Capítulo 7: Las Panteras

1.5K 245 55
                                    



El viaje hacia la manada de las panteras fue largo y lleno de silencio. Sergio, sentado junto a Lewis en el auto, no podía dejar de sentir un nudo en el estómago. Cada kilómetro que los alejaba de la manada de leones lo acercaba más a una vida que no conocía, a un futuro incierto al lado de un alfa que apenas acababa de conocer. El simple pensamiento lo mantenía al borde de un ataque de nervios.

Lewis, a su lado, parecía notar el nerviosismo de Sergio. Sin apartar los ojos de la carretera, extendió una mano y la puso suavemente sobre la rodilla de Sergio. El contacto era cálido, firme, y de alguna manera logró calmar ligeramente los nervios del omega.

—Todo va a estar bien, Sergio —dijo Lewis con una sonrisa suave—. No tienes nada de qué preocuparte. Entiendo que esto es mucho, pero te prometo que haré todo lo posible para que te sientas a gusto en tu nuevo hogar.

Sergio asintió, tragando saliva. Sabía que Lewis estaba siendo sincero, pero su ansiedad era difícil de apagar.

—Es solo que... —comenzó a decir, buscando las palabras adecuadas— todo está pasando tan rápido. Apenas he tenido tiempo de asimilarlo.

—Lo sé —Lewis respondió con comprensión—. Desearía que las cosas sean más lentas y poder cortejarte como es debido, pero algunas circunstancias me obligan a acelerar el proceso. No quiero ponerte en una posición incómoda.

Sergio se quedó en silencio por un momento, pensando en las palabras de Lewis. Luego, sintiendo la necesidad de aliviar un poco la tensión, decidió cambiar de tema.

—¿Y tus padres? —preguntó, queriendo conocer más sobre él—. ¿Cómo fue que te convertiste en el líder de la manada?

Lewis suspiró, su expresión se volvió algo melancólica mientras mantenía la vista en la carretera. 

—Mis padres murieron cuando era joven, en un accidente inesperado. Fue un golpe muy duro para nuestra manada. No estaba preparado para convertirme en alfa tan pronto, pero no había otra opción. Tuve que madurar rápido y asumir la responsabilidad, aunque me sentía perdido. Al principio no fue fácil, pero con el tiempo aprendí a liderar. Mi manada me apoyó mucho, y eso me ayudó a superar los momentos más difíciles.

Sergio escuchaba con atención, sintiendo una conexión con la historia de Lewis. Él también había perdido a sus padres a una edad temprana, aunque sus circunstancias habían sido diferentes.

—Mis padres murieron cuando era más joven también —dijo Sergio, con la voz temblorosa mientras recordaba aquellos tiempos dolorosos—. Fue... complicado. Ellos eran todo para mí, y cuando los perdí, me sentí como si el mundo se desmoronara. Desde entonces, he estado solo, intentando encontrar mi lugar en una manada que nunca me vio como alguien valioso.

Lewis lo miró por un momento, sus ojos brillaban con comprensión y empatía.

—Siento mucho lo de tus padres, Sergio. Nadie debería pasar por algo así solo. Pero quiero que sepas que ya no tienes que sentirte así. Tienes un lugar en mi manada, y yo estaré aquí para ti.

Las palabras de Lewis tocaron algo profundo en Sergio. Aunque seguía sintiéndose nervioso por lo que estaba por venir, la presencia de Lewis a su lado, su promesa de apoyarlo, ofrecía un consuelo que no había sentido en mucho tiempo.



Cuando finalmente llegaron a la manada de las panteras, Sergio no pudo evitar pegar su rostro a la ventana del auto para observar todo lo que sucedía afuera. La primera impresión que tuvo fue de un ambiente completamente distinto al que estaba acostumbrado. En lugar de la frialdad y la tensión que a menudo percibía en la manada de los leones, aquí todo parecía vibrar con vida.

DestinedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora