Kara Zor-El, la heroína conocida como Supergirl, se enfrenta a la tragedia más grande de su vida: la muerte de Lena Luthor, su amada. Consumida por el dolor y la desesperación, Kara toma una decisión radical: alterar el tejido del espacio-tiempo par...
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"Por lo menos en las historias nos debemos finales felices, aún cuando el mundo se esté yendo al carajo"
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POV Lena Luthor (1 año después)
Me levanté con la tristeza oculta en mis pupilas, sabía que era de día, pero la oscuridad rodeaba mi entorno, en el algún punto empecé a odiar la luz... ¿Acaso alguien puede culparme? No lo creo, a veces tenia días buenos, en los que podía disfrutar de las pequeñas cosas...
Pero otros tantos el recuerdo me golpeaba con cierta saña... Me gusta la forma en la que me haces sentir, haces que las inseguridades desaparezcan y empujas mis límites. Derrumbas mis murallas, sacudes mis instintos por eso haces a la primavera florecer Kara, o eso haces cuando te cuelas a mis sueños. De cierta forma empecé a vivir de la fantasía. Muy a pesar de ello era una humano funcional, podía trabajar, salir con Sam y Alex, está última se había quedado en este mundo, supongo que Sam tendría mucho que ver en eso, ambas habían desarrollado una historia de amor, aunque prendían ocultarlo era bastante obvio para mí.
-¿Estás lista? - La voz de Abigail me saco de mis pensamientos.-
- claro, no todos los días puedes inaugurar un ala completa en un hospital.
Ella me sonrió. La terapia había funcionado hasta cierto punto, Kara era mi punto álgido, pero por lo menos había logrado controlar mis poderes y dejar de ser un riesgo.
- Vaya Samantha si que hizo algo sorprendente - comento la Abigail mirando la espléndida visión que se abrió ante nosotras.
Esta noche me encontraba en la fiesta de inauguración, un baile de máscaras. Sam tenía cierta fascinación por estas cosas, y yo no me negué a la idea, así que aquí estaba. Vestía un vestido vino tinto que se ceñía a mi cuerpo, con un escote pronunciado y pequeñas mangas que acentuaban mis brazos. La máscara blanca, adornada con delicados detalles plateados, contrastaba exquisitamente con el vestido.
El salón era una maravilla. Las paredes, adornadas con largas cortinas doradas, reflejaban la tenue luz de las velas que, junto a las rosas de un intenso carmín, perfumaban el ambiente con una fragancia embriagadora. La cúpula, cubierta de cristales que simulaban un cielo nocturno, permitía que la luz de la luna se filtrara, creando un halo mágico sobre los bailarines. Cada rincón del salón parecía susurrar una historia de amor y pasión.
- Ala Kara Danvers, para sanar corazones rotos - murmure ante el recuerdo al ver el nombre en la pared.
- Ella estaría orgullosa Lena, los últimos meses encontraste un propósito y eso le dió sentido a tu vida.-
- Lo sé, pero...
- Sin peros Lena, pequeñas cosas recuerda.- la voz de Abigail se volvió sería por un momento - tu puedes Cariño.
