Youngjae, el ángel de las flores

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Tuvieron que pasar varios rechazos y malas caras por parte del chico detrás del mostrador para poder comprar el café correcto como lo ha estado haciendo desde hace algunas semanas.
Ciertos días en los que su trabajo se lo permite, Jaebeom compra un ramo de flores para su mamá al momento de ir a visitarle. Cuando buscó en línea un sitio donde vendieran margaritas, tal fue su sorpresa al enterarse que existía una florería del otro lado de la calle del sitio dónde trabaja.

Ahí conoció a Youngjae, el lindo chico que trabaja junto a su tía vendiendo lindos arreglos florales para todo tipo de ocasión.

Era un día ajetreado en el trabajo y él no toleraría más ese estrés como para no salir en su hora del almuerzo. Al salir de su jornada iría a visitar a su madre, por lo que necesitaba comprar un ramo de margaritas. Así que fue a la cafetería frente a su trabajo y compró un frappé de moka con leche deslactosada, crema batida doble, jarabe de chocolate y trozos de nuez; para Youngjae y un americano para él. Sí, tardó muchísimo en llegar al tipo de café que Youngjae bebería con él sin chistar.

La tarde estaba en su apogeo cuando el alfa cruzó la puerta de la florería, el familiar aroma de las flores frescas le dio la bienvenida y un energizante abrazo natural. Youngjae estaba detrás del mostrador, organizando un nuevo lote de tulipanes con una evidente concentración en cada cuidadoso movimiento.
Al escuchar la campanilla de la puerta, nueva al parecer, levantó la mirada y una sonrisa iluminó su rostro al reconocer a Jaebeom.

—Buenas tardes, hyung —saludó con su usual cordialidad y entusiasmo—. ¿Le gusta? —le mostró su creación llena de hermosos y perfectos tulipanes de colores cálidos.

Jaebeom devolvió la sonrisa, acercándose al mostrador con pasos seguros. —Buenas tardes, Youngjae —colocó ambos vasos sobre el mostrador y gustoso miró el arreglo con plácida admiración—. Sabes que adoro tu forma de crear estos ramos —le extendió el vaso de plástico con su helado contenido al sonriente y halagado joven—. Aunque, a decir verdad, las flores no son lo único que me atrae de este lugar.

Youngjae soltó una estruendosa carcajada típica de su persona, tipo de risa ¿encantadora?, ¿angelical? Era ruidosa, pero contagiosa. La risa de un ángel muy pesado. —¿Ah, sí? —levantó una ceja, divertido—. ¿Qué más podría ser? —dejó con delicadeza su ramo en el mostrador y tomó su bebida para darle un pequeño sorbo por la pajilla.

El alfa se inclinó ligeramente sobre el mostrador, reduciendo un tanto la distancia entre ellos. —Quizás sea el encantador florista que siempre sabe cómo hacer que el lugar se vea tan hermoso. Un reflejo de su persona —dijo, sus ojos brillando con una mezcla de sinceridad y coqueteo.

—¡Payaso! —se burló nuevamente—. Es usted un galán, ¿verdad? Siempre con las palabras justas. Aunque, si le soy sincero, me provoca agruras.

—Sólo digo la verdad —encogió los hombros con una sonrisa confiada mientras inclinaba ligeramente su cabeza—. Además, ¿quién podría resistirse a un lugar tan acogedor y bien cuidado?

Youngjae le golpeó -sin medir verdaderamente su fuerza- con una revista enrollada en el hombro. —Eres terrible —dijo, pero su sonrisa lo delataba—. Aún así, aprecio el cumplido y el café.

Jaebeom le guiñó un ojo antes de beber su café americano. Su contrario negó con la cabeza rodando los ojos para darle la espalda por unos instantes.

—Hablando en serio, está precioso el ramo de tulipanes —dijo el alfa acariciando los pétalos de uno de ellos que llevaban los colores del atardecer—. Me gusta el papel que elegiste y el lazo le queda perfecto.

—Gracias, hyung —replicó en lo suyo.

—Nunca te lo he preguntado, pero, ¿no te aburres de hacer esto siempre?, ¿haces algo más de tu magia con estas flores?

Just tonight we'll go to heaven and back [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora