Bambam, el heredero de la caja de Pandora

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—Vamos, salgan —dijo Bambam encaminando al par de amigos hacia fuera del Pandora. Ambos en tal estado de ebriedad que apenas podían ponerse de pie. Yendo hacia la salida hacia el callejón en lugar de la principal por la que todos los que se retiraban—. BM hyung, llévalos a su casa sanos y salvos, consumen más alcohol que el visitante promedio y si mueren en el camino no tendré ese importante ingreso. 

—No te preocupes, llegarán bien —replicó el peliverde levantando a Jaebeom (que parecía más estar drogado) para llevarlo tumbado y colgando en su hombro izquierdo, mientras que a Jinyoung lo sujetó por los hombros para ayudarle a mantener el equilibrio—. Le pedí a J. Seph que se llevara mi auto a mi casa para yo poder llevar a este par. 

—Bien. Aunque no me responsabilizo de lo que hagan en carretera, la cara de ese idiota es la de alguien que inhaló algo que precisamente no vendo aquí —señaló a Jaebeom—. No quiero problemas con la ley, así que mientras más rápido me deslinde de ellos mejor. Pero eso no significa que quiera que se accidenten. Al menos no de gravedad.

—Fuerte y claro, jefe.

Cerró la puerta y con un suspiro de cansancio, caminó por el complejo pasando entre los animadores y bailarines que se despedían de él con reverencias. Todos agradeciendo y reconociendo su trabajo, unos a otros, y acompañándose a la salida en forma de seguridad para salvaguardar sus identidades bajo esas máscaras.

Arson salió del Pandora para ir a verse con un maloso —dijo pícaramente uno de los cantantes, este llevaba máscara de tiburón—. Yo que usted, le descontaba de su nómina cinco pagos.

El mencionado le golpeó con su chaqueta a modo de advertencia.

—No está prohibido hacerlo —replicó, estaba claro que no estaba arrepentido o siquiera avergonzado—. Además, no tienes pruebas.

—Está prohibido que salgas con la máscara —dijo Bambam pasando entre ellos. No tenía ganas de reprender a su bailarín, sólo quería llegar a casa de una vez por todas—. Como sea, ya lárguense, debo cerrar el lugar. No olviden nada y váyanse con cuidado.

Vistiéndose con ropa casual y sin sus máscaras, los bailarines e intérpretes salieron por la salida principal junto a otros clientes para mezclarse entre ellos, aparentando ser asistentes y perdiéndose para volver a sus casas.

Finalmente, Bambam se quedó solo en el Pandora, cerrando las puertas y asegurándolas.

—¿Nos vamos? —inquirió su mejor amigo, utilizando su máscara de oso y manteniendo una sonrisa tonta.

—Terminaré de deshabilitar y nos iremos.

Se sentía un tanto desanimado, pensar en el camino de regreso a casa le cansaba más que el mismo trayecto. Forzándose en automático a terminar de apagar las luces, cerrar puertas con llave y todo el protocolo de cierre después del personal; logró subirse a la camioneta negra en la que Big Bear, ahora Dandelion lo llevaría de vuelta a casa.

—Tengo mucha hambre —dijo tumbándose en el asiento de atrás, deseando que su mejor amigo comenzara a hablar mierda y media para distraerse.

—Bueno, cuando llegues a tu mansión podrás pedirle a tus sirvientas que te preparen un pavo —dijo cerrando la puerta del conductor, colocando su mochila en el asiento del copiloto, encendió la camioneta y se puso en marcha.

—No vivo en una mansión, Gyeom —replicó cubriendo sus ojos con su brazo izquierdo.

—Eh, eh, eh —advirtió—. No puedes llamarme por mi nombre real, ¿qué pasaría si alguien hackea nuestros teléfonos y nos intentan secuestrar?

Just tonight we'll go to heaven and back [GOT7 fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora