十四

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Capítulo 14: La búsqueda.



Cerró la puerta detrás de sí para mirar la recién llegada tarde en silencio. Ya era mediodía y el sol estaba en su punto más alto, sin embargo se podía ver en el horizonte un gran bulto de grisáceas nubes amenazando con abarrotar la gran extensión de cielo que yacía frente a él. Pese a tener su mirada fija en el cielo su mente y sus pensamientos estaban muy lejos de asemejarse a la vista.

El ritual había culminado, la mujer una vez hizo su trabajo lo llevo hasta un armario y le puso un pequeño frasco en sus manos.

“ Asegúrate de tomarlo en presencia de ese amigo tuyo. Una vez ingerido habrán un par de efectos secundarios que presentarás por unos largos minutos. No te mentiré, vomitaras un par de veces y habra dolor, pero todo estará bien. Tampoco tendrás mucha fuerza, pero temporalmente mediante tu cuerpo se restablezca con el descanso ésta regresará.

El punto es que tú amigo esté presente para cuidarte. Alrededor de ésta semana sentirás cansancio en todo tu cuerpo y te quedarás dormido constantemente; sin embargo te aseguro que éste será el inicio de una mejor versión de tí... ”

Después de eso le dijo que se fuera y que no regresara y mucho menos esté entregando la dirección de su hogar a cualquier sujeto, preferentemente no lo mencione con otro que no sea su amigo debido a que su guardián tendrá uno o dos días de reposo.

Y hablando del rey de Roma, el hombre de melena azabache estaba afuera del hogar sentado en una silla desplegable y una sombrilla. El sujeto lo miró de reojo inexpresivo, para después comentarle:

— Solo tuviste suerte, estuve enfermo la semana pasada y no entrené lo suficiente.

— Claro. – Expresó con cierto sarcasmo. – De igual forma fué una buena batalla, así que te lo agradezco. – Expresó sin recibir respuesta para después comenzar a caminar por el gran campo.

Pasando las estatuas y el par de fuentes salió de la barrera que escondía el hogar y siguió caminando por el extenso río por quién sabe cuánto tiempo, dónde después su mirada cayó en una gran roca y posteriormente se sentó sobre ella, manteniendo su vista sobre los arroyuelos que se formaban al pasar el agua del arrollo sobre las rocas. El sonido era tranquilizante, pero él no sentía ese sosiego que ésto transmitía.

Había ganado, ¿No? Obtuvo tratamiento de una experta y en una semana su meta se cumplirá, se irá del hogar del mayor y obtendrá su libertad, será un sujeto libre en el mundo; pero aunque haya obtenido la completa victoria no se sentía como un ganador, como si aquel logró solo le haya dado una preocupación más por la que pensar.

Sabía que debía regresar al hogar de Patada, no porque quería hacerlo ni porque se lo haya sugerido la curandera, el mayor el día anterior le dijo que en caso de que haya perdido la batalla y no pueda regresar al hogar en cuanto se hicieran las 3 de la tarde el maestro saldría a buscarlo. Por mucho que objetó y se molestó con el de mirada ámbar en eso quedaron. Debía apurarse porque tardaría en regresar a la aldea, pero ahora lo que menos quería era regresar a su casa.

Pudo haber tenido su consciencia limpia si tan solo no hubiera sabido que Patada le salvó la vida usando una técnica peligrosa, pues al tenerlo en cuenta reconocía que eso lo dejaba en deuda con él, y era una atadura más fuerte que cualquiera otra cosa. Cuando estuvo bajo el mismo techo que Patada los meses anteriores no tenía esa carga, pues sabía que estaban bajo un contrato y eso los dejaba en las mismas condiciones, pero ahora no era así, Patada entregó más de lo que él pudo haberlo hecho.

Malditos Dones || Kicknipulens Donde viven las historias. Descúbrelo ahora