14. Conjuro

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"Bienvenidos a los septuagésimo sextos juegos del hambre

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"Bienvenidos a los septuagésimo sextos juegos del hambre... y que la suerte este siempre de su lado"
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POV Kara Danvers

- Entonces no te contengas Nena... Follame - sus palabras estallaron por los rincones de mi mente... Ella sería mía, sentía la adrenalina correr frenéticamente en mi torrente sanguíneo.

Me separé un poco para mirarla buscando algún indicio de duda, pero solo estaba su mirada encendida y mis ganas flotando en el aire. Está vez nada me apartaría de mi objetivo, tomaría mi tiempo, el hambre desesperada de la primera vez quedaría en el recuerdo, está vez sería diferente.

- ¿Dónde esta tu habitación? - pregunté al borde sus labios.

- Arriba - jadeo.

- Entonces guíame - susurré con tono ronco .

La deposité suavemente en el suelo y su mano entrelazó la mía, para mostrarme el camino. Dejamos detrás las escaleras y un pasillo con varias puertas se abrió ante nuestros ojos y justo allí, su cuarto con una enorme y cómoda cama... EL PARAÍSO.

Lena era la primavera, era un incendio forestal en mis entrañas, uno que a su paso deja caos y destrucción. Y yo estaba aquí a punto de coalicionar con ella.

- ¡Ven aquí!- le ordene sentandome en la cama - Desnúdate para mí nena, quiero ver cómo lo haces...

-Ah Kara por dios, me estás volviendo loca.-

Rápidamente se deshizo de su chaqueta, pero eso no era lo que yo demandaba de ella.

- Hazlo lento - me miró haciendo un puchero; sabía que ella lo necesitaba tanto como yo, pero se haría en mis términos - obedece por favor.

La tenía cerca, deslice las yemas de mis dedos por debajo de su camisa para sacarla por su cabeza. Tras mi toque lento si piel se erizaba y la mía ardía.

- Eres hermosa Lena - ahogue un gemido cuando ví sus pechos atrapados en la lencería negra.

- Kara te necesito- su voz fue una súplica a la cual respondí con una sonrisa maliciosa.

Bese el espacio entre sus pechos mientras abría el botón de pantalón.

-Descalza ahora- su leve asentimiento me lleno de orgullo.

Bajé su pantalón... Y mi corazón casi se detuvo. La tanga de encaje negra dejaba muy poco a la imaginación. La voltee en un Giro brusco y deje una fuerte nalgada en su trasero para luego besarla.

- Voy a quitar tu brasier- anuncie con voz entrecortada.

- ¿Ahora pides permiso? - su risita era más un reto que otra cosa.

Deje su torso desnudo con un movimiento rápido. Me puse de pie sin permitirle voltear para verme, pegando mi cuerpo al de ella, mi mano se abrazo a su cuello con firmeza y otra fue directamente al interior de su tanga. Mis dedos ágiles se abrieron paso entre sus pliegues, ella está tan mojada que con un simple toque sube se estremeció.

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