𝐂𝐀𝐏 16

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El viento frío acaricia mi rostro mientras nos dirigimos hacia el pozo dragón

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El viento frío acaricia mi rostro mientras nos dirigimos hacia el pozo dragón. Los bastardos caminan detrás de mí en silencio, sus rostros tensos, sombras largas proyectadas en la tenue luz que proviene de las antorchas a lo lejos. El ambiente es pesado, cargado de incertidumbre. Las criaturas que esperan en la oscuridad no son para los débiles, y lo saben.

Rhaenyra, mi hermana, la reina, está en lo alto de la torre, vigilando todo con una mirada penetrante. Sabe que lo que sucederá aquí puede decidir mucho más que quién reclama un dragón. Es el destino el que se juega esta noche.

El pozo dragón es un lugar sombrío, y el aire es aún más frío aquí dentro, como si el mismo aliento de los dragones enfriara el ambiente. La oscuridad es profunda, apenas interrumpida por la luz de las llamas lejanas. A lo lejos, el sonido de las rocas cruje bajo las patas de una bestia antigua. Vermithor.

—Aquí es donde decidimos —digo, mis palabras resonando en el vacío, dirigiéndome a los bastardos que me siguen—. Aquí es donde uno de ustedes puede cambiar su destino, pero solo si el dragón lo permite.

Los observo a todos, y puedo sentir sus temores palpables, algunos miran al suelo, otros a las sombras, esperando ver la inmensa figura de Vermithor emerger. Mi propio corazón late rápido, no por miedo, sino por el peso de lo que está por suceder.

Me detengo, y frente a nosotros, en la oscuridad, una forma gigante comienza a moverse. Las escamas del dragón relucen brevemente bajo la escasa luz, y su respiración parece llenar todo el espacio. Vermithor, el dragón de bronce, emerge lentamente, su mirada fija en mí. Hay una fuerza indomable en su presencia, y los bastardos a mi alrededor retroceden instintivamente.

Calma, Vermithor —murmuro, levantando una mano mientras avanzo hacia él. Mi voz está cargada de autoridad, pero también de respeto.

El dragón me observa, sus ojos dorados centellean en la oscuridad, como si sopesara mi voluntad contra la suya. Puedo sentir la tensión en el aire; cada paso que doy es una prueba tanto para él como para mí. Vermithor baja su cabeza lentamente, aún vigilante, pero más tranquilo. Los bastardos están petrificados, algunos con los ojos abiertos de par en par, incapaces de creer que tal criatura pueda ser dominada de esta manera.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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𝑭𝒊𝒓𝒆, 𝒃𝒍𝒐𝒐𝒅 𝒂𝒏𝒅 𝒍𝒐𝒗𝒆 - 𝐃𝐀𝐄𝐌𝐎𝐍 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora