Life's too short to be dancing with the devil

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"Otro alfa", pensó Jinyoung. Ocultaba la tensión interna que sentía bajo una actitud relajada que podía calmar los nervios de su madre. Él se esforzaba en mantener una conversación animada, llena de cumplidos y preguntas amables.
Dorine, la madre de su prometido era una mujer extranjera sonriente y entusiasta por el futuro matrimonio. Hablaba con ilusión sobre lo feliz que se encontraba del hecho de estar reunida con su comadre. Repetía una y otra vez sobre lo grande que estaba Jinyoung y que su belleza y atractivo físico no hicieron más que aumentar con el paso de los años.

—Digo lo mismo, madrina. Los años no tuvieron ningún efecto en usted —replicó con una sonrisa de lado, haciendo reír halagada a la mujer.

—¡Y sigues siendo un encanto! —clamó alegre.

La chica lucía aburrida y sólo se limitaba a asentir y sonreír. Su castaño cabello recogido en una coleta alta se agitaba con cada movimiento de cabeza, era lo único que delataba su presencia tan silenciosa y sumisa. Parecía ser la clase de hija que escucha la conversación para opinar más tarde ya que sus muecas reaccionaban al instante de las palabras mencionadas por las mujeres.

—¿Cuál es tu nombre, princesa? —preguntó Jinyoung amablemente. No conocía a los hijos de su madrina realmente, sólo a ella ya que iba a tomar café con su madre los sábados cuándo vivía en el país años atrás—. No tengas miedo de involucrarte a la conversación, a veces los adultos necesitan otro punto de vista.

Ella sonrió tímidamente.

—Dianne —replicó abultando sus mejillas—. Tuan, Dianne Dai Na. 

—Qué bonito nombre, Dianne. ¿Es por la princesa Diana?

—No sé, mi papá lo eligió. Pero, muchas gracias.

—¡Eres todo un caballero, Jinnie! —clamó su madrina.

Sentados al centro de una larga mesa ovalada, esperaban por el platillo de entrada del que probablemente se trataba de una deliciosa comida a juzgar por el olor que venía de la enorme cocina al final del comedor. El suelo de azulejos blancos en conjunto con las paredes de un color café claro casi gris, decoradas con cuadros que parecían haber sido pintados a mano de paisajes y estructuras de Sudamérica y algunas partes de Europa del Este. La mesa estaba impecablemente puesta, con porcelana fina marmoleada y cristalería reluciente. Sin embargo, a pesar del entorno refinado y risas elegantes, la atmósfera a mano izquierda de Dorine estaba cargada de una energía un tanto negativa.

Su prometido, Mark, permanecía en silencio, su expresión reservada mientras jugaba distraídamente con el tenedor. Eran intrigantes las ahora notorias marcas y cicatrices en su rostro, lucían algo viejas; una pequeña estaba en la parte superior del puente de la nariz, otra yacía en su pómulo derecho y una más atravesaba su ceja del mismo lado. 
No obstante, su abundante cabellera relucía bajo las luces claras del comedor, su nariz era linda y sus carnosos labios tenían bonita forma. Sus cejas eran bastante gruesas y sus pequeños ojos eran relajados. Parecía ligeramente el rostro de un muñeco.

Jinyoung le observaba con atención, tratando de descifrarlo ya que no parecía tener escrito en él su postura de acuerdo al matrimonio y esa apariencia rebelde y problemática daba dos posibles motivos por el cual su despreocupación; fue obligado y esas marcas se debían a un ambiente familiar violento, o no tiene ni idea del porqué está ahí.
Sus ojos oscuros evitaban el contacto visual, y aunque pareciera estar presente, su mente claramente estaba en otro lugar, ignorando olímpicamente la conversación.

—¿Qué hay de ti, Mark? —preguntó la madre de Jinyoung—. ¿Te gustaría compartir algo sobre ti mismo? —buscaba romper el hielo que su hijo estaba tardando en romper.

Just tonight we'll go to heaven and back [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora