en toda la plática que tuvimos y saber que en este momento se invirtieron los papeles entre nosotros se siente muy chingón, la chica fresa me persigue ahora y eso alza mi ego.—

Ahora me había quedado temporalmente desempleada, eso me daría mucho tiempo libre que aprovecharía con Aldo, sin duda vivir con él sería el paso decisivo para lograr que me aceptara