Kara Zor-El, la heroína conocida como Supergirl, se enfrenta a la tragedia más grande de su vida: la muerte de Lena Luthor, su amada. Consumida por el dolor y la desesperación, Kara toma una decisión radical: alterar el tejido del espacio-tiempo par...
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El duelo no te cambia, te revela John Green 🌹🌹🌹
POV Kara Danvers
Había algo en la inmensidad de la noche estrellada que me reconfortaba. Esos infinitos puntos luminosos, titilando en el firmamento oscuro, siempre me habían llenado de esperanza. Desde mi adolescencia, solía refugiarme en el bosque para contemplar el cielo nocturno durante horas. Hoy, regresaba a mi viejo hábito con la esperanza de encontrar consuelo y dejar atrás el profundo resentimiento que Lena había sembrado en mi corazón. Su descaro y su falta de escrúpulos habían superado cualquier límite. Había pasado de admirarla a detestarla profundamente. Normalmente, no era una persona rencorosa, pero su comportamiento me había llenado de una contradicción insoportable.
Inhale una y otra vez dejando que la levedad de este instante me llenará, el alcohol aún viajaba por mi torrente pero el aire gélido ayudaba, de cierta modo el que Lucifer Luthor tuviera poderes me daba tranquilidad, ella podia defenderse sola y con la nueva amenaza que la acechaba era una suerte tener esas habilidades.
Regrese dentro sintiendo el rugido de mi estómago pronto amanecería, quizás algo de comida y un par de horas de sueño mejoraría todo. En el interior de la fortaleza la encontré sentada en el sofá de la sala improvisada, solo le di una breve mirada y seguí de largo a cocina. Me decidí por Ramen instantáneo, durante mis años de universidad está comida había salvado mi vida.
- Eso huele realmente bien - su voz sonó a mi espalda.
-¿Quieres un poco?
Asintió con amabilidad, ella traía un cambio de ropa limpio, parecía un esquimal forrado en ese enorme abrigo.
- En realidad tengo mucho hambre - sonrió con la alegría de una pequeña niña, eso derrumbó el muro invisible que intentaba a toda costa mantener entre las dos.
- Pues esto ya quedó - le di un enorme cuenco lleno de fideos y huevos.
Ambas comimos en total silencio, disfrutando el confortable calor que emanaba de la sopita.
-Perdoname por favor- dijo tomándome desprevenida, levanté mi mirada del plato con más dudas que de las que tenía antes.
-¿Por qué debo perdonarte Lena?
El ritmo cardíaco de Lena se aceleró y sus mejillas enrojecieron, parecía estar sufriendo genuinamente por disculparse, reí internamente mirando en silencio su agonía.
- Perdóname por ser tan torpe - su voz tembló - yo no supe manejar la situación entre las dos desde el primer momento.
-¡Descuida! - le respondí pero ella levanto su mano para poder seguir hablando.
-No, tienes razón soy una mujer insensible y egoísta, pero por alguna extraña razón tu me importas, ayer te estaba buscando y me preocupé durante todo el día.
