Capítulo 33

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—¿Has sabido algo de Meg? —preguntó Jimin a Olivia a la
mañana siguiente, de regreso en casa.

—No he salido —respondió Olivia pero nadie ha dicho nada, y si hubiera pasado algo malo habría corrido la voz. Todo el
mundo sabe que eres su amigo.

—Bueno, algo es a algo —dijo Jimin—. De todas formas, voy a
ira verla. ¿Quieres venir?

Olivia vaciló.

—Estoy en mitad de una traducción muy difícil. Ve tú delante y te a-atraparé.

Jimin rió.

—No pretendía apartarte de tus libros. Sólo pensaba que tal vez
te apetecía dar un paseo.

—Bueno, sí, pero... —Olivia miró el montón de libros que había sobre la mesa.

—Otra vez será —dijo Jimin, y le dio un rápido beso.

—Iré de-después —prometió Olivia.

Jimin se puso de puntillas para arreglarse el aderezo del sombrero nuevo en el espejo sobre la chimenea. Pensó que tenía los ojos pesados y lánguidos, aún brillantes debido al recuerdo del acto amoroso en el estrecho catre rodeados de hombres dormidos. Ni en sus sueños más extravagantes habría esperado algo así de Jungkook.

Con una leve sonrisa, abandonó el salón de la casa compartida con Olivia y bajó las escaleras. Pretendía salir hasta la puerta inmediata, pero por alguna razón sus pies lo llevaron hasta la puerta cerrada del despacho de Jungkook. No tenía que darle ningún recado, pero sintió que quería verlo. Era un impulso irresistible. Alzó la mano para llamar y de pronto reparó en que del otro lado de la puerta le llegaban dos voces. Thomas Chapman  estaba con Jungkook. El pequeño pasillo que corría por detrás del salón no tenía ventanas. El ojo de la cerradura era muy grande. La llave no estaba puesta, de modo que Jimin veía el haz de luz que caía en el oscuro suelo de roble y le llegaba a los pies.

Nunca antes había escuchado a través de una puerta. Pero ahora, sin saber exactamente por qué, se sorprendió a sí mismo agachándose para pegar la oreja a la cerradura. Las voces se escuchaban con total claridad.

—La otra noche en el cuartel hablamos de la situación al oeste del país—decía Jungkook—. Tu conocimiento acerca de las ideas del consejo del rey pueden ser de un valor inestimable... Incluso tu opinión, si no tienes información precisa.

—En Oxford lo que preocupa es que el West Country esté a punto de pasarse al bando de los parlamentarios —explicó Thomas tras unos instantes—. La tiranía del comandante del rey en el West ha perjudicado más a la causa realista que mil enemigos juntos.

—Sí, algo habíamos oído—señaló Jungkook, con voz reflexiva—. ¿Y qué piensa hacer el rey al respecto?

—Creo que destituirá a sir Richard.

—¿Y lo sustituirá por…?

Hubo otra pausa, después Thomas habló muy despacio:

—Hopton, me parece.

—Ah—dijo Jungkook.

—¿He respondido satisfactoriamente a las preguntas, señor? —La voz de Thomas sonaba alegre y divertida. Se produjo otro breve silencio. El corazón de Jimin latía con fuerza. Apretó más la oreja a la puerta.

—Comprende nuestras dudas —señaló Jungkook retomando el tema. —Todavía debemos meditar sobre lo que nos has revelado.

—En ese caso dejaré que reflexiones, esperando con fervor que hayas quedado convencidos de mi sinceridad y estés dispuestos a convencer al  alto mando.

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