Just tonight we'll go to heaven and back [GOT7 fanfic]

Pequeñas y lindas sorpresas

—Debe asegurarse de que lo que tome no sean cebollines, son puerros —dijo el vecino de Hyunwoo. Parado fuera del auto de este último, dándole indicaciones en la ventanilla del piloto—. No tienen mucho parecido, pero incluso yo me confundí.

—Claro. Deben ser puerros, no cebollines —repitió Hyunwoo mirando la lista de víveres que le fue entregada.

—Y por favor, que el tahini sea de la marca que le indico en la nota.

Jaebeom miraba la escena desde el copiloto con extrañeza y una sonrisa que no precisamente era de agrado. Estaba confundido respecto a desde cuándo el vecino de su amigo podía pedirle mandados sin más. 

—¿Qué es ghee? —preguntó Hyunwoo con su neutro tono de siempre.

—Puede encontrarlo también como mantequilla clarificada.

—¿Cuál es la diferencia?

—Que es sólo grasa. Pero no es relevante en este momento. Muchas gracias por hacerme este favor, hyung —se reverenció.

—No hay de qué —replicó para despedirse y poner en marcha el vehículo mientras el vecino volvía a su casa sin dejar de agitar su mano para decir adiós.

—¿Ahora eres su mandadero? —rio Jaebeom—. Debe gustarte demasiado.

—Su auto comenzó a sacar humo —dijo Hyunwoo desenfadado—. Lo ayudé un poco, pero preferí hacer yo lo que él tenía planeado hacer. Revisaré su auto más tarde con un poco más de paciencia y tiempo.

—¿De qué color era el humo? Si no es azul, negro o gris, pudo ser una falla eléctrica en los inyectores de combustible, el regulador de presión o los sensores.

—Era blanco. Creo que hay agua en el interior del escape. Tardó un poco en disiparse, por lo que es posible que el anticongelante se esté mezclando con el combustible. 

—Mierda —siseó Jaebeom—. Si es el radiador, deberá verlo un mecánico.

—Es todo un caso, pero sólo lo revisaré y le diré qué es lo que tiene para que lo lleve con un mecánico. No tengo la herramienta que se necesita, tendría qué pedírsela prestada a papá y eso es un viaje de dos horas de ida.

—Si tu vecino quiere verte enseñando tus músculos, sucio y bañado en aceite, yo puedo prestarte las herramientas que necesites —rio.

—¿Tienes herramientas de mecánica, Beomdi? 

—¿Olvidas que soy hombre?

—No creo que eso tenga mucho qué ver, sólo que olvido que tienes gustos y tirrias que no están envueltas o relacionadas con Nyoungie.

—Ahora verás lo mucho que Park se puede ir a la mierda en cuanto a mí —dijo risueñamente—. Puedes dejarme en la florería e irte a hacer las compras de tu novio.

—¿Ah?, Kihyun-ah no es mi novio. 

—Porque no quie...

Hyunwoo dio vuelta a la izquierda, frente de la empresa dónde Jaebeom trabaja, para llegar a la florería. Ahí, ambos alfas notaron cuando Youngjae, a toda prisa, subió a un vehículo en ropas deportivas. Encendiéndolo con rapidez mientras su tía le gritaba un par de cosas desde las puertas de la florería, como si estuviera burlándose de él.

—¿Es hora del almuerzo o algo así? —preguntó Hyunwoo.

—Ah, no lo sé. Es un poco tarde de lo habitual. Normalmente llego un poco antes del mediodía y me ha mencionado que de una a tres de la tarde no está disponible.

—Rayos. Qué mala suerte —dijo avanzando lentamente unos metros alejado del auto que conducía Youngjae—. Probablemente no quiera verte ya que no llegaste a la hora usual.

—No digas eso. Me odiaré de por vida si es así.

—¿Qué harás? Hablo de este momento.

—No lo sé. Quería invitarlo a almorzar.

—Pero dijiste que él no está disponible de una de la tarde a tres, ¿por qué lo invitarías a comer?

—O a cenar, no sé, hyung, pero mi intención era salir con él.

—Entonces, ¿te llevo a casa?

—¿Qué tan correcto sería seguirlo?

—Muy poco correcto, patético e inseguro. ¿Quieres saber si se ve con alguien?, ¿con qué derecho?

—No es que quiera saber eso, sólo me siento un poco desilusionado. Vamos al supermercado, te ayudaré con las compras. 

—No sólo es el supermercado, también es la carnicería, la panadería y el mercado del centro.

—No importa, me dieron este día libre y lo aprovecharé —dijo desanimado.

—Bien —respondió avanzando a velocidad normal—. ¿Quieres escuchar algo?, ¿Deftones?, ¿Arctic Monkeys?

—Adele.

—Bueno.

La primera parada era en el supermercado por los alimentos enlatados y envasados. La lista que Kihyun, el vecino de Hyunwoo, le dio tenía los lugares y pasillos donde usualmente suele comprar sus alimentos, por lo que no sería un gran problema encontrar cada artículo. También le entregó el monto de dinero exacto para realizar la compra y un poco más por si los precios tuvieron cambios.

La espera sería un poco larga ya que el tráfico de la una de la tarde era demasiado. Niños salían de una primaria cercana, autobuses estaban quietos al no poder partir de algunas estaciones y un pequeño choque que estaba siendo rápidamente atendido por las autoridades locales para comenzar nuevamente el flujo de vehículos.

En un semáforo, al detenerse ante una luz roja, miraron el auto en el que Youngjae viajaba, estacionándose en un callejón que llevaba hacia una zona de residencias. Cosa que hizo a Jaebeom sentir nervios, pero esos sesenta segundos que tardó el semáforo en cambiar de señalamiento fueron suficientes para notar lo rápido que bajó del auto para cruzar la calle una manzana frente a ellos. Llegando a esa primaria que se encontraba al cruzar, justo enfrente de un gran parque.

—Parece que va a la escuela —dijo Hyunwoo, haciendo a Jaebeom darse cuenta de que también había notado la presencia del joven florista.

El alfa recesivo estaba por mencionar palabra y justo el semáforo cambió a luz verde, pasando justo frente al pequeño accidente y a la primaria donde una maestra charlaba con Youngjae que levantó a una niña en sus brazos para darle un beso en la mejilla con cariño mientras otra pedía ser levantada también. Dos gemelas.

Hyunwoo le dio un rápido vistazo a Jaebeom que estaba igual de sorprendido como él. No podían hacer más, así que sólo avanzó hacia su destino en un abrumador y raro silencio. 

—¿Te dijo que tenía hijas? —preguntó el mayor, irrumpiendo.

—No. Creo. Creo que bromeó con eso en un momento. No lo sé —replicó algo anonadado.

—¿No dijiste que tuvo un prometido que su mamá le quitó?

—¡Dejemos de hablar un momento! Necesito escuchar mis pensamientos.