Mark, el niño hombre

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—No lo sé, hyung —dijo Jinyoung al teléfono, sentado en el comedor de la cocina (no el principal) mientras revisaba la redacción de la revista al mismo tiempo que su padre la escribía desde la oficina—. Puede que algo me esté ocultando. Ya ha pasado bastante tiempo desde que conversé adecuadamente con él y en ocasiones lo he visto con una sonrisa bastante idiota. No me digas que el bailarín con máscara de borrego le hizo caso.

—De yo saber, Nyoungie, ¿por qué te lo diría? —respondió Hyunwoo del otro lado de la llamada con un tono de voz cansado, parecía estar en el baño.

—Porque todos somos amigos, ¿no? —sonrió acomodando sus gafas—. Si mi mejor amigo no me cuenta sus cosas, confío en que los demás me harán saber sobre su vida. Ah, no he tomado mi medicamento.

—Eso sólo tiene sentido para ti —suspiró—. ¿Por qué no le preguntas directamente?, yo no tengo ni idea respecto a lo del bailarín. Te recuerdo que yo me voy temprano del Pandora.

—Estoy seguro de que no me dirá nada si yo trato de saberlo directamente. Pero también estoy seguro de que tú sabes algo y no quieres decírmelo.

—No sé nada —dijo con esa voz despreocupada suya, claro que estaba mintiendo; sin embargo, al conocer casi a la perfección a sus mejores amigos, no expondría a Jaebeom ante Jinyoung. Prefería mentir antes que traicionar la confianza de quién estaba comenzando a sentir algo de amor hacia otra persona sin haber sido necesario que Jinyoung comenzara una relación sentimental de la cual sentirse celoso—, pero sí puedo asegurarte que de saberlo, no te lo diría. Es posible que, de ser como sospechas, averigües la dirección del bailarín y te metas con él con tal de hacerle pasar un mal rato a Beomdi.

—Que malo eres, hyung —fingió ofensa, aún sonriendo—. ¿Por quién me tomas? Sólo tenía interés en la vida de mi mejor amigo que repentinamente se volvió privada.

—La vida de todos es privada, Nyoungie.

—La de él no. Todo nos cuenta.

—Creo que ya entendió que no debe hacerlo. 

Las palabras de respuesta se quedaron colgando de los labios de Jinyoung al ver a su madre entrar a casa acompañada de la madre de Mark. Parecían llegar de haber cenado en algún lugar alegre pues compartían risas y bromas de mujeres de su edad que a cualquier otra generación le causaría risa o siquiera gracia.
Jinyoung pensó en lo mucho que habría sido mejor que su madre se quedara fuera para no tenerla ahí involucrándolo en una conversación que en absoluto no le interesa.

—Bueno —continuó el sátiro ignorando la ruidosa conversación del par de señoras en la sala de estar—. Im se quedó en la oficina, le hicieron terminar su trabajo mal hecho.

—Dudo que haya hecho mal su trabajo. Era el mejor de su clase en la universidad.

—Créelo. No fui yo quién le hizo las correcciones.

Borrando por unos segundos su sonrisa, torció la boca inconscientemente por ese enojo que le provocaba que no sólo Minhyuk estuviera de lado de Jaebeom, si no que ahora también Hyunwoo. Para Jinyoung, Jaebeom no era una víctima de las circunstancias, pues como alfa recesivo, ese era su papel en cualquier dinámica que se presentara en su vida. Tenía un puesto importante en una empresa, pero no era la cabeza de la misma; podía tener sexo con quién quisiera, pero sólo tendría un lazo si un omega dominante se empareja con él; la gente lo respetaría por ser un alfa, pero no los demás alfas.
Ese era su lugar en la jerarquía social, nadie debía verlo con compasión ni lástima. Era el equivalente a tenerle lástima a un omega por no tener habilidades de liderazgo o voz de mando, esa es su naturaleza y debe aceptarse como tal.

Just tonight we'll go to heaven and back [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora