Habían pasado casi tres meses desde la catástrofe que asoló la vieja Kaji. El caos inicial había dado paso a una calma inquietante, mientras el mundo comenzaba a recuperar la normalidad. Los supervivientes, aún con cicatrices en el alma, se establecían en sus nuevos hogares en Nueva Kaji, una ciudad erigida en el corazón de la provincia del Zen, simbolizando un nuevo comienzo.
Entre ellos, Lewa y Akino se esforzaban por encontrar su lugar en este renacido panorama. Lewa, siempre anhelando el vasto horizonte y la promesa de aventura que este ofrecía, se había inscrito como estudiante en la marina de la ciudad. Cada día, sus habilidades y conocimientos crecían bajo la tutela de experimentados soldados, que veían en él un potencial prometedor.
Akino, en cambio, había seguido un camino distinto. Con un espíritu combativo y un deseo ardiente de proteger a los suyos, se unió al gremio Warrior. Allí, se integró temporalmente en un equipo de cuatro personas, donde su destreza y valor en combate rápidamente ganaron el respeto de sus compañeros.
La vida en Nueva Kaji no solo les brindó nuevas oportunidades, sino también nuevos amigos. Lewa y Akino se unieron a un grupo unido, compuesto por Lyra, Touko, Ik, Shori y Licka.
El día de hoy, 10 de octubre, el grupo de amigos había decidido pasar una agradable jornada en el zoológico de la ciudad. Después, planeaban ir al supermercado para comprar decoración para la fiesta del día siguiente: el cumpleaños de Shori, que sería el 11 de octubre.
—¡Sonrían, chicos! —exclamó un hombre al que Touko le había pedido tomarles una foto con su nueva cámara—. Salió excelente.
—Gracias, señor —dijo la rubia mientras recibía de vuelta su cámara.
—Déjame verla.
—Yo también la quiero ver.
—Esperen un momento, ¿dónde está Lyra? No salió en la foto —comentó Akino tras echarle un vistazo a la fotografía instantánea.
—Lo olvidé por completo, ya es octubre, en estas fechas comienza el espectáculo de despedida de los pingüinos —dijo Touko luego de ver un cartel promocional del espectáculo.
—¿Y eso qué tiene que ver? —preguntó Lewa, confundido.
—A Nina le fascinan los pingüinos, son su animal favorito —respondió Shori antes de comenzar a caminar hacia donde se estaba llevando a cabo el espectáculo.
El grupo siguió a Shori, abriéndose paso entre los visitantes del zoológico. Al llegar a la sección de los pingüinos, los amigos se detuvieron, admirando la escena: los pingüinos se deslizaban graciosamente por el hielo, mientras una narradora explicaba detalles fascinantes sobre sus hábitos y migraciones.
Entre la multitud, divisaron a Lyra, su rostro iluminado por una sonrisa de asombro y felicidad. Estaba completamente absorta en el espectáculo, sus ojos brillando con la emoción de ver a sus animales favoritos.
—Oye, Ik aún no llega... ¿se habrá perdido? —comentó Licka, preocupada.
—No te preocupes, hace un rato Lyra me dijo que le mandó un mensaje por el comunicador. Dijo que se quedaría un rato en el parque de patinaje y que nos vería en Dog Burger —respondió Touko, provocando escalofríos en Lewa y Shori, quienes no podían evitar recordar a aquel espeluznante Sparky al que enfrentaron en las ruinas de la nación Kaji.
Este comportamiento era muy común en Ik; siempre le gustaba estar solo un rato antes de reunirse con sus amigos. Prefería ir en su longboard en lugar de acompañar a los demás en la camioneta de Touko. El viento en su rostro y la libertad de deslizarse por las calles le proporcionaban un momento de reflexión y paz que valoraba profundamente.
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LYRA Temporada 1
RomanceLyra Yoto, una joven e inexperta miembro del gremio militar "Warriors" en la ciudad de ZeN, enfrenta un desafío inesperado cuando, tras una agotadora misión, su maestro queda gravemente herido y es hospitalizado. Su lugar es tomado por un misterioso...