Tener el cielo, darle estrellas

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El repaso mental de todas las posibilidades por las cuales Youngjae no le regresara las llamadas surgía a medida que con sus pasos se acercaba a la florería después de comprarle esa usual bebida fría y algunos postres. No pensaba realmente en una respuesta para cada posibilidad, sólo quería mirarlo y probablemente besarlo. Después de todo, tanto que ha pasado entre ambos es suficiente historial justificante para todas las libertades que quería tomarse con él una vez lo viera.
Era diferente el revoloteo en su interior en comparación con las semanas anteriores, la sensualidad de aquel bailarín nocturno, con la suavidad del que juntaba su esencia con el de las flores; hacían del chico de las flores el motivo por el que Jaebeom no gustaba de verse en el reflejo de los ventanas de los aparadores de las tiendas al sonreír tan bobamente como lo estaba haciendo.

El Jaebeom de la preparatoria no reconocería al actual, no entendería cómo se encaprichó tan rápido y tan idiotamente de alguien de quién apenas sabía unas cuántas cosas. No tenía sentido, pero podía culpar a su naturaleza, ¿no? Un alfa recesivo dejando que un omega dominante hiciera de él lo que quisiera, tanto emocional como sexualmente.

La química sexual y emocional se sentía tan bien, que agradeció con todo su ser no haber conocido a alguien antes que pudiera privarle de esas primerizas y excitantes emociones hacia Youngjae.

Se colocó frente a las puertas de la florería, Youngjae no estaba detrás del mostrador si no su prima que se encontraba maquillándose con una concentración increíble y con alguien fuera del lugar en la parte trasera que parecía ser un jardín. Golpeando con fiereza un saco de boxeo de piso, apretando sus blancos dientes dado el cansancio de su entrenamiento, mostrando sus delgados pero trabajados brazos de los que resaltaban sus venas hasta llegar a sus azules guantes de boxeo. Sus hombros huesudos, sus clavículas prominentes, su silueta, sus tatuajes; todo era de Arson, pero en un omega totalmente distinto.

El alfa no podía creer que se trataba de Youngjae ese que quería hacer pedazos al saco como si se tratara de su peor enemigo. Era la primera vez que lo veía sin abultada ropa que ocultara todo de él y también era la primera vez viendo ese cuerpo sin vestir exóticas prendas de baile. Era un chico común y corriente lleno de sudor bajo una gran playera azul que estaba parcialmente dentro de sus pantalones cortos sobre sus bellas piernas ahora marcadas por el esfuerzo.
No parecía tener esas curvas tan preciadas que veía bailar con seductor galanteo o debajo suyo en el motel cercano al Pandora.

Era un hombre, un beta a la vista.

Por más infantil que fuera, esa nueva perspectiva de Youngjae no era del todo grata para el alfa que estaba por arrepentirse en entrar a preguntarle el destino de su relación. Al fin y al cabo, fue el mismo omega el que quiso cortar algo de contacto con él; pero su mente le regañaba diciéndole que sería demasiado estúpido dejarse llevar por sus prejuicios y estereotipos que, para empezar, él no cumple en su totalidad. Después de todo, era el mismo muchacho del que tenía fuertes sentimientos.

Era obvio que Youngjae se ejercitaba, ese tipo de cuerpo que lucía en el escenario no podía mantenerse así como así; sin embargo, verlo tan masculino formaba en Jaebeom un pequeño descontento al ya no lucir como el tierno joven que vende flores o el atractivo y pícaro bailarín.

O simplemente era una inseguridad que le picaba su cerebro al decirle que un omega no esperaría protección de él cómo es debidamente correcto. Que ese omega sería la parte "fuerte" de la relación. 

—Disculpe, voy a entrar —dijo la femenina voz de una mujer mayor junto al que parecía ser hijo, sacando a Jaebeom de su batalla mental. 

El alfa se giró y con una disculpa, le permitió entrar a la florería, pensando en si debería hacer lo mismo o irse.
El aspecto de esa mujer dictaba de una persona que quería forzosamente lucir como una persona de la mitad de su edad. Recordando a la señora Park por instantes, pensó en la gran diferencia de apariencias al parecer ambas de la misma edad. Pensar en la señora Park le recordó al trabajo, y recordar el trabajo le recordó que no tenía mucho tiempo para ver a Youngjae y debía tomar una decisión rápidamente.

Just tonight we'll go to heaven and back [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora