Los ve como un par de cachorritos, no puede tomarles del todo en serio, y no quiere hacerles daño poniendo a uno sobre otro. Pero los alfas bebés ya están ilusionados y esperan pacientes una decisión.
¿Dos alfas y una omega? ¿No es eso peligroso? Pe...
•Doble penetración •Valdo Dominante (de los dos) •Félix Versátil(Osea que el también va a recibir) •Samy Sumisa
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El constante sonido de las cámaras y los flashes tomar miles de fotografías en pocos segundos hacía eco por las amplias instalaciones del Museo Nacional de Historia Mexicana, donde Samantha apuntaba con su lente hacia la joven mujer que hablaba con una enorme sonrisa sobre algo muy aburrido a su parecer.
Estaba cansada, quería irse a casa, pero su compañía los había enviado para sacar imágenes de la nueva adquisición que recién llegó a la ciudad. Era una copia exacta de uno de los lobos más famosos del mundo, un boxeador mexicano que logró darle a México reconocimiento mundial y que por ello le habían hecho una propia exposición.
Aburrido.
Dejó de prestar atención cuando su teléfono móvil comenzó a vibrar en su bolsillo, por lo que le avisó a su compañera, una beta pelirroja de ojos tan rasgados que parecían tiernas líneas inclinadas y mejillas regordetas que le hacían ver adorable.
Ella sólo asintió con una sonrisa para seguir con el trabajo, en lo que Samantha se alejaba de la multitud de reporteros que habían asistido, sacando su móvil una vez estuvo fuera del edificio. Incluso sintió a su omega interior comenzar a mover la cola de un lado a otro lleno de efusividad cuando leyó el nombre de su alfa en la pantalla, contestando con una enorme sonrisa.
— Hola, bebé, ¿qué pasa?
— Samy... tenemos un problema... uhm...
La aludida frunció las cejas al escuchar la respiración agitada de Félix junto a un gemido al final, gruñidos profundos de fondo y el movimiento de cuerpos que parecían forcejear.- ¿Qué pasa, Lix? ¿Dónde está Osvaldo?
— E-es que... ah... el pro-problema... uhm, el problema es Osvaldo- ¡oh! ¡E-entró en celo y no puedo controlarlo! ¡Necesitamos que ven-! ¡Oh, joder, sigue así!
La omega sintió su rostro arder al escuchar el gemido ronco de su alfa y los gruñidos profundos de su otro alfa de fondo, sus respiraciones agitadas y el húmedo sonido de un beso bastante intenso que la calentó enseguida.
— ¡Tienes que venir rápido, Samy!
Después de eso, Félix colgó. Y Samantha no lo pensó demasiado cuando apurado alzó el brazo en busca de un taxi, que por suerte no tardó demasiado en encontrar. El Museo de no queda cerca del pequeño departamento que compartía con sus alfas, por lo que dentro del vehículo comenzó a desesperarse.
Los celos de calor de Osvaldo eran bastante fuertes, incluso más que los de Félix, a diferencia de Lix, quien gustaba de mimar y ser mimado antes y después de tener sexo, Valdo buscaba marcar y dominar, follarlos a los dos de esa forma tan fuerte que tanto le gustaba. Después de eso, se comportaba como un cachorrito que buscaba a Samantha para que le diera atención, era adorable, pero tan jodidamente caliente.
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