18. Crisantemos

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"Hemingway se preguntó por quién doblan las campanas, una alegoría sobre la perdía y la belleza la vida

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"Hemingway se preguntó por quién doblan las campanas, una alegoría sobre la perdía y la belleza la vida... pero ahora lo se, yo movería el cielo y la tierra y asumiría cualquier consecuencia por ti amor. Para que tus ojos me miren sometería al universo."
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POV Kara Danvers

Amaba los días de primavera, el perfume de las flores endulzaba el viento y entonces ella ocupaba de nuevo mis pensamientos. ¿Hasta que punto es correcto olvidar?... Mi vida se bifurca entre las cosas que deje atrás y el futuro, que si bien es incierto, plantea una mejor resolución... Lena a mi lado sería un final de cuento de hadas. La cuestión es:  ¿Lo merezco? La respuesta correcta es si, lo merezco tanto como cualquier otro. Si algo he aprendido en las últimas semanas, fue algo que ignore el último año, acepto mis emociones y estoy en paz con ellas.

Desde que no dependía de mis poderes o había dejado que durmieran, podia ver más claramente todo. Algo que resultaba ajeno a mi, los colores, las formas y los olores sin la preocupación constante, supongo que eso significa ser un humano normal. Es curioso que siempre los había protegido, pero es ahora cuando entendía lo que protegía. Eso era su libertad para ser quien ellos quisieran ser, pero eso planteaba otra incógnita: ¿ Quién soy yo si no puedo ser Kara Zor-El?

Deje mis cavilaciones atrás  y me pasee por las calles de National City sin querer pensar más al respecto, - ya habrá tiempo - me dije a mi misma. Camine admirando todas las maneras en las que el mundo se  presentaba ante mi. Y cautivada me detuve frente a una floristería, sonreí al ver las distintas especies, eran preciosas, se encontraban en tobos con agua y pequeños mesones. Sus fragancia se mezclaban como un remolino en mis fosas nasales. 

- ¿Te gustan Niña? - una anciana me sorprendió con sus dulce voz desde atrás.

Ella tenía el cabello teñido por los años, sus ojos café y tenian un brillo amable, su cuerpo delgado era lento pero sin rastro de fragilidad. Sin duda ella era adorable.

- Claro, son hermosas - dije devolviendo su sonrisa.

Está mañana Lena me había dejado en casa. Supongo que confiaba en mi buen juicio para no meterme en problemas, no sin mis poderes para salvar el día. Vaya que me sorprendió al dejarme fuera de su vista, esa mujer era posesiva y controladora. Esa idea me hizo reír...

- Si te saca esa sonrisa... deberías enviarle flores pequeña- la anciana volvió a hablar admirando mi reacción al recordar a Lena, me había llamado pequeña a pesar de que le sacaba unos treinta centímetros de altura.

Ella tenía razón. Lena era el detonante de mis sonrisa y mi buen humor. Reconozco que al principio la desea por razones incorrectas y enfermizas, Pero mi mente estaba atrapada en un pandemonium de dolor y rabia. Ya no me sentía de esa manera, algo en mi interior se había liberado. A pesar de estar a su lado y de disfrutar los últimos días estaba determinada a salir de su vida... Menos mal no me había ido muy lejos.

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